Era maravilloso lo que él hacia por esos niños, era maravilloso como había dado un vuelco a su vida. Si esta claro que quede sorprendida de como lo encontraron. Pero agradecida de lo que generaron en el.
Cuando nos quedamos a solas con la Hermana Maggy ella me contó como lo encontró, y como lo ayudo tanto antes como ahora. Ahora. Si ella había ayudado a que se diera cuenta de su gran error.
Me pidió que si nuestro amor era mas fuerte lo perdonara, pero que no dejara pasar mas tiempo, el ya se había dado cuenta de todo y ahora era yo quien tenia que dar el brazo a torcer. Era yo la de la ultima palabra.
- ¿Comida Italiana? - le pregunte cuando el taxista nos dejo fuera del local.
- Me apetecen unas pastas - me sonrió. - ¿Que opina mi bebé? - le pregunto a mi vientre.
Mi hija (como él le decía) estaba al tanto de nuestra conversación y quiso opinar, de la mejor manera que ella sabe. Se movió. Le tome rápido la mano a Benja y este sonrió. Se la puse sobre el vientre y me miro extrañado.
- Nada. Mi amor. Aún no puedo sentir sus pataditas de bailarina. - me dijo besando mis labios
- ¿Que va a pasar si es niño? - le pregunte mientras nos dirigirnos a nuestra mesa
- Tendré alguien con quien ver el fut. Y jugar a los coches - me guiño un ojo. - Pero es una niña
- 50 y 50 de posibilidades - tome mi lugar - ¿Y como estas tan seguro que es niña?
- Perdiste la cintura - se encogió de hombros
- ¡¿Queeeeeeeeeeeee?! - le pregunte tratando de parecer molesta - ¿Me estas llamando gorda?
- Bueno. - me sonrió - Lo estas amor. Pero estas embarazada
- Tengo casi cinco meses y estoy redonda - le dije bebiendo un poco de agua - A los ocho rodare
- No importa mi amor. Te amare de todas formas. - me tomo los nudillos y me los beso - Te ves preciosa embarazada. No veo la hora de que vuelvas a estar en ese estado nuevamente
- jajajajajajaja - me reí - Las guaguitas no se hacen con besitos - le guiñe un ojo. - Quiero comer una pastas con salsa boloñeza con camarones - dije para cambiar el tema en cuestión. - Y un jugo de Manzana.
- Renata - me corto - Todos sabemos que los bebes no se hacen con besos. Pero no te voy a tocar hasta que este perdonado. Hasta que me digas que retomaremos nuestra relación. Hasta que escuche esas dos hermosas palabras que necesito oír.
- Por favor Benja. - Le corte yo esta vez - Hoy conocí otra faceta de ti. Conocí algo hermoso que haces, si lo que quieres escuchar es si te amo. - alzo la mano - Si. Lo hago. Estos días me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti. Pero quiero que ahora hagamos las cosas bien. Vamos lento. Conozca monos primero. Después nos hacemos novio.
- ¿Quieres que seamos amigos? - me pregunto asombrado.
- Tal vez - comencé a comer mi comida. - La primera vez que comenzamos fue todo muy rápido ahora no somos solo nosotros. -
- Bien - me dijo resignado - Tú quieres que seamos amigos. Lo seremos.
Dejamos hay esa conversación, nos pusimos a hablar del bebé, a ver que cosas nos llevaríamos desde acá. Benjamín quería comprar todo acá y arrendar un avión para no tener problemas. Me negué. Yo quería ir comprando poco a poco. No quería preparar la habitación del bebé hasta saber el sexo, para elegir los tonos apropiados. Al final termine ganando en todo. Pero tal como su madre no estaba de acuerdo en dormir con mi bebé. Ya le había dicho a Vicky que de esa forma lo haría y a Benja se lo deje bien claro.
Salimos del restaurant y aun era temprano, el clima esta agradable dentro del frío para salir a dar un pequeño paseo. Cuando Benja busco mi mano, desvié la atención me arregle el pelo o simplemente le apuntaba algún lugar. Al cabo de un rato desistió y no lo hizo mas. Vamos que somos amigos.
Nos paramos a mirar en algunas vitrinas, cuando vimos la tienda de bebes no nos pudimos resistir e ingresamos con una enorme sonrisa.
Se fue directo a la sección rosa. Todo le gustaba, pero no era para menos a mi igual. Debo reconocerlo.
- Mira que hermoso esto - dijo Benja levantando el traje completo en forma de osito - Creo que con este no tendrá frío. - me guiño un ojo
- Este traje puede ser utilizado de pijama, o de sobre ropa si sale al exterior. - ambos nos volteamos a mirar a la chica que nos dijo esas palabras - ¿Benjamín Lackington? - le pregunto alzando una ceja.
- ¿Si? - le pregunto intrigado
- ¡Holaaaaaa! Tantos años que no te veía - le dijo tocándole el hombro. Al ver la cara de Benja se dío cuenta que él no la había reconocido - Soy Antonia. Antonia Goméz. - le alzo una ceja. - La amiga de Leonor. ¡Dios! como no me vas a recordar
- Antonia - le dijo tendiéndole la mano - ¿Como estas?
- Tan formal como te recuerdo - le dijo abrazándolo. Benja rió y le devolvió el abrazo.
Si la chica era guapa, muy guapa para mi gusto. Alta, con el pelo dorado, unos hermosos ojos verdes. A demás de que andaba con un vestido rojo pegado al cuerpo. Maldita.
- Benja ya estoy cansada - le dije para llamar su atención.
- Si. Ya nos vamos - me dijo ignorándome por completo - ¿Trabajas aquí? - le pregunto nuevamente a esa chica
- Es mía. - le dijo alzando los brazos en señal de mostrar todo. - La tengo hace un par de años y vaya que es buen negocio ¿Y tú? Que haces en una tienda de bebes - dijo por fin dirigiendo su mirada hacia mi. Me miro de los pies a la cabeza con una ceja alzada. Volviendo la mirada coquetamente a mi Benja. Hizo que mi sangre hirviera.
- Comprando cositas para mi hija - le dijo tocando mi barriga. - Te presento a Renata, ella es la madre de mi hija y mi... -
- Novia. - le corte y le estire la mano. - Hola - la salude en seco, tomando mi posición al lado de Benja tomandolo por el brazo.
- Mucho gusto Renata - me dijo estirandome la mano, ahora fui yo quien la ignoro y me pare delante de Benja, parandome de puntitas para besarle en los labios.
- Vamos mi amor. Estoy agotada y no me ha gustado nada. - le dije haciendo pucheros.
Sus ojos se iluminaron y me tomaron por donde antes estaba mi cintura, me abrazo y beso mi cabello.
- Fue un gusto haberte visto. Mi chica esta cansada - me guiño un ojo.
- Llámame y nos tomamos un café uno de estos días. Hay tanto en que ponernos de al día. - le guiño un ojo. - Buena suerte Renata
- Adiós - me limite a decir. Tome la mano de Benja y lo arrastre fuera de la tienda.
Durante el recorrido del taxi ninguno de los dos dijo nada, cada uno iba sumido en sus pensamientos. A ratos lo miraba de re ojos e iba con la vista pegada a mi. Seguro estaba tratando de deducir mi comportamiento, y el por que le había dicho que eramos novios. Estoy segura que no se dio cuenta o se hizo el tonto.
- Me voy al cuarto - dije apenas ingresamos al apartamento.
- ¿Que fue eso de que eres mi novia? - me pregunto siguiendo mis pasos
- Un impulso - le dije sacando mi abrigo. - Disculpa
- ¿Porque? - me pregunto ayudándome a sacarme las botas.
- Por decir eso. No lo pensé -
- No me molesta mi amor. De hecho me sorprendió -
- No se volverá a repetir - me encerré en el baño.
- ¿Esos fueron celos? - me pregunto abriendo la puerta del baño. - Por que si fue así, estoy muy contento
- Te he dicho que no soy celosa. - le dije abriendo la ducha - Acaso no viste como te estaba coqueteando, ¡Dios!. No la quiero volver a ver jamás en mi vida.
- Solo tú. - me dijo tomando mis manos. - ¿Lo recuerdas?
- Aja. -
- ¿Ese beso también fue por los celos? - pregunto rozando mis labios
- No. - le di un beso casto - Me apetecía
- ¿Te apetecía? -
- Si y cada vez que lo haga lo haré. Acostúmbrate
- Me dijiste que solo somos amigos. -
- Mentí -
- ¿Mentiste? Renata a que juegas -
- ¡No quiero que otra mujer te invite a salir! No quiero que estés cerca de otras mujeres. -
- Entonces déjame estar a tú lado -
- Bésame por favor -
- Con gusto -
Como si nos estuvieran por atrapar nuestros padres, nos besamos con tanta pasión, con tanta prisa. Benja reacciono rápido y cerró el grifo de agua. Me llevo abrazada sin soltar mis labios hasta la cama. Me recostó suavemente y el se posiciono sobre mi. No había necesidad de palabras, solo nuestros cuerpos y ojos se decían cuan se necesitaban.
Sus manos acariciaban con autentica devoción mi cuerpo. Y no pudimos contenernos mas. Me hizo el amor con total cuidado, con cariño, con amor. Antes de alcanzar su orgasmo me susurro una y otra vez cuanto me amaba. Tentada en decirle que yo también lo hacia, me contuve mordiendo su hombro.
Rato después con nuestros cuerpos y nuestras almas saciadas por el amor que nos profesábamos, ninguno hablaba. Benja me acariciaba con sus dedos la barriga de norte a sur, de este a oeste. Mi cabeza apoyada en su pecho. Era como estar soñando, era como si nada hubiera pasado.
- No debimos dejarnos llevar - dije al cabo de unos minutos - La doctora había dicho sin sexo
- ¿Tan mal estuvo? - dijo picaramente - Tú cuerpo esta muy receptivo
- Desde hace tiempo. - le dije levantando la mirada - Creo que son las hormonas, o lloro o quiero sexo
- ¿Y te haz contenido todo este tiempo? - me pregunto incrédulo - Cuatro meses. Mi amor llevas casi cuatro meses aguantando tus ganas de sexo
- Si. - me senté en la cama - Estaba tan enojada. Que ganaron las hormonas del llanto
- ¿Ya no me odias? - me abrazo por la espalda - Dime cuanto me amas por favor, necesito escucharlo
- No te odio, jamás te odie. - le bese los labios - Quiero dormir.
- Ahora me voy - dijo saliendo de la cama. Se calzo un par de boxer y una camiseta y cuando estaba a punto de abrir la puerta el llame.
- Quédate esta noche - le pedí - Duerme junto a mi
- Toda mi vida -
Se saco la camiseta y se metió casi corriendo a la cama, me atrajo a sus brazos y me presiono contra él. Entre caricias y palabras de amor me quede dormida, fue la mejor noche de mi vida.
Nos quedamos un total de 15 días en Barcelona, recorriendo algunos lugares, por fin parecíamos una pareja normal, ella accedía a caminar conmigo de la mano y por las noches dormíamos juntos, no habíamos vuelto a hacer el amor. Pero no por que nos faltaran ganas, si no que fue por cuidar la integridad de nuestra hija.
Mañana teníamos visita medica con Chris. Renata ya estaba entrando al quinto mes de embarazo y necesitabamos volver a Chile, ella se negaba a tener el parto aquí. Quería que fuera de la misma Nacionalidad de ella. A mi me daba igual. Yo no era español.
Me pidió que si nuestro amor era mas fuerte lo perdonara, pero que no dejara pasar mas tiempo, el ya se había dado cuenta de todo y ahora era yo quien tenia que dar el brazo a torcer. Era yo la de la ultima palabra.
- ¿Comida Italiana? - le pregunte cuando el taxista nos dejo fuera del local.
- Me apetecen unas pastas - me sonrió. - ¿Que opina mi bebé? - le pregunto a mi vientre.
Mi hija (como él le decía) estaba al tanto de nuestra conversación y quiso opinar, de la mejor manera que ella sabe. Se movió. Le tome rápido la mano a Benja y este sonrió. Se la puse sobre el vientre y me miro extrañado.
- Nada. Mi amor. Aún no puedo sentir sus pataditas de bailarina. - me dijo besando mis labios
- ¿Que va a pasar si es niño? - le pregunte mientras nos dirigirnos a nuestra mesa
- Tendré alguien con quien ver el fut. Y jugar a los coches - me guiño un ojo. - Pero es una niña
- 50 y 50 de posibilidades - tome mi lugar - ¿Y como estas tan seguro que es niña?
- Perdiste la cintura - se encogió de hombros
- ¡¿Queeeeeeeeeeeee?! - le pregunte tratando de parecer molesta - ¿Me estas llamando gorda?
- Bueno. - me sonrió - Lo estas amor. Pero estas embarazada
- Tengo casi cinco meses y estoy redonda - le dije bebiendo un poco de agua - A los ocho rodare
- No importa mi amor. Te amare de todas formas. - me tomo los nudillos y me los beso - Te ves preciosa embarazada. No veo la hora de que vuelvas a estar en ese estado nuevamente
- jajajajajajaja - me reí - Las guaguitas no se hacen con besitos - le guiñe un ojo. - Quiero comer una pastas con salsa boloñeza con camarones - dije para cambiar el tema en cuestión. - Y un jugo de Manzana.
- Renata - me corto - Todos sabemos que los bebes no se hacen con besos. Pero no te voy a tocar hasta que este perdonado. Hasta que me digas que retomaremos nuestra relación. Hasta que escuche esas dos hermosas palabras que necesito oír.
- Por favor Benja. - Le corte yo esta vez - Hoy conocí otra faceta de ti. Conocí algo hermoso que haces, si lo que quieres escuchar es si te amo. - alzo la mano - Si. Lo hago. Estos días me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti. Pero quiero que ahora hagamos las cosas bien. Vamos lento. Conozca monos primero. Después nos hacemos novio.
- ¿Quieres que seamos amigos? - me pregunto asombrado.
- Tal vez - comencé a comer mi comida. - La primera vez que comenzamos fue todo muy rápido ahora no somos solo nosotros. -
- Bien - me dijo resignado - Tú quieres que seamos amigos. Lo seremos.
Dejamos hay esa conversación, nos pusimos a hablar del bebé, a ver que cosas nos llevaríamos desde acá. Benjamín quería comprar todo acá y arrendar un avión para no tener problemas. Me negué. Yo quería ir comprando poco a poco. No quería preparar la habitación del bebé hasta saber el sexo, para elegir los tonos apropiados. Al final termine ganando en todo. Pero tal como su madre no estaba de acuerdo en dormir con mi bebé. Ya le había dicho a Vicky que de esa forma lo haría y a Benja se lo deje bien claro.
Salimos del restaurant y aun era temprano, el clima esta agradable dentro del frío para salir a dar un pequeño paseo. Cuando Benja busco mi mano, desvié la atención me arregle el pelo o simplemente le apuntaba algún lugar. Al cabo de un rato desistió y no lo hizo mas. Vamos que somos amigos.
Nos paramos a mirar en algunas vitrinas, cuando vimos la tienda de bebes no nos pudimos resistir e ingresamos con una enorme sonrisa.
Se fue directo a la sección rosa. Todo le gustaba, pero no era para menos a mi igual. Debo reconocerlo.
- Mira que hermoso esto - dijo Benja levantando el traje completo en forma de osito - Creo que con este no tendrá frío. - me guiño un ojo
- Este traje puede ser utilizado de pijama, o de sobre ropa si sale al exterior. - ambos nos volteamos a mirar a la chica que nos dijo esas palabras - ¿Benjamín Lackington? - le pregunto alzando una ceja.
- ¿Si? - le pregunto intrigado
- ¡Holaaaaaa! Tantos años que no te veía - le dijo tocándole el hombro. Al ver la cara de Benja se dío cuenta que él no la había reconocido - Soy Antonia. Antonia Goméz. - le alzo una ceja. - La amiga de Leonor. ¡Dios! como no me vas a recordar
- Antonia - le dijo tendiéndole la mano - ¿Como estas?
- Tan formal como te recuerdo - le dijo abrazándolo. Benja rió y le devolvió el abrazo.
Si la chica era guapa, muy guapa para mi gusto. Alta, con el pelo dorado, unos hermosos ojos verdes. A demás de que andaba con un vestido rojo pegado al cuerpo. Maldita.
- Benja ya estoy cansada - le dije para llamar su atención.
- Si. Ya nos vamos - me dijo ignorándome por completo - ¿Trabajas aquí? - le pregunto nuevamente a esa chica
- Es mía. - le dijo alzando los brazos en señal de mostrar todo. - La tengo hace un par de años y vaya que es buen negocio ¿Y tú? Que haces en una tienda de bebes - dijo por fin dirigiendo su mirada hacia mi. Me miro de los pies a la cabeza con una ceja alzada. Volviendo la mirada coquetamente a mi Benja. Hizo que mi sangre hirviera.
- Comprando cositas para mi hija - le dijo tocando mi barriga. - Te presento a Renata, ella es la madre de mi hija y mi... -
- Novia. - le corte y le estire la mano. - Hola - la salude en seco, tomando mi posición al lado de Benja tomandolo por el brazo.
- Mucho gusto Renata - me dijo estirandome la mano, ahora fui yo quien la ignoro y me pare delante de Benja, parandome de puntitas para besarle en los labios.
- Vamos mi amor. Estoy agotada y no me ha gustado nada. - le dije haciendo pucheros.
Sus ojos se iluminaron y me tomaron por donde antes estaba mi cintura, me abrazo y beso mi cabello.
- Fue un gusto haberte visto. Mi chica esta cansada - me guiño un ojo.
- Llámame y nos tomamos un café uno de estos días. Hay tanto en que ponernos de al día. - le guiño un ojo. - Buena suerte Renata
- Adiós - me limite a decir. Tome la mano de Benja y lo arrastre fuera de la tienda.
Durante el recorrido del taxi ninguno de los dos dijo nada, cada uno iba sumido en sus pensamientos. A ratos lo miraba de re ojos e iba con la vista pegada a mi. Seguro estaba tratando de deducir mi comportamiento, y el por que le había dicho que eramos novios. Estoy segura que no se dio cuenta o se hizo el tonto.
- Me voy al cuarto - dije apenas ingresamos al apartamento.
- ¿Que fue eso de que eres mi novia? - me pregunto siguiendo mis pasos
- Un impulso - le dije sacando mi abrigo. - Disculpa
- ¿Porque? - me pregunto ayudándome a sacarme las botas.
- Por decir eso. No lo pensé -
- No me molesta mi amor. De hecho me sorprendió -
- No se volverá a repetir - me encerré en el baño.
- ¿Esos fueron celos? - me pregunto abriendo la puerta del baño. - Por que si fue así, estoy muy contento
- Te he dicho que no soy celosa. - le dije abriendo la ducha - Acaso no viste como te estaba coqueteando, ¡Dios!. No la quiero volver a ver jamás en mi vida.
- Solo tú. - me dijo tomando mis manos. - ¿Lo recuerdas?
- Aja. -
- ¿Ese beso también fue por los celos? - pregunto rozando mis labios
- No. - le di un beso casto - Me apetecía
- ¿Te apetecía? -
- Si y cada vez que lo haga lo haré. Acostúmbrate
- Me dijiste que solo somos amigos. -
- Mentí -
- ¿Mentiste? Renata a que juegas -
- ¡No quiero que otra mujer te invite a salir! No quiero que estés cerca de otras mujeres. -
- Entonces déjame estar a tú lado -
- Bésame por favor -
- Con gusto -
Como si nos estuvieran por atrapar nuestros padres, nos besamos con tanta pasión, con tanta prisa. Benja reacciono rápido y cerró el grifo de agua. Me llevo abrazada sin soltar mis labios hasta la cama. Me recostó suavemente y el se posiciono sobre mi. No había necesidad de palabras, solo nuestros cuerpos y ojos se decían cuan se necesitaban.
Sus manos acariciaban con autentica devoción mi cuerpo. Y no pudimos contenernos mas. Me hizo el amor con total cuidado, con cariño, con amor. Antes de alcanzar su orgasmo me susurro una y otra vez cuanto me amaba. Tentada en decirle que yo también lo hacia, me contuve mordiendo su hombro.
Rato después con nuestros cuerpos y nuestras almas saciadas por el amor que nos profesábamos, ninguno hablaba. Benja me acariciaba con sus dedos la barriga de norte a sur, de este a oeste. Mi cabeza apoyada en su pecho. Era como estar soñando, era como si nada hubiera pasado.
- No debimos dejarnos llevar - dije al cabo de unos minutos - La doctora había dicho sin sexo
- ¿Tan mal estuvo? - dijo picaramente - Tú cuerpo esta muy receptivo
- Desde hace tiempo. - le dije levantando la mirada - Creo que son las hormonas, o lloro o quiero sexo
- ¿Y te haz contenido todo este tiempo? - me pregunto incrédulo - Cuatro meses. Mi amor llevas casi cuatro meses aguantando tus ganas de sexo
- Si. - me senté en la cama - Estaba tan enojada. Que ganaron las hormonas del llanto
- ¿Ya no me odias? - me abrazo por la espalda - Dime cuanto me amas por favor, necesito escucharlo
- No te odio, jamás te odie. - le bese los labios - Quiero dormir.
- Ahora me voy - dijo saliendo de la cama. Se calzo un par de boxer y una camiseta y cuando estaba a punto de abrir la puerta el llame.
- Quédate esta noche - le pedí - Duerme junto a mi
- Toda mi vida -
Se saco la camiseta y se metió casi corriendo a la cama, me atrajo a sus brazos y me presiono contra él. Entre caricias y palabras de amor me quede dormida, fue la mejor noche de mi vida.
~~~
No somos novios, no somos amigos. Pero nos amamos profundamente, no quiero apresurar la relación que estoy llevando con Renata, anoche me había dejado hacerle el amor, nuestras almas volvieron a ser solo una. Estaba feliz por eso. Me invito a dormir a su lado. Y creo que mi pecho no cabía en su lugar de tanta felicidad. Aun no me decía aquellas palabras, pero sus ojos, sus besos y sus caricias me lo demostraban.
Desperté como de costumbre antes que ella, me quede mirando aquella imagen tan hermosa. Simplemente tenia que agradecer cada día el milagro que Dios me había mandado, mi hija crecía perfecta en el vientre de su madre. Y su madre no se cerraba a la posibilidad de volver a estar a mi lado. Encontrarnos ayer con Antonia si que me había ayudado. Sus celos, sus celos la hicieron besarme, sus celos nos llevaron hasta estar nuevamente así.
Sin querer despertarla me moví suavemente, pero me tenia bien firme a ella. Su cabeza apoyada en mi brazo, sus brazos alrededor de mi cintura y su pierna derecha entrelazada con la mía. Estaba claro que no quería separarse de mi.
- Mi amor - le dije suavemente, acariciando su cabello - Mi amor.
Suavemente entre abrió sus hermosos ojos, y me sonrió dulcemente. Le di un casto beso y la acurruque aun mas en mi.
- ¿Que hora es? - me pregunto
- Temprano -
- Sabes que hoy cumplo 17 semanas -
- Mañana tenemos que volver - le indique un poco triste
- Quedémonos unos días mas - me dijo picarona. - Todo esta bien en Chile no ahí necesidad de irnos
- ¿Y ahora a que se debe eso? -
- No lo se. No conozco la ciudad. Llevo varios días y aun no la conozco
- ¿Que hora es? - me pregunto
- Temprano -
- Sabes que hoy cumplo 17 semanas -
- Mañana tenemos que volver - le indique un poco triste
- Quedémonos unos días mas - me dijo picarona. - Todo esta bien en Chile no ahí necesidad de irnos
- ¿Y ahora a que se debe eso? -
- No lo se. No conozco la ciudad. Llevo varios días y aun no la conozco
Nos quedamos un total de 15 días en Barcelona, recorriendo algunos lugares, por fin parecíamos una pareja normal, ella accedía a caminar conmigo de la mano y por las noches dormíamos juntos, no habíamos vuelto a hacer el amor. Pero no por que nos faltaran ganas, si no que fue por cuidar la integridad de nuestra hija.
Mañana teníamos visita medica con Chris. Renata ya estaba entrando al quinto mes de embarazo y necesitabamos volver a Chile, ella se negaba a tener el parto aquí. Quería que fuera de la misma Nacionalidad de ella. A mi me daba igual. Yo no era español.
~~~
La vuelta a Chile estuvo llena de complicaciones, Chris a regaña dientes me autorizo a volver a mi hogar. Benjamín ya no estaba contento de volver cuando le comente que no me iría a vivir con él y a su vez yo no lo quería todo el día dentro de mi casa.
Llegamos a un consenso que seríamos novios, con lo que eso implicaba. Cama separadas, Casas separadas.
A pesar de todo eso y de saberme en las noches sola estaba feliz de estar en mi casa, el control del quinto mes de embarazo estuvo cargado de emociones, Benjamín me acompaño. Fue emocionante ver nuevamente a nuestro hijo. Por mas que tratamos de saber que sexo tenía él o ella no se dejo ver.
Me reí, llore y me enamore nuevamente. Mi hijo sin duda era lo mejor que me podía pasar a mis cortos veinticinco años.
Para el mes de septiembre mi barrigota ya era mas que visible, en la oficina todo el mundo me trataba con cuidado y cariño, me sentía muy mimada. Roxi estaba a cargo de todos los proyectos, y eso hacia mi trabajo cada vez mas fácil.
Con Victoria estábamos preparando el cumpleaños de Benjamín en completo hermetismo y silencio. Ese día era especial para ambos. Tanto él quien cumplía sus treinta y para mi que por fin le diría las palabras que llevaba meses queriendo escuchar. Y ademas le daría la sorpresa que su casa ya estaba en su totalidad y lista para ser habitada. Desde que llegamos de Barcelona me propuse ver esto listo.
Nuestra vida sexual seguía como de novios, luego de hacer el amor, el tomaba rumbo a su departamento y yo a mi casa. Muchas veces las ganas sobre todo a mi me pillaban en medio de algún paseo o salida a caminar o simplemente en donde estuviera cerca de él. Para ese entonces Benja se había propuesto no negarme absolutamente nada y nos saciábamos donde fuera.
Mi bebé tenia todo lo necesario e incluso mucho mas. Vicky le había preparado una habitación en la casa, bajo la supervisión de su padre. Las paredes de colores pasteles y todo en tonalidades neutras. Con una hermosa cuna blanca en medio.
Para los días de celebración de fiestas patrias, me lleve a Benja junto con Gabo y la niña a pasar esos días en la hacienda. Nos entretuvimos yendo al rodeo o simplemente paseando a caballo. Gabo tuvo su mirada de tristeza en todo momento. Estaba claro que aun sentía latente la muerte de Carol. Ya había contratado a una estudiante para que se hiciera cargo de la pequeña Renata. Magdalena. Que chica mas dulce y simpática, con sus apenas 22 años era muy preocupada de que a la pequeña no le fuese a faltar nada e incluso la consentía muchísimo. Aun que mas allá de eso me pude dar cuenta en esos días que al que verdaderamente quería consentir era a su padre. Cuando le hice el comentario a Gabo el me dijo que simplemente me había pegado fuerte en la cabeza
~~~
29 de septiembre. Tres de la tarde y ni mi madre ni Renata me había llamado para felicitarme por mi nuevo año de vida. Como era posible que a las dos mujeres que mas se suponen que me aman se les olvidara este día.
Y aquí estoy bajando por el departamento como un león dentro de una jaula, la noche anterior prácticamente le había rogado a Renata que me dejara quedarme esa noche con ella y no se negó, se negó tantas veces que salí hecho una furia y muy enojado con ella, era la primera vez desde que volvimos de Barcelona que nos enojabamos pero claro como buen amante le envie un mensaje disculpandome y diciendole cuanto la amaba y ella solo me respondio con un OK.
Ya no se que hacer con ella, la amo. Pero su falta de amor hacia mi o la falta de oír aquellas palabras me tenian un poco molesto. Su cuerpo y sus ojos me lo decian pero su boca aun no. No estoy seguro cuanto mas podre soportarlo.
Mi reloj marcaba las cinco de la tarde y mi móvil pito con un mensaje.
"Hola, puedes venir por mi. R"
"Claro. Salgo para allá"
"Vale. Te espero."
Últimamente era su claro chofer, pero yo con el fin de estar a su lado lo hacia.
Una hora mas tarde aparcaba mi coche a la entrada del edificio de la constructora, ella con una enorme sonrisa se subió al coche y me beso en los labios castamente me indico la dirección donde debiamos ir para hacer un tramite y luego podríamos ir a cenar.
Me cabreo que ni siquiera se acordara de saludarme. En el trayecto no paro de hablar de los nuevos proyectos y hacerme miles de preguntas con él nuevo socio. Ella sabía que era una persona hasta el momento anonima que aprobaba todo sin cuestionar y sin hacerce ver, e incluso ella trato de localizar su numero de telefono pero nada. Eso me hacia reír y a ella la cabreaba. Estamos a par.
Entramos por un enorme prado, el sendero de ingreso era repleto de arboles, al fondo se podía apreciar la casa. Una vez que aparque el coche fui de inmediato a ayudarla a salir, con su barriga todo se le hacia mas imposible pero ella estaba bellisima embarazada de siete mes y dos semanas. Saber que cada vez quedaba menos para que mi hija llegara a este mundo me ponia muy feliz. Para la fecha que nos habían dado como posible parto yo tenia todo listo para que viajara desde Barcelona Thomas con la hermana Maggy, e incluso contaba con que la casa que había mandado a construir hace ya mas de ocho meses estuviera por fin terminada para alojarlos a todos ahí. Para esa fecha también quería a Renata si no era posible como mi esposa la quería como mi prometida. Pero la quería durmiendo desde el minuto uno conmigo. Muchas veces los hombres tenemos permitido soñar.
amiga q regaloteeeeee .... nos vas a mal acostumbrar prro me encantaaaaaaaa
ResponderBorrarmuy bueno pobre benja pensando que nadie se acordo de su pumple es un tierno me encanta gracias por el capitulo de regalo
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