Capítulo 27
A
medida que los días iban pasando, yo veía a mi hijo cada vez mejor. Thiago
estaba todo el día a mi lado, a nuestro lado. Mientras pasaba a darle de comer
a Adam el aprovechaba de poner sobre aviso a nuestra familia.
- Señora Lackington - Me llamo la
enfermera de neonatología - ¿Cuándo le darán el alta?
- Hoy, salgo a las 17 horas. ¿Por qué?
¿Me puedo llevar a Adam conmigo?
- Me encantaría decirle que sí, pero no.
Adam se queda, mañana le harán unen nuevo examen y tal vez puedan estar aquí a
esa hora.
- Me informaron de eso, mi bebé. - lo
acaricié - Tan chiquito y luchador.
- Adam es un amor, y lo está haciendo
bien. Le falta un poco de peso pero ya vera como se recupera y esto quedara en
el pasado
- Es lo que más esperó, leí que con más
de dos kilos me lo puedo llevar y eso me hace ilusión. Solo le faltan 500
gramos
- Eso y el examen de mañana, no se
impaciente. Ahora debe salir.
- Unos minutos más
- Debe estar esperando su marido por
verlo. La hora de visita ya casi acaba
- Hijito - le dije acariciando su
cabecita - Mamá te ama y vendrá en un rato más a dejarte tu comida. Ya. Quiero
sacarte de aquí y tenerte en mis brazos, no te soltare. Te amo Adam.
Con
lágrimas en los ojos y como lo había hecho durante esos tres días lo deje nuevamente
solo en ese lugar. Ya afuera me esperaba Thiago quien al verme corrió a abrazarme
y decirme que todo estaría bien, besando mis labios castamente ingreso a ver a
nuestro niño.
Al
pasar 5 minutos donde me quede mirando a la nada volvió a salir y nos encaminamos
a mi habitación. Como sabíamos a las cinco de la tarde me dieron el alta, no
nos fuimos hasta pasar a ver una vez más a Adam.
- ¿Quieres ir a casa o a casa de mis
padres, tal vez los tuyos?
- Solo a casa, no quiero ver a nadie
- No quieres conocer a Valentina
- No estoy de ánimo para ver a Dani con
su hija y pensar que él mío sigue en un hospital. Por favor déjame en casa y ve
tú si quieres
-
No haré tal cosa, nos quedamos
Durante
el resto del camino a casa no dijo nada más, debía comprender mi sufrimiento y
mis ganas de aislarme no eran así como esto debía ser, no era así.
A
la mañana siguiente luego de soñar como cuatro veces que llamaban de la clínica
con malas noticias, Thiago no estaba en la cama conmigo. Corrí al salón a buscar
mi móvil y lo vi, estaba de espalda a mí. Solo con bóxer y mirando el parque
que se encontraba frente a nuestro departamento
- Eso es favorable... Muchas gracias, en
una hora estaremos allá... Gracias otra vez, buenos días
Al
cortar la llamada supe de inmediato que mi Adam. Estaba bien y que al igual que
yo Thiago estaba preocupado por el bebé
- Ya despertaste - dijo cuándo volteó y
se encontró de lleno con mi figura de recién parida. De madre, con unos pechos
que por momentos era duros como una roca y tan grandes que temía ahogar a Adam
cuando por fin lo pusiera en él.
- ¿Cómo amaneció Adam?
- Perfecto, quiere ver a su madre, así
que a darnos un baño y a ver nuestro hijo
- Thiago - le llame cuando comenzaba a
caminar hacia la habitación, volteo a verme y me estiró su brazo - Perdóname
amor, sé que es mi culpa que nuestro hijo no este con nosotros en este momento
- No es tu culpa mi vida, es culpa de él por querer nacer antes de
tiempo, no te tortures por esas cosas. Ya vez que cada día lo hace mejor
- Es tan pequeño
- Y nuestro, ahora vamos a bañarnos y te
sirve para relajarte
- Debo sacarme leche primero
- ¿Puedo sacarla yo? - alzo una ceja -
Con mi boca
-
Mejor ve a bañarte, que necesitas bajar
esa. Temperatura
- Que tú subes paseándote de esa manera
por mis ojos, estas hermosa. Ya quiero poder. Hacerte el amor y llevar a mi
boca tus pechos tentadores, recorrer con mis manos ese cuerpo de mujer que
tienes y que mi boca se pierda entre tu cuello y piernas
- Por favor Thiago. - reí y me cruce por
delante de él rozando con mis manos lo que era su creciente erección
- Una cosa es que no pueda penetrarte y
otra muy distinta es que no use tu boca para satisfacerme, no me tientes
Renata. Ven a ducharte conmigo
- Ya te dije, primero lo primero. Date
prisa amor que tenemos que ir donde Dani después de la clínica
- Estaba pensando que cuando salga Adam
irnos unos días de vacaciones, se lo comente y me sonrió. Creo que eso es un sí
- ambos nos reímos - ¿qué te parece?
- veamos cuando pase eso, yo solo quiero
verlo en mis brazos, solo eso amor
Una
hora después ya íbamos camino a la clínica, como insistió tanto Thiago
terminamos duchándonos juntos entre besos y caricias. Lo más importante era ser
fuerte y mantener mi relación a floté,
mantener mi matrimonio tal y como venía.
Como
ya era habitual saludamos a los encargados de neonatología y pasamos a vestirnos,
luego a estar con nuestro hijo. La felicidad me llego completa cuando lo vi sin
la respiración asistida, llore de la felicidad y Thiago también.
Hoy
podíamos tocarlo libremente, sin necesidad de tener esos horribles guantes de látex
entre nosotros, podíamos estar ambos con el bebé, con nuestro Adam.
- Señora – me llamo la encargada – ¿Ya le
indicaron que hoy podrá alimentar al pequeño usted misma?
- Si – le conteste con la ilusión a mil –
Estoy esperando poder hacerlo
- Me alegra que así sea, es muy
importante que a partir de ahora que ya puede tomar a su hijo comience con el
apego. Es importante para usted y para él que la sienta cerca
- Gracias. Y si me informa donde debo
ubicarme y como sacar a mi bebé de aquí – toque la incubadora donde lo tenían –
Estoy un poco ansiosa
- Ya lo creo, usted debe sentarse en ese
lugar – me indico una silla a un costado de la sala – Y el papá si quiere puede
salir
- No – dijo Thiago seguro de su respuesta
– Yo me quedare
- Si así lo prefiere – asintió – Una vez esté
ubicada llevare al bebé a sus brazos, lo primero que debe saber, es la
posibilidad que Adam no se enganche de su pecho a la primera debido a que lleva
toda su vida – río – sus cinco días de vida alimentándose de otra manera
- ¿Qué pasa si no toma directo de mi
pecho? – pregunte asustada
- Para ser primera vez nada, pero si ya
después de varios intentos no lo hace probaremos con una simple mamadera, de
ser esa manera lo tendrá que hacer así. Pero si dado el caso en que tampoco lo
haga tendremos un inconveniente porque no se lo podrá llevar tan pronto como se
espera.
- Renata – me llamo Thiago – Inténtalo
- Claro que lo hará – le informo la
enfermera – Debe hacerlo
Se
dio media vuelta y Thiago tomo mi mano, dándome la confianza que necesitaba.
Esperaba que mi hijo me diera la dicha y la felicidad de engancharse a la
primera, estaba segura que lo haría. Y cuando la enfermera me lo puso por fin
en mis brazos aproveche de abrazarlo, besarlo y susurrarle que lo amaba con el
alma.
Thiago
por su parte no dejaba de tocarle su pequeña y calva cabecita, sabía que se moría
por poderlo tener entre sus brazos, veía la ilusión en sus ojos. Por un momento
cuando nos conectamos con la mirada me animo a que lo pusiera en el pecho.
Ese
momento fue el más maravilloso de la vida, ver como mi hijo buscaba desesperado
el medio por donde alimentarse, y que ese medio fuera yo me hizo crecer el corazón
dentro del pecho. Latía a mil por hora y quería ese momento para siempre
- Mira amor, lo está haciendo – me dijo
Thiago, en ese momento Adam dejo de succionar para buscar con sus pequeños ojos
a su padre.
- Señor – lo llamo la enfermera al darse
cuenta de lo sucedido – Por favor manténgase en silencio.
- No me puede pedir eso – le dijo
tratando de parecer calmado
- Thiago – lo llame antes de que fuera a
decir algo más – Por favor
- No Renata, no me pidas que le haga caso
a está – dijo refiriéndose a la enfermera – Ella no tiene la más puta idea de
lo que yo siento en estos momentos por no poder estar al lado de mi hijo, y si además
me dice que no puedo hablarlo. ¡Que se vaya a la mierda!
- Controle su lenguaje y su tono de voz
conmigo o le pediré que se retire de la sala
- Haga lo que se le dé la gana, pero no
me va a sacar de aquí y váyase acostumbrando a mi presencia porque mientras mi
hijo este ingresado en este lugar vendré todos y cada uno de los días
- Amor por favor – le pedí
- Esta bien - me dijo con resignación
- Intente que Adam vuelva a tomar su
pecho – asentí
Y
así lo hizo, fue acercar su carita a mi pecho y comenzó de nuevo a buscar su
alimento. Mi pequeño, mi amor pequeño.
- Creo que tenías hambre mi amor – le dije
acariciando con mi otra mano su cabecita – Y sabes que a mamá eso le hace muy
feliz. Me encanta tenerte así
- Mira como come amor – Thiago agacho su
cabeza hasta la altura de la de su hijo y le dio un par de besos que hicieron
que el niño volviera a dejar de succionar.
Esta
vez la enfermera solo resoplo tan fuerte que ambos la quedamos mirando.
- ¿A que está muy guapa tú mami? – Le dijo
Thiago tomando sus manitos – Es toda una belleza pequeño, ya verás que entre
los dos la vamos a cuidar muy bien. Ahora sigue comiendo hijo mío – le volvió a
besar la cabeza, me dio un beso en los labios y salió de la habitación
Pasado
quince minutos en los que Adam no dejaba de mamar, la enfermera me indica que
es momento del cambio de pecho, al ponerlo en el otro tuve un pequeño dolor
cuando comenzó a succionar, el cual se lo comente de inmediato y me dijo que
era de lo más normal que por la saliva del bebé a veces se rompen los pezones
pero que no me desanimara que me iba a dar una crema para eso en el caso que el
dolor persistiera. Eso me desanimo por un momento, pero aun con el dolor
persistente seguí dejando a mi bebé comer directo de mi pecho.
Creo
que aquellas que son madre me entenderían que aunque duele esa imagen y saber
que eres lo único que ese ser tan pequeño necesita te anima que lo sigas
asiendo o por lo menos en mi caso fue así.
Mi
Adam mi pequeño e indefenso Adam que ganitas tengo que de llevármelo conmigo y
dormir abrazada a él, de poder mecerlo en mis brazos para dormir, de mirarlo a
todas horas. Que este en este sitio a pensar que sé que está bien cuidado me
duele, no me gusta esta sensación no dejo de pensar que puede pasarle algo y
que en medio de la noche me llamen para darme una lamentable notición, no lo soportaría.
Si
aun inconscientemente no me repongo a la pérdida de mi primer hijo y al cual no
alcance a conocer y menos a disfrutar no veo mi vida son mi Adam, ahora que lo
tengo en mis brazos, ahora que puedo verle su carita. No, simplemente no podría
me moriría junto con él. A pesar que amo a mi esposo, a mi Thiago es un amor
mucho más fuerte, mucho más intenso. Thiago es mi complemento perfecto, pero
Adam es mi vida, es aparte de mí.
- Vamos a hacer pasar al papá nuevamente
para que lo tome entre sus brazos – me saco la enfermera de mis pensamientos –
No es algo que este autorizada a hacer pero no quiero problemas con su esposo,
se ve que es un hombre con carácter
- No es una mala persona – le defendí –
Solo está nervioso por la situación de su hijo, al igual que yo queremos
llevarlo para nuestra casa
- Lo comprendo señora. Pero no voy a
tolerar que me falte el respeto y mucho menos que perturbe el lugar.
- Lo sé, lo siento. De verdad Thiago no
quiso ser grosero. No pretendo justificar a mi marido pero solo son sus nervios
- Eso espero, porque ustedes son uno de
los pocos matrimonios que tiene autorizado el ingreso a toda hora, si se da
cuenta hay más bebés y padres que están igual que ustedes y no pueden estar aquí.
- Lo comprendo
En
ese momento y solo en ese momento, fue que me di cuenta que de verdad habían más
bebés, todos a una distancia prudente del otro. Una pequeña bebé, aún más
pequeña que mi Adam dentro de una cajita, conectada a diferentes maquinas, fue
solo mirarla para que presionara aún más contra mí a mi hijo.
La
enfermera entro con Thiago y dos mujeres más vestidas de la misma manera que
nosotros rápidamente deduje que eran madres que venían a ver a sus hijos y que
yo debía salir. Solo estaba permitido dos personas en la sala y en este momento
éramos cuatro.
- Veo que mi pequeño ya tiene sueño –
dijo Thiago volviendo a nuestro lado.
- Creo que sí. Amor es tu turno con el
bebé.
- Gracias – dijo casi arrancándome de los
brazos a Adam - ¿Cómo estuvo la comida que te dio mami? – Le pregunto llevando
el cuerpecito de mi hijo a su cara – Mientras mamá te daba de comer estaba con
tus abuelos afuera, ya los conoces – río – Ni siquiera preguntaron como estábamos
nosotros solo les importas tú, incluso tus tíos Ian y Dani que se mueren por
conocerte están aquí. Déjame decirte hijo que tienes una prima muy guapa,
estuve con ella un momento.
- ¿Esta Dani con Valentina aquí? –
pregunte asombrada de que la allá sacado tan pequeña de la casa
- Si no te importa amor – dijo el muy
idiota – Estoy conversando con mi hijo. Tu turno ya paso
- ¿Qué? – pregunte incrédula
- Que estoy conversando con mi hijo, si
quieres saber quiénes están afuera ve a ver.
- Pero Thiago…
- Ya me oíste amor. – Río – Mamá es un
poco metiche mi vida – volvió a reír y se puso a Adam sobre su pecho dando
pequeños golpecitos en su espalda – Como te decía, tu prima es muy guapa. Pero
eso ya lo sabíamos porque es mi sobrina.
Preferí
mantenerme al margen, quería saber que tenía que decirle mi amor a mi pequeño,
pero también quería saber quiénes estaban afuera.
- También
tienes otra tía, mamá tiene una hermana. Es un tanto especial pero es hermana
de mami y vamos a quererla de todos modos. Ella tiene una pequeña hija, es más
grande que tú Carol también es tu prima. Cuando tú estabas en la guatita de
mamá, que por cierto no deberías haber salido tan pronto. Pero ya hablaremos de
eso. Carol se quedaba en nuestra casa. Debes recordarla porque te movías de una
manera cuando ella te tocaba.
- ¿Pero qué cosas le cuentas? – Me burle –
Se durmió de lo aburrido que eres
- No es así, le gusta que su papá le
hable. Solo que quedo demasiado satisfecho de toda esa leche tan rica que tomó
- Ya lo creo. Tú historia era muy
aburrida. Asúmelo
- Claro que no, le estaba contando de su
familia. Eso no puede ser aburrido.
Y
así pasamos un rato con nuestro bebé en brazos de su padre, hasta que la
enfermera se dio cuenta que el niño dormía y nos pidió abandonar la sala. Solo
por las próximas tres horas en la cual yo, y solo yo tenía permitido el acceso
a alimentar a Adam. Thiago no quedo muy contento con eso, pero comprendía que
no podíamos pasar a llevar al resto de los papas.
Con
un beso en la cabeza de parte de cada uno le dijimos hasta pronto a nuestra
criatura.
Los
primeros diez días de Adam pasaron muy rápido, y a su vez fueron una tortura,
el pediatra de cabecera nos daba todos los días buenas noticias. Mi pequeño
cada vez lo hacía mejor, lo habían sacado de esa sala de neonatología para
pasarlo a una intermedia donde ya podía entrar un poco más de gente. Thiago y
yo éramos puntos fijos, o eso queríamos pero nuestros cuerpos se agotaban así
que las primeras dos noches en esa nueva habitación ambos nos quedamos con él.
Pero luego entre mi padre y mi suegra Renata nos obligaron a ir a dormir a casa.
Así lo hicimos.
No
pegamos un ojo pensando en Adam, pasamos la noche abrazados en la cama pensando
en lo genial que sería cuando por fin en bebé estuviera en la cama con
nosotros. Entre risas y buenos deseos nos dormimos unos minutos para que cuando
a las 7 de la mañana sonara la alarma del celular saltáramos a la ducha.
Luego
de eso y de la mala noche preferimos que mejor él o yo nos quedáramos así que
noche por medio pasábamos en la clínica, nuestras familias iban a diario y nos hacían
relevos para que saliéramos a comer.
- Renata hija – me llamo mi suegra
- Hola – la salude dejando a Adam en la
fría cuna - ¿Cómo está?
- Bien hija. ¿Y ustedes?
- Bien. Este bebé precioso paso una noche
estupenda.
- ¿Y tu hija?
- Estoy bien. Aquí con él estoy bien
- Lo se hija. Se lo duro que es todo
esto, Pero estoy preocupada
- ¿Por qué? - pregunte asombrada
- Por ti y por Thiago –
- ¿Pero que tenemos Thiago y yo? Estamos
bien. Estaremos mejor claramente cuando podamos llevarnos al bebé.
- Lo sé. Pero me preocupa su matrimonio.
Pasan el día acá. Mi hijo entre el trabajo y estar en la clínica no descansa
bien. Para que decirte tu descanso. ¿En qué momento están juntos como pareja? ¿Cómo
matrimonio?
- ¿Qué quieres decir? – le pregunte
claramente
- Me preocupa que pasen tanto tiempo
separados, que no pasen la noche durmiendo en la misma cama, que tener a Adam
acá les destruya su matrimonio
- ¿Por qué piensa eso? De verdad Tía que
estamos bien, hablamos a diario. Nos vemos cuando estamos acá. Nos queremos
- A veces el amor no es suficiente hija.
Yo sé porque te lo digo.
- No. – La corte – No sabe nada, usted no
tuvo a ninguno de sus hijos ingresado en una puta sala de hospital. No tuvo que
separarse de él siendo un bebé
- No te lo tomes a mal - me corto
- Mi matrimonio está bien, si le preocupa
su hijo hable con él. Yo estoy preocupada por el mío. Es madre al igual que yo,
si a Ian le pasara algo no se separaría de él ni un solo momento.
- Cuando Benjamín estuvo ingresado, si me
separe de mi hijo para estar con él hombre que amo. No deje a Benja ni un solo
momento mientras estuvo hospitalizado. Mi suegra se ocupaba de él casi todo el
día para yo poder estar con mi amor.
- No es lo mismo –
- No te cierres, porque es muy similar
- ¿Qué es lo que quiere? ¿Qué deje a Adam
solo para estar con Thiago? Pues no lo haré, no voy a dejar a mi hijo para
estar con él. Y sé que a Thiago tampoco le gustaría dejar a su hijo solo para pasar
tiempo conmigo.
Ofuscada
por su comentario salí un momento de la sala para encontrarme en el pasillo con
Dani y su bebé. Tampoco quería verla y ver como ella se burlaba de mí, porque
que estuviera aquí con su recién nacida y sana hija para mí era una burla.
¡Mierda!
Que nadie me entendía, como podía pensar en pasar tiempo con Thiago, lo amo,
claro que lo amo, pero primero está mi bebé. Y sé que para Thiago es lo mismo.
Baje
a la cafetería y me compre un café porque esta noche no quería ir a casa, me
quedaría acá aunque eso me trajera problemas con Thiago, si su madre estaba
preocupada por él lo dejaría ir a descansar.
Mi
móvil vibro en mi bolsillo y lo ignore, de seguro era Thiago y en estos momentos
no tenía ganas de hablar con él. Pensaba que mi suegra era distinta, que me
apoyaba y me daba cuenta una vez más que no era así.
Magda
era la única que se mostraba de mi parte, sabía que ella sería capaz de eso y
mucho más por su hija y también por su nieta.
- Sabia que te encontraría aquí – la voz
de Thiago llego por mi espalda y alce la vista para verlo.
Llevaba
ojeras, y por primera vez en diez días me daba cuenta que tenía cara de
cansado.
- Aquí estoy –
- ¿Qué pasa amor? – Pregunto corriendo
una silla para quedar a mi lado y tomar mis manos entre las suyas - ¿Todo bien
con nuestro pequeño?
- Si – dije solamente
- ¿Hablaste ya con el medico?
- Te estaba esperando a ti – asegure – En
eso habíamos quedado
- Lo sé, si no es eso ¿Qué te pasa?
Tienes los ojos vidriosos. ¿Estabas llorando?
- No, estoy bien. Adam pasó buena noche
- Amor te estoy preguntando por ti, sé
que nuestro bebé está bien. Estaba arriba con mi madre pero me sorprendí de no
verte con él
- Yo estoy bien Thiago de verdad que
estoy bien
- No te lo creo. Renata quiero que me
digas que está pasando. ¿Qué pasa? ¿Por qué estas acá y no con nuestro hijo? ¿Por
qué tienes los ojos vidriosos?
- ¿Crees que nosotros estamos mal?
- ¿Nosotros mal? ¿Cómo matrimonio dices tú?
- Si Thiago. Nosotros como pareja ¿Crees
que estamos mal? ¿Quieres que pasemos más tiempo junto? ¿Me amas aun?
- ¡Oh por dios! Amor, estamos bien como
pareja. Pasando una dura prueba con nuestro bebé acá, claro que quiero pasar más
tiempo contigo, siempre quiero estar contigo. Pero sé que en estos momentos
todas las atenciones son para Adam, incluso yo me siento así. Quiero estar todo
el tiempo con él. Y no vuelvas a preguntarme nunca más si te amo. Porque lo hago
con cada latido de mi corazón, con cada respiración. Te amo y te amare el resto
de mi vida, porque eres él y serás el amor de mi vida.
- Te amo – solo logre articular y deje
que las lágrimas salieran de mis ojos.
- Yo también amor mío, también te amo y
amo a ese pedazo de nosotros que esta allá arriba. Ahora termina tu café y
subamos. Quiero que estemos los tres juntos un momento antes de ir a hablar con
el doctor.
Aun
contra todo pronóstico el me seguía amando y me dejaba claro que se sentía igual
que yo, quería estar todo el tiempo con el pequeño.
Termine
mi café de un solo sorbo para poder volver a subir tomada de su mano, esperaba
que al vernos entrar su madre saliera de inmediato. No la quería ver, me habían
herido sus palabras.
EL PRÓXIMO CAPITULO ESTARÁ DENTRO DE UNA SEMANA O TAL VEZ ANTES. RECUERDEN QUE AHORA Y HASTA QUE TERMINEN LAS CLASES Y LA PRACTICA NO TENGO DÍA FIJO DE PUBLICACIÓN.
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