lunes, 10 de marzo de 2014

#1 "Caminos Inesperados"

                                                                                Años antes...


Un año esperando este viaje, un año que no había parado de pensar en todo lo que haría. Dejar mi casa por un mes tenía un sabor agridulce por una parte todos los lugares que podría conocer, todas las personas y lo mas importante chicas me llenaban a un más de ilusión. Pero dejar a mi familia, a mi madre, a Dani mi pequeña hermanita con quien éramos muy unidos y mi padre, mi viejo era mi mejor amigo. Y ahora a mi hermano que crecía en el vientre de mi madre. ¿Quién lo diría? Con un hijo de 18 añotes una de 15 y se les ocurre seguir haciendo crecer la familia. Mis padres son únicos. Deberían estar preparándose mentalmente para tener nietos. Y digo mental porque Daniela aún es muy chica y yo. Yo solo quiero divertirme. Hacer bien mis elecciones para luego en algún momento conocer a esa chica de mi vida con quien formar familia.

Y aquí estamos con los lagrimones de mamá y de Dani.

      - Mi niño promete llamarnos todos los días -
      - Si mamá -
      - Tía le aseguro que vamos a estar bien y cualquier cosa iremos donde la señora Victoria -
      - Tú abuela estará feliz de verte - se hizo notar papá, dándome un gran abrazo. - Cuídate pequeño
      - Bien nos vamos - dije para terminar con el espectáculo del aeropuerto al que estaba siendo expuesto

Luego de más besos y abrazos entramos por fin a la sala de embarque internacional donde estaban mis otros tres amigos que me iban a seguir en este viaje. Italia, Francia, España, Alemania, Portugal. Fueron los destinos elegidos, claro que más tiempo estaríamos en España entre visitar a mi Abu, a Beto, Joe, Mau no les importo para nada y mucho menos a Nacho quien pasaba mucho tiempo en mi casa, era uno de mis mejores amigos junto con Marco quien por ser mucho menor que nosotros no lo dejaron y mi parte egoísta se alegraba que tía Naty allá dicho "No", hubieran sido muchas cosas las que me hubiera tenido que privar por andar con un menor de edad. Ya bastante es conmigo y no tener los 21 años que en algunos lugares piden.

      - Bien chicos este es el plan - les dije llamando su atención - Primero vamos a casa de mi Abu para que cuando mis padres llamen ella les indique que estamos todos muy bien - les sonreí - Nos quedaremos una semana con ella en su casa - alzaron las cejas - Si nos vamos a un hotel se nos ira el dinero mucho antes
      - Thiago tiene razón. Debemos hacer durar el dinero - acotó Nacho - La Abu nos tendrá comida y cobija y nosotros solo debemos llegar en condiciones a dormir. - se río - Además este es su favorito y no nos delatara con su padre
      - Eso es verdad mi Abu es muy simpática y jamás me ha delatado y recuerdo que una vez llegue como trapo a su departamento - todos reímos al recordad en las condiciones que llegue al departamento de mi Abu hace unos meses atrás luego de la celebración del cumpleaños de Beto, era tanto lo borracho que estaba que tenía miedo de ser castigado para toda mi vida si mi padre me veía así. Claro que cuando llame a mamá para contarle ella se dio cuenta de inmediato y me guardo el secreto. Esa fue la última vez y espero que nunca más vuelva a pasar

      - Continúa - cortó Joe
      - Luego nos vamos directo a recorrer, si utilizamos dos y medía semanas para las 4 ciudades que tenemos en mente podemos volver a España unos días antes y quedarnos en casa de Abu
      - ¿17 días para recorrer? - pregunto Joe - Mi billetera no resistirá tanto mis padres solo me compraron los boletos, yo trabaje para poder venir
      - Déjate de idioteces que mi padre tampoco me dio su tarjeta de crédito para venir - reclame - Me dio lo suficiente para no morir de hambre por eso tenemos que ser ahorrativos y si nos quedamos sin dinero volvemos donde mi Abu, pero te lo digo Yo no vuelvo antes de un mes
      - Chicos solo disfrutemos - Dijo Nacho - Yo si tengo la tarjeta de mamá -se río - Hijo único muchachos

No pudimos evitar reírnos en ese mismo momento de las ocurrencias de Nacho al ser hijo único no le prohíben nada y siempre le daban en el gusto en todo, nuestro grupo de amigos a pesar de ser todos de buena posición económica, teníamos limites, o por lo menos yo.

Mi padre siempre me dijo que todo en esta vida se ganaba. Que tanto su empresa como la de mamá eran sacrificios grandes y no por eso yo iba a tener siempre todo. Tendría que trabajar para ser alguien en esta vida por mí mismo, no hijo de. Y claro que lo iba a llevar a cabo, mi madre Arquitecta, mi padre Publicista y yo estaba más para la Arquitectura aunque espero que a mi mamá le parezcan mis ideas y no sean tan radicales.



La primera noche en España y el frío era imposible, mala fecha en la que decidimos invierno, lo más hermoso que veríamos era todo cubierto de blanco.

      - ¿Cómo durmió mi príncipe? - dijo cariñosamente mi Abu cuando ingrese en la cocina donde ella les daba de desayunar a mis amigos
      - Muy bien Abu - la abrace y la bese en la mejilla sin importar las posteriores burlas de mis amigos. Si algo había aprendido de mi padre era que no importaba el donde y el con quien para hacer las muestras de cariños para las personas que uno quiere - Feliz de estar contigo unos días
      - Me alegro hijo. Me alegro teneros acá a todos. - dejo delante de mí un plato con huevos con tocino que sabe que me encantan sobre todo si los prepara ella. Y si mi madre se entera se enojara el resto de su vida, pero mi Abu cocina mucho más rico - ¿Planes para hoy?
      - Un recorrido por la ciudad algunos museos, y en la noche nos iremos a algún bar - dije quitando importancia, como si en realidad no fuera la gran cosa
      - Mientras sea todo dentro de Barcelona no hay problema hijo. Pero quiero que cenen todos acá es la única condición que les pongo
      - Y nosotros felices Abuela - dijo el muy sinvergüenza de Nacho abrazando a mi abuela y dándole un beso en la mejilla
      - Bueno chicos dejan todo recogido - me beso la cabeza - No olvides llamar a papá
      - Claro que no Abu. - me pare a buscar mi móvil - No quiero la furia de mi madre sobre mí - me reí

Llegue corriendo a la habitación para coger mi móvil y mi sorpresa fue mayúscula cuando encontré 3 conversaciones de WhatsApps sin ver. Marco, Dani, y Andrea. Me fui directo a lo realmente importante

"Hermanito ya te extraño. Cuídate muchisisisisisimo." 

Como siempre mi querida hermana aproveche de responder de inmediato

"Cuida mucho a mamá. Te amo enana no hagas problemas"
"Yo también te amo grandulón y tu disfruta a la Abu y dile que en vacaciones iré a pasar unos días con ella"
"Prometo que si mamá no te puede traer lo haré yo mismo. Hablamos más tarde" 
"Esperaré con ansias."

Marco
"¿Todo bien?”
"De maravilla hermano"
"¿Cómo están las chicas?"
"Esta noche las veremos nos vamos de bar 1313"
"Vicien disfruta hombre y a que no sabes quién me pregunto por ti"
"Andrea - Tengo un WhatsApps de ella que no he visto"
"jajajajaja lo sabía no tardaría en hacerlo esta coladita por ti"
"Todas lo están”
“Si, si galancete. Anda dime que dice"
“Te lo reenvió - ¡Hola! Marco me dio tu número y me ha dicho que estas de vacaciones bueno solo querían que supieras que me quede con las ganas de verte. ¿Nos vemos a tu regreso? - Ya sabes todas están locas"
"Wooow se lanzó a la piscina sin dolor jajajajaja"
"No es mi tipo, la veo como una hermana chica"
"Pero tu hermana chica esta como quiere"
"Ni se te ocurra acercarte a ella. Que te conozco" 
“No. No tu hermana es como mi hermana"
"Más te vale. Te dejo que nos espera un gran día"
"Cuídate Amigo. Nos vemos a tu regreso"
"Nos vemos"

Andrea
"Hola! Marco me dio tu número y me ha dicho que estas de vacaciones bueno solo querían que supieras que me quede con las ganas de verte. ¿Nos vemos a tu regreso? "
"Andrea Hola claro que podemos quedar a la vuelta de mi viaje. Cuando pise suelo Chileno nuevamente serás la primera en saber. Un beso"

No espere una respuesta y desactive todo lo que tuviera que ver con internet, son mis vacaciones y quiero disfrutarlas con los que estamos acá

     - ¡Mi vida! - grito eufórica mi madre al otro lado del móvil - ¿Estas bien?
     - Si mamita - resople - Solo te llamaba como habíamos quedado
     - Me alegras el día. - suspiro - Ya me muero por verte.
     - Que no llevo nada fuera de casa - reí - Mami solo te llamaba para reportarme
     - Ya, ya mi vida. Lo se tienes planes -
     - Te quiero mami -
     - Yo te amo mi vida. Hablamos mañana ¿Vale? -
     - Vale - sonreí
     - Llama a papá se pondrá feliz de escuchar tu voz -
     - Lo haré -
     - Cuídate mi vida -

Escuchar a mi madre igual me provoco emociones extrañas, si, si debo admitir que la echo de menos pero bueno que le voy a hacer. Aproveche el momento para llamar a mi padre y hablar casi exactamente lo mismo, me pidió que me cuidara y sobre todo me dijo que le alegraba escuchar mi voz. Mis padres como los amo.

Y así pasamos la tarde con los chicos recorriendo la ciudad, se me daba bien lo de guía turístico. Los lleve a muchos sitios que ellos no conocían, bueno no conocían nada de Barcelona. Y sin embargo yo a pesar que no vengo muy seguido conozco muchos lugares, mi padre siempre me llevaba a conocer un nuevo sitio para que siempre tenerme entretenido cuando veníamos.
Los chicos estaban alucinados con todos, eran fieles turistas y fotografiaban todo lo que se moviera y lo que no, lo que les pareciera “bonito” y atractivo. Con mi celular en mano saque un par de fotos y se las envié a Dani como se lo había prometido.

El lente de mi cámara quedo fijo en una mujer que caminaba por el parque en compañía de un cachorro, era muy guapa su pelo rubio al viento me mantuvo fijo en su vista, no perdí el tiempo y le tome un par de fotografías

      - ¡Hey! Thiago. – grito en mi espalda Joe y me voltee de inmediato
      - ¿Qué? – pregunte desconectado de la conversación
      - Bien, este no escucho nada – se mofo Nacho – Te decíamos que por la edad tendremos problemas para entrar a cualquier local
      - Lo sé – aparte mi vista de la chica de piernas largas, guardando mi móvil en el bolsillo de mi pantalón – Pero tengo un plan B.
      - ¿Cuál es el A? – dijo Nacho pasando su brazo por mis hombros
      - Tratar de entrar sin que nos pidan identificación – se burló Joe
      - Así es. – Dije volteando para volver a ver a esa chica que antes había llamado mi atención – Y el B es… -
      - Thiago – me llamo Nacho – Puedes dejar de mirar a la chica y volver con tus amigos
      - ¿Qué chica? – pregunto Joe y Beto al mismo tiempo
      - Esa – apunto Nacho la dirección en la cual estaba con la vista pegada – Si esta buena pero no es para que te pegues de esa manera que ni siquiera tiene buen culo
      - Ya basta – dije con algo de disgusto ya que ahora eran mis cuatro amigos quienes se la comían con la mirada – Podemos seguir en lo que estábamos
      - Esta bien buena – dijo Beto – Mujeres como ella son lo que necesito
      - Sí, sí. – Dije caminando hacia el lado contrario – Seguro que en el local encontramos mejores y como dijo Nachito con mejores culos como tanto le gustan. Ahora vamos
      - ¿Conoces buenos lugares? –
      - No. Nunca he salido a conocer como son las noches – me reí – Pero mi papá me dio algunos datos
      - Grande tío Benja – grito Nacho – Ahora terminemos la vuelta y vamos a comer a casa para luego salir de fiesta

Los cinco nos carcajeamos y seguimos con nuestro recorrido camino a casa. Si la pasábamos muy bien con los chicos, nos reíamos mucho y sobre todo conversábamos de las cosas que teníamos en común. Estaba claro que tanto Nacho como yo seguiríamos el mismo camino en la universidad de hecho habíamos postulado a la misma universidad y ambos quedamos Universidad de Chile, Facultad de Leyes. La abogacía era lo mío, o por lo menos eso creíamos.

Cuando horas más tarde llegamos a casa de mi Abu ella nos estaba esperando con la cena lista, ya en nuestras habitaciones nos comenzamos arreglar para parecer lo más mayor posible y evitar así que nos pidieran identificación. Una camisa y unos jean mi elección un tanto casual y como llevaba semanas dejándome crecer un poco de barba según mi madre a la cual le creo todo, me dijo que parecía un chico grande.

      - Estas muy guapo mi vida – me dijo mi Abu a penas ingrese a la cocina siendo el primero en estar listo – No puedo creer lo rápido que pasan los años
      - jajajajaja – la abrace – Abu eres muy aduladora
      - Pero si estas guapo mi vida – beso mi cabeza y se alejó – Eres tal como era tu padre a tu edad. Eres tan igual a mi Benja
      - Pero mejorado – me burle – jajajajaja. Abu esta noche iremos de fiesta con los chicos, pero llegaremos temprano
      - Y te vas a cuidar mucho mi vida. – Me puso un plato de comida delante de mí en la isla de la cocina – Me muero si te pasa algo
      - Abu tranquila si nada nos va a pasar. – Rodeo la mesa y el abrazo – Te quiero mucho Abu, eres la mejor de todas
      - Soy la única que tienes – se río
      - Yo también quiero un abrazo – dijo Nacho entrando a la cocina
      - Ya Nacho. – Le dijo mi Abu – Ven acá enano

Lo abrazo con mucho cariño y nos pusimos a comer todos juntos, la comida resulto ser de lo más entretenida, llena de risas y malos chistes de Beto.
A las 9 de la noche ya estábamos listos y dispuestos para salir de fiesta, nuestra primera parada fue todo un fracaso el gorila que custodiaba la entrada, le pidió la identificación a Mau y luego de verla nos hizo retirar a los cinco.
Caminamos lejos de ese primer local para evitar haber sido vistos por otros guardias, pero como era de esperar en el segundo local ni siquiera alcanzamos a entrar dos pasos cuando nos pidieron identificación y como era de esperar, sentados fuera.
Y así nos pasó por lo menos en cinco locales, cuando nos disponíamos a marcharnos y nos resignábamos a beber en casa, un callejón con varios letreros luminosos llamaron nuestra atención.

      - El último – dijo Beto ya enojado por la situación

Todos asentimos con la cabeza y caminamos hacia la dirección. Black&Green fue el local donde nos arriesgamos por última vez. El letrero brillante nos daba la última esperanza, de verdad que ya era la última. El guardia de la entrada estaba tomando la identificación de un grupo de a lo menos 8 chicas que estaban delante de nosotros. La cara de los chicos era un poema, de verdad se las comían con la mirada, no era que yo no lo hiciera pero por lo menos trataba de disimularlo un poco, ellos nada. Una de las chicas se dio cuenta y nos guiño un ojo y nos hizo señas para acercarnos a ellas.

      - Somos ocho mujeres y cinco hombres – Índico la rubia que nos había llamado. – Ya ha revisado cuatro identificaciones y ha comprobado que somos adultas y responsables. Ahora podemos ingresar o bien nos vamos a otro local donde no nos pongan tantas trabas

Esta rubia sí que tiene carácter – Pensé.

      - Señorita Dubó – dijo el gorila de voz ronca – Ya pueden ingresar. Su reservado está en la parte trasera lista esperando por ustedes.
      - Gracias – Dijo la rubia y nos encaminamos detrás de ellas hacia el interior del local. Una vez dentro la cantidad de gente era mucha comparada con el tamaño del local, mucha gente dentro de la pista de baile al fondo y en altura se podía apreciar lo que según yo eran las cabinas de vidrios tintados más oscuros para mantener la privacidad dentro. La rubia se volteo llegando a la altura de la barra y nos guiño un ojo, avanzo son sus amigas y nosotros nos quedamos en la barra.

      - ¿Qué mierda fue eso? – grito sobre la música Beto
      - Ese bombón nos ayudó a entrar y se fue así como si nada –
      - ¿Bombón? – Se carcajeo Mau – Diosa
      - Bajen a sus hormonas – bromeo Nacho - ¿Chupitos?

Al chico de la barra le pedimos la primera ronda doble de chupitos, cuando estos estuvieron frente a nosotros los cinco al mismo tiempo lo bebimos todo, hasta dejar el vaso boca abajo sin derramar una sola gota. Y así mismo paso con el segundo y el tercero, cuando nos armamos del valor suficiente para sacar a alguien a bailar nos fuimos a la pista donde había un grupo de tres chicas.
Beto y Mau que eran los más tímidos de los cinco fueron los primeros en conseguir una chica y quedamos de juntarnos en la barra luego de un par de canciones, además de poner como regla que ninguno podía irse con nadie. Llegamos cinco y nos íbamos cinco. Esa regla estaría fija los días que estuviéramos en Barcelona hospedándonos en la casa de mi Abu.
Nacho, Joe y yo seguimos caminando hasta visualizar al grupo de chicas antes vistas. Nacho con toda la espontaneidad que lo caracterizaba se acercó más de lo permitido hacia la más pequeña de cabellos oscuros y le hablo en el oído. Luego de unos momentos ella les hizo señas a sus amigas quienes caminaron hacia nuestro lado. No tuvimos posibilidades de elegir con cual queríamos bailar por que fueron ellas quienes decidieron.

La chica con la que me toco era de la misma estatura que yo, de cabellos de un color chocolate, y unos ojos verdes penetrantes, era hermosa no lo podía negar. Sus labios me incitaban a besarla aunque fuera muy pronto.

      - ¿Y tú cuántos años tienes? – me dijo luego de un rato de bailar en silencio pegándose mucho a mi pecho
      - Los suficientes para entrar en este lugar ¿No crees? – le respondí pasando mi brazo por su cintura para atraerla más a mí, si pensaba entablar una conversación era mejor que lo hiciera cerca para poder escucharla claramente
      - No. Creo que no tienes edad de estar aquí, pero por tu acento deduzco que no eres español –
      - Acertaste – susurre en su oído
      - ¿Y tienes nombre? – Asentí - ¿Me lo dirás?
      - T… - cuando estaba por decirle mi nombre decidí jugar un poco – Rafael
      - Mucho gusto Rafa – se alejó y me deposito un beso en la mejilla – ¿Puedo decirte así? Soy Karla
      - Puedes decirme como quieras, preciosa –
      - ¿Me invitas un trago? –
      - ¿Bailamos? – le dije desviando su atención.

Estaba claro el tipo de mujer que era, o por lo menos en los locales que yo frecuentaba en mi país era así el juego, coqueteas un poco solo para conseguir un par de tragos gratis y luego irte donde tus amigas a seguir bailando y pasándolo bien. Bailamos un par de canciones más y al darse cuenta que de mí no iba a conseguir precisamente eso. Me dijo que iba a ir al baño. Le toque el hombro a Nacho y le apunte la barra que era donde me iba a dirigir mientras buscaba alguna chica que de verdad me llamara la atención y que no tratara de conseguir alcohol gratis.

Paso más de una hora donde ninguno de mis amigos llego a mi lado, estaba claro que lo estaban pasando muy bien. Camine hacía los baños con la esperanza de encontrar otro ángulo de donde poder mirar mejor la pista de baile.

Cuando la vi, estaba seguro que era la misma chica que esta tarde había llamado mi atención en el parque, para asegurarme en un acto reflejo sin apartar mi vista de ella saque mi móvil y revise la galería fotográfica, solo para confirmar, porque ese cabello dorado y esas piernas no las podía olvidar tan fácil.

Pequeño Lackington estas de suerte – me dije a mi mismo cuando confirme mis sospechas, me quede por un prolongado tiempo mirando que nadie llegara a su lado. Y como nadie lo hizo decidí entrar en acción.

Camine con paso seguro a su lado y poco antes de llegar a su lado vi a la chica con la que había estado bailando, acercarse a ella y decirle algo en el oído. Mi Ángel rubio agacho la cabeza y bebió todo lo que contenía su vaso, caminando a paso seguro hasta mí.
Cuando paso por mi lado, me dedico medía sonrisa y paso en dirección a los baños.

      - ¡Hey! – dijeron a mi lado. Era Beto que venía con un chupito en las manos. Se lo quite sin pronunciar palabra, le golpee el hombro en modo de agradecimiento y camine hasta la puerta del baño de mujeres.

Beto me sonrío e ingreso al baño de varones al final del pasillo, la chica rubia a la cual esperaba pacientemente se tardaba más de la cuenta, y llegue a pensar que tal vez no había ingresado o simplemente me lo imagine.

      - ¿Qué haces parado aquí? – me interrumpió Beto
      - Sigue tu camino y déjame en lo que estoy –
      - La chica con la que estoy tiene una amiga que te puede interesar – me alzo las cejas – Vamos y disfruta la noche
      - Anda adelantándote voy en un minuto – le guiñe un ojo
      - Vale – resoplo y se fue

Tiene que haber sido mi imaginación – me dije pasado quince minutos o más. Ya casi no tenía efecto alguno de los chupitos que me había bebido, cuando la puerta del baño se abrió y la vi salir. Esta vez traía su cabello recogido en una cola de caballo. Como ya no quería perder mi tiempo me acerque a ella sin pensarlo dos veces

      - Hola – le dije acercándome por su espalda en medio del pasillo
      - Hola – respondió sin voltearse
      - ¿Bailamos? – pregunte arriesgándome rápidamente. Me volteo a mirar y me dio medía sonrisa con sus perfectos dientes blancos que fácilmente podían iluminar este local completo.
      - ¿Qué tal si me invitas un trago primero? – pregunto guiñándome un ojo.
      - Bien – le dije posando mi mano en su espalda para guiarla hacia la barra.

En el más completo silencio ambos nos bebimos nuestro chupito lentamente, ninguno de los dos decía nada. Yo estaba demasiado nervioso como para preguntarle algo y ella solo me sonreía

      - ¿No me vas a preguntar mi nombre? – dijo cuando termino de beber. Asentí con la cabeza – Bueno creo que es mejor que no lo sepas
      - ¿Por qué? – pregunte atónito ante sus palabras, no me quería dar su nombre – Yo soy T… Rafael – dije al final el mismo nombre que le había dado a su amiga hace un rato atrás
      - Eso no importa

Dicho eso se acercó hacia mí y sin más me beso, por unos segundos no lo correspondí porque estaba completamente en shock no era que no me gustara el sabor de sus labios o que no pensara hacer lo mismo, pero me gustaba dar a mi ese paso.
Cuando volví a mí, y mis labios se dignaron a corresponder le devolví el beso con la misma intensidad que ella me besaba a mí, mi lengua invadió su boca y no le di tiempo de pensar las cosas. Separo sus labios de los míos y me llevo al medio de la pista de baile.
Por lo que fue algo así como una hora bailamos y nos besamos, sin importarnos el resto de la gente que nos pudiera estar mirando, no hablábamos solo actuábamos.

El ritmo de la música comenzó a cambiar esta vez era más lento, y la pegue aún más a mí. Mientras seguíamos besándonos a corte de la canción.

      - vámonos de aquí – me dijo entre besos.

No lo pensé dos veces y la tome de la mano. No sin antes pasar por el lado de Nacho y detenerme un momento para informarle que me iba con la chica, protesto y me reclamo acerca de nuestro acuerdo de llegar juntos, poco me importaba en ese momento si llegaba o no a dormir a casa.

      - Cúbreme – le pedí antes de dejarlo solo.

Salimos del local tomados de la mano sin decir ni una sola palabra, como no tenía coche ni mucho menos un departamento donde llevarla decidí hablar.

      - ¿Te importa si vamos a un hotel? – pregunte parándome frente a ella y besándola con pasión desmedida
      - No. – susurro contra mis labios, atacando mis labios con desesperación.
      - Vamos entonces –

Dicha esas palabras mágicas caminamos un par de cuadras hasta el primer hotel que encontramos en el camino, no nos paramos a mirar si era lindo o feo, o si estaba bien acondicionado o no. Íbamos a lo que íbamos.
Una vez en el ascensor no parábamos de besarnos y meternos manos por todos lados, ninguno de los dos decía nada solo actuábamos. Nos dejamos llevar por el momento.
Antes de entrar a la puerta de la habitación ya tenía al Ángel rubio con sus piernas amarradas a mi cintura devorando mi boca con lujuria.

      - Necesito que bajes las piernas para poder abrir – le dije separando mi boca de la de ella. Acto seguido ella saco su mano de mi cabello, me quito las llaves sin separarse. Abrió la puerta y no necesitamos más.
Cerré la puerta empujándola a ella contra la puerta lleve una de mis manos a sus piernas y subí hasta toparme con su culo, el que acaricie y moldee a mi antojo mientras ella abría la boca para jadear.

Tuvimos sexo desenfrenado, apasionado y lleno de lujuria por toda la habitación, comenzamos detrás la puerta, seguimos por la cama, para terminar dentro de la ducha, hasta que el cansancio pudo más que nuestras ganas y nos dormimos desnudos en la cama.
Las palabras que cruzamos fueron solo las necesarias, para todo lo demás nos dejamos llevar por el alcohol y la pasión.



Sin siquiera abrir mis ojos, recordé todo lo sucedido la noche anterior, esperaba abrir mis ojos solo para llevarme la imagen de aquella chica de la cual no sabía el nombre desnuda a mi lado lista para un nuevo asalto de sexo. Solo de pensar lo que pasaría mi miembro se hizo presente y se comenzó a despertar sin mayor necesidad, moví mi brazo para buscar su calor.

De un sobre salto me senté en la cama, ya que no estaba a mi lado. Su lugar estaba frio, no había rastro ni siquiera de su ropa. Ella no estaba.  
Camine hacia el baño lleno de frustración y confusión, en mi mente estaban todas las imágenes pero tal vez las había soñado. No. Estaba claro que no lo había hecho porque estaba en un hotel.

      - ¡Mierda! – Exclame cuando volví a la realidad, abrí la puerta del baño y mire al espejo. Con labial rojo había algo escrito.

“Rafael. Fuiste maravilloso toda la noche, no la olvidare
NUNCA en mi vida.”

Estaba claro que yo tampoco la podría olvidar tan fácilmente pero… ¿Dónde se había metido?


Pasada las once de la mañana abría la puerta de la casa de Abu al otro extremo de Barcelona, no había bulla alguna por lo que me imagine que los chicos seguían durmiendo. Camine hasta la cocina donde me encontré con la cara de culo de Nacho.

      - Ya era hora – me dijo tan solo mirarme la cara – La Abu no se dio cuenta, lo que es bueno. Pero fue una mierda hacer que no ingresara a tu habitación y se diera cuenta que no estabas.
      - Gracias. Valió la pena – le guiñe un ojo - ¿Dónde está ahora?
      - Pues no está. Cuenta todo y no te ahorres los detalles –

Esperamos a que bajara el resto de los chicos y así contar la historia una sola vez, mientras relataba como se dieron las cosas, el nombre falso que le di, pero sobre todo la coincidencia de que era la misma chica que había estado mirando en el parque ni ellos la podían creer.
La intimidad la deje solo para nosotros no les conté nuestra desenfrenada noche de sexo, solo que me la cogí y que lo volvería a hacer si la veía.

Decidimos pasar ese día en la piscina techada que había en la casa, así descansar porque estábamos con toda la intención de volver al local. A todos nos había ido bien con las conquistas pero yo había sido el único que había terminado en la cama con alguien estaba claro que esta noche ellos esperaban conseguirlo y yo lo único que pensaba era volverla a ver.

Esa noche volvimos al local pero ella no estaba, no estaban sus amigas, no había rastro. Un pensamiento de decepción se cruzó por mi mente pero lo aleje rápidamente cuando una chica de pelo rojo se acercó a mi lado y nos pusimos a conversar resulto ser muy simpática y risueña su nombre esta vez sí me lo sabía. Florencia, luego de un par de tragos y buena conversación nos dedicamos a bailar e incluso intercambiamos números de teléfono. Nos caímos muy bien y quién sabe si a largo plazo podíamos ser buenos amigos. Resultaba que nuestras cosas en común eran varias ella también era de leyes, pero se quería especializar en la política, tema que yo encontraba demasiado aburrido, y no era que lo mío fuera más entretenido, pero yo quería leyes financieras y/o lo que me ayudara para llevar los temas legales de las empresas de la familia. Tanto en el ámbito Publicitario como el la Arquitectura. Había que seguir con el trabajo del padre de mamá y el trabajo de mi propio padre. Aun que estaba claro que Dani era la creativa y se inclinaba por seguir con algo de la rama de la publicidad.


Y el resto de los días fueron pasando, nos dirigimos a nuestro primer destino. En Italia estuvimos cerca de ocho días recorriendo por todos y cada uno de los rincones, nos dedicamos a ir a los centros turísticos a los puntos de interés y por nada del mundo acercarnos a las discotecas o bares, eso solo nos desenfocaría de nuestro objetivo.
Las Alemanas nos dejaron con la boca abierta, eran chicas muy guapas de cara pero de cuerpo… Nada. Solo estuvimos seis días ya que todo era muy caro y en Múnich donde fuimos a la fiesta de la cerveza fuerte, denominada Starkbierfest, debo reconocer que poco recuerdo cómo llegamos al hotel y cuantos llegamos verdaderamente, solo sé que al otro día de ir a ese lugar desperté en el suelo al lado de la ventana con una rosa en la mano.
Nacho despertó dentro de la tina de la habitación de Beto y Mau. El único con suerte fue Joe que despertó con una rubia con silicona hasta en las orejas, pero según él se movía como las diosas. Eso solo verdaderamente lo sabe el.

Francia y Portugal fueron más de lo mismo, largos días de caminatas, noches de alcohol sin control en tanto en el hotel como fuera. Poco más recuerdo de aquellas noches terminábamos tan borrachos que al otro día estábamos tanto tiempo acostados tratando de pasar la resaca que nos olvidábamos de tours o caminatas.

Por eso cuando decidimos que ya era tiempo de volver a España específicamente a Barcelona y nuestras financias estaban aún estables decidimos irnos a un Hotel, para poder disfrutar de un par de noches, las últimas noches de sexo desenfreno antes de volver.

Todos los días y como era sagrado yo hablaba con mamá o con Dani, rara vez con papá. Enviaba fotografías también constantemente, y ellos estaban seguros que nosotros estábamos bien que en parte era verdad.

      - Bien ya nos quedan solo tres noches antes de volver donde tu Abu. – dijo Beto en la mesa del comedor del Hotel donde nos encontrábamos comiendo.
      - Yo digo que estas tres noches de hombres solteros cogemos como si el mundo se fuera acabar y luego aquí nada ha pasado – dijo Nacho haciéndonos reír a todos. – Pero la condición será que nos traemos a las chicas al Hotel y así nos mantenemos juntos y seguros
      - La seguridad ante todo  - se burló Beto – Pero me parece el plan perfecto
      - Hagámoslo – dijeron al mismo tiempo Mau y Joe

Solo eran tres noches y luego todo se reduciría a tres días más donde mi Abu y fin de las vacaciones, volver a la realidad y a nuestras rutinas, a nuestra nueva vida como chicos universitarios.

Ese fue el trato y las dos primeras noches cogí con dos chicas distintas, hice cosas que jamás pensé, cuando la morena que no recuerdo ni como se llamaba me pidió que la penetrara por el culo, yo me puso nervioso, se supone que tendría que haber sido yo quien lo pidiera o solo lo hiciera no ella. Pero del nervio a la excitación ahí un solo paso, y termine accediendo a sus caprichos y resultaron ser muy muy muy placenteros también para mí.

Nuestra última noche y el destino fue Black&Green durante todos los días pasados no había pensado en el Ángel rubio hasta que la divise nuevamente en aquel pasillo, sin decirle ni media palabra a los chicos corrí hasta donde estaba, cuando nuestros ojos se conectaron no necesitamos más palabras, no necesitamos decirnos nada y como si fuera una necesidad ambos nos acercamos y simplemente nos besamos, nos besamos en frente de todos. Mi lengua entro con desesperación a su boca, como si mi vida dependiera de eso. Ella correspondió a mi beso y un gemido salió por su boca y lo capture con otro beso.

      - Te estaba esperando – dijo Ángel – Vámonos de aquí

Tan solo escuchar esas palabras fue como si un chip que antes no sabía que tenía se activara en mí, y la cogí de la mano y la saque del local, sin siquiera decirle una palabra pare un taxi y le indique la dirección del Hotel.

      - ¿Por qué no el mismo Hotel? – susurro en mi oído
      - Quiero variar – le indique y ella me alzo una ceja en modo de pregunta – Me hospedo en ese
      - Ya – me dijo besando mi cuello – La otra noche fui al bar esperando verte ahí y no estabas
      - Yo esperaba verte al despertar el otro día y tú tampoco estabas –
      - Me tuve que ir –
      - Yo también –
      - Rafael yo… -
      - No. No digas nada. –

Llegamos al hotel poco después de las diez de la noche en el camine le pregunte si acaso había cenado y ella me dijo que no, aproveche de pedir en recepción una cena para dos y una botella de vino.
Cuando entramos a mi habitación no estaba la desesperación de la vez anterior no nos lanzamos el uno sobre el otro, no teníamos prisa. El silencio era algo que no me gustaba, pero con ella con Ángel todo era distinto, con ella podían pasar horas sin hablarnos y de solo tenerla a mi lado y poder sentirla ya me sentía completo.

      - La cena ya llego – dije poniéndome de pie y abriendo para ingresaran el carrito con comida, nos acomodamos sobre la cama a comer mirando un programa de televisión que ella había elegido, era una película. Como era muy poca la atención que le prestaba lo único que sabía era que al hombre que ahí salía manejando una moto le decían “hache” ella estaba sumamente concentrada en la televisión y yo disfrutaba de ver su perfil y escuchar su respiración. Una vez acabado los platos le llene nuevamente la copa de vino y fue cuando apago la televisión y dejo la copa sobre la mesita de noche.

      - No vine hasta aquí a ver tres metros sobre el cielo contigo – me beso – vine a que me lleves a tres metros sobre el cielo

Esas palabras mágicas me llevaron directo a la erección, lentamente me abalance sobre ella y la recosté en la cama. Le bese cada centímetro de su cuerpo, esta noche a diferencia de la anterior le hice el amor. Por primera vez en mi vida, le hice el amor a una mujer.

Cuando desperté a la mañana siguiente su tibio cuerpo estaba pegado al mío, la abrace como si temiera perderla, pero esa era la última noche que podía pasar con ella. La desperté a besos, con caricias y deseando que ese momento durara para siempre.

El momento de la despedida había llegado, ella tenía que tomar su vida y yo mi viaje. La bese por última vez afuera del ascensor donde la vi desaparecer de mi vida nuevamente. Estaba claro que ese Ángel rubio ocultaba cosas, durante el desayuno y la ducha la torture con caricias y besos para que me dijera su nombre y no conseguí nada, solo me dio nombres falsos, pero de que me puedo quejar si yo hice lo mismo con ella. Aún más se negó a darme su número de teléfono. Mi aventura se daba por terminada y un sentimiento extraño se puso en mi pecho, estaba convencido de que nada volvería a ser como antes y tan solo tengo 18 años.

Los siguientes días que estuve en Barcelona, volví al parque, volví al bar donde la conocí y no había rastro de ella, le pregunte incluso a los guardias del local que tal vez podían saber su nombre. Solo me dijeron que estos últimas semanas habían tenido más gente que de costumbre debido a que la futura esposa del dueño estaba frecuentando el local más a menudo con diferentes grupos de amigas y que era imposible aprenderse tantos nombres. No volví a insistir. Cuando tomamos el avión rumbo a Chile mire por última vez esa ciudad mágica donde dejaba a mi Ángel anhelando volver a verla. Esperaba que el destino o los dioses nos volvieran a juntar. Que volviéramos a coincidir en algún lugar.

      - Bien nos llevamos bueno recuerdos de estas vacaciones. – dijo Nacho sacándome de mis pensamientos, dejando de un lado a mi Ángel – Creo que el próximo año podríamos repetir, buscar nuevos países y coger como lo hemos hecho en este.
      - Nacho. – Dije cortándole el rollo – Anda, que con esto dejamos atrás nuestra adolescencia y nos volvemos responsables, quiero terminar mi carrera en los años estipulados.
      - Que lo haremos pero eso no quiere decir que no nos podamos divertir – dijo mi compañero de asiento – Desde cuando Thiago se volvió tan aburrido, si parece que adquirió más años durante este mes.
      - Déjalo en paz, fue el único que se acostó más de una vez con la misma chica y eso debe ser por algo. – Acoto Beto dándole un golpe en la cabeza a Nacho - ¿Estas bien? – pregunto dirigiéndose a mi
      - Claro que sí. – Le dije forzando una sonrisa – Solo pensaba en… Ya que va, quiero llegar a casa y abrazar a mi madre
      - jajajajajajaja – río Nacho – Pero si hablaste con ella todos los días.
      - ¿Y? – alce una ceja
      - Corta el cordón que a ese ritmo llegaras soltero a los cuarenta – volvió a reír
      - Que a ti tus padres no te hayan llamado ni una sola vez no quiere decir que tengas que molestar a Thiago. – Me ayudo Joe – Yo también quiero abrazar a mi madre, la diferencia que la muy muy debe estar cogiendo con algún amiguito de ella
      - Es que tu madre es muy caliente – dijo Nacho – Yo también me la cogería si pudiera
      - Ya basta – le dije – No te pases Nacho.
      - Señores pasajeros estamos a minutos de despegar, por favor abrocharse los cinturones –