Qué demonios le pasa a este Idiota que se cree el
para dejarme una nota como esa en la recepción de donde se supone que somos
amigos. ¿Por qué debería salir con el a
cenar? ¿Por qué paga mi habitación en el Hotel? Si en un estúpido estado de
shock me dirigí nuevamente a mi habitación para guardar las pocas cosas que
había sacado. No se me había ocurrido la idea de quedarme en el apartamento de
él. Pero ya que el lo propuso, era lo mejor. Sobre todo en estos momentos con
ese tal Benjamín Lackington
rondando el Hotel.
–
Aaaaaaaaaaaaaaaaah Maldito Idiota – Fue lo primero que
dije apenas ingrese a la habitación. Saque mi móvil y le teclee un mensaje a
Nano.
“Maleta lista. Buenas Noches corazón. R.”
Su respuesta llego casi al segundo.
“Mañana estarás durmiendo
en mi cama. Te amo Nata.”
Con una idiota sonrisa me dirigi a darme una ducha,
pero primero comprobé la hora. 23:30 hrs.
- Me
saco la ropita, me doy una duchita -
Repetia una y otra vez mientras dejaba que el agua caliente mojara todo
mi cuerpo. Me tome el tiempo necesario para relajarme y terminar de procesar
como salio mi día. La balanza me decía que muy bien. Nano se había tomado de la
mejor manera mi llegada de sorpresa. Aún tenía 12 días para hacerlo cambiar de
parecer y volver junto con él a Chile. Esa era mi meta a seguir.
- No estaba lista para hablar me di el permiso
de hasta fracasar con tal de nunca más mirar atrás y quien va a reponer lo muerto
de esta habitación y quien va a sostener los miedos entre tú y yo. Si estás
pensando mal de mí mantenlo bien guardado para ti… -
Cuando la 3era canción de mi reproductor iba en la
mejor parte unos golpeteos en la puerta me interrumpieron. - ¡Voy! – grite tan
alto para el interlocutor fuera capaz de escucharme. Tome dos toallas de encima
del mueble. La primero la crucé por mi cuerpo y la segundo la puse sobre mi
pelo. - ¡Que ya voy! – volví a gritar pero los golpes en la puerta no paraban y
comenzaba a asustarme.
El único que sabe donde estoy en Nano. Es la única
persona que conozco en esta ciudad. ¿Pero que demonios había pasado, para que
estuviera a esta hora aquí?.
Abri la puerta tan rápido como pude. Ni siquiera
pensé en cubrirme mas con ropa. Mi sorpresa fue cuando me deje ver y unos ojos
cafes me recorrían de arriba abajo una y otra vez. Desde la punta de mis dedos
hasta mi pelo. Lo mire a los ojos y carraspee la garganta para que me mirara a
los ojos.
-¿Qué?
¿Se le perdió algo en este piso? – Pero en ningún momento me miro a los ojos.
Su mirada seguía perdida en mi cuerpo. – ¿Sr. Lackington que necesita? –
-
Disculpe, yo… emmm… pase a ver a un amigo que esta hospedado aquí y se me
ocurrio venir a saludarla y… em perdón no sabia que podía estar ocupada –
-
Deberia haber visto la hora antes de llamar, es pasada la media noche, estaba a
punto de irme a la cama.- dije en un tono molesto, de verdad que este hombre me
incomodaba.
- Emm…
le vuelvo a pedir disculpas y Buenas Noches – Cuando estaba a punto de darse la
vuelta e irse algo en mi me dijo que lo detuviera y sin controlar las palabras
de mi boca lo llame.
Lo llame tan fuerte que el se volteo en cosa de segundos y
me quedo mirando pero esta vez si a los ojos.
- ¿Necesita algo? – dijo apenas se giro mirando hacia a mi
- Yo… yo
solo quería decirle que mañana no se tome la molestia de venir –
- Para mi no es una molestia, quiero cenar
con usted. –
- Me
voy, por eso no se tome la molestia. –
-
¿Salieron las cosas mal con su novio? –
- Si
desea podemos bajar al bar del Hotel un momento - ¿Queee? Yo dije eso? Que demonios me pasa?
- Me
encantaría, tomar una copa con usted, solo que no creo que sea muy lindo que
baje en esas fachas – Dijo bajando la mirada hacia mi cuerpo.
- Oh.
Perdón solo deme unos minutos y nos vamos si quiere puede pasar –
Me di la media vuelta me dirigi a la habitación tome
lo primero que encontré en la maleta unos jeans ajustados y una blusa negra con
transparencia. Me pase la toalla muchas veces por la cabeza para que se me
secara algo el pelo y me lo peine con las manos. Mi hermoso pelo color caoba,
mezclado con un color café tenia vida propia. Era maravilloso como me quedaba
cada vez que lo lavaba, unas ondas y un largo que me gustaba mucho.
Cuando salí de la habitación y me camine a la
pequeña sala de mi habitación. Me quede observando a este hombre que sin saber
por que, estaba aquí esperando por mi pasado la media noche. Era un completo
desconocido. Tampoco quería que fuera un conocido, con Nano me bastaba y
sobraba en mi vida. A demás jamas e sido una persona muy sociable.
-¿Vamos?
– Y se volteo y me regalo una gran sonrisa. Tome mi chaqueta que estaba sobre
el sofá y del perchero saque su abrigo que me había prestado el dia en que lo
conoci. – Esto es suyo, seria bueno que se lo llevara esta noche –
- Pense
que lo había tirado al basurero –
- No dude
que lo pensé, pero luego también pensé dejarlo en recepción para que algún dia
usted lo pasara a recoger, pero luego de la nota que me dejo, que por cierto,
no puedo aceptar que me page la habitación. Eso no es correcto, tengo los
recursos para pagarla por mi misma. –
Mientras pensaba en como responderme nos acercamos
al ascensor, en cosa de segundos nos montamos dentro en el mas absurdo
silencio, tenia muchas cosas que decirle para que no pensara cosas que no son.
Pero también tenia vergüenza de estar con el y no saber nada mas que solo su
nombre. Una vez en el bar nos sentamos en la barra. Cuando el camarero nos
pregunto que queríamos de beber el pidió un Jack a las rocas. Y cuando me toco
decir a mi no se me ocurrio nada mas que un Mojito.
Dandole pequeños sorbitos, ninguno de los dos decía
nada. Estavamos en silencio. Pero como no era mi intención pasar asi el trago
lo mire fijamente y continue con lo que antes había hablado.
-¿Y
bueno? – le dije esperando esta vez si que contestara
- No se ofenda, pero es un placer pagar su
corta estadia en el Hotel. –
- Para
mi no es un placer, como le dije tengo los medios para estar en este Hotel o en
el que quiera, no quiero sonar majadera ni mucho menos. Pero acostumbro a
valerme por mi misma desde muy pequeña he obtenido las cosas por mis propios
medios. Me gustaría darle el dinero que pago por la habitación –
- Deja
eso por la paz, será mejor. Para mi no es un problema. Ahora si me gustaría
saber ¿Por qué te vas tan pronto? –
- No creo que sea algo que le importe –
- En
realidad no, no es algo que me importe, pero da curiosidad, saber por que si
llego hace menos de 48 horas ya se va, recuerdo que cuando la traje hasta acá
dijo que venia por su novio. Y ¿salieron las cosas mal? –
- No,
salio todo muy bien, es solo que bueno… Me voy a su apartamento, estare mucho
mas comoda. –
- Osea
es algo serio ¿Cuánto tiempo que lo conoce? –
- Somos
novios hace mas de 5 años. –
-
Bastante tiempo. Pero… perdone mi indiscreción no hay un brillo en sus ojos
cuando habla de él. –
¿Qué le pasa a este hombre? ¿Por que hace ese tipo de observaciones? Creo que nuestro tiempo de conversación ya acabo.
-No, no
le perdono su indiscreción. No es un tema que me guste mucho conversar de echo
soy super mala para hablar de mi vida privada con un desconocido. Y si antes
que lo pregunte usted es un desconocido. Por lo tanto no puedo hablar acerca de
como me brillan o no los ojos cuando hablo de mi novio. Gracias por la bebida
pero ya me voy a dormir. – mi cuerpo no reacciono como lo habia pensado y me queda quieta en el lugar esperando a que él dijiera algo mas.
- Como
lo siento no la quise incomodar, de todos modos la espero mañana a las 9 como
decía en la nota. Estare encantado de cenar con usted. Creo que tenemos muchas
cosas en común. –
- Y por que tenemos cosas en común yo debo salir a cenar con un desconocido? -
- Pero acepto lo mas bien venir a tomarse una copa con el mismo ya no tan desconocido - sonrie y se rie de mi.
No lo pienso dos veces y me pongo de pie esta vez mi cuerpo si reacciono y deje sobre la barra el vaso a medio beber, y me dispuse a caminar. Pero en cosa de segundos Benjamín reacciono, poniendose de pie tras de mi me cubrio con sus brazos. Me abrazo. En su manera de detenerme me abrazo. Tratando de soltarme de su agarre lo unico que consegui fue tenerlo mas cerca. y que me afirmara mas fuerte. Mi cuerpo temblaba pero no sabia por que razon, estabamos en un lugar lleno de gente, por lo tanto nada malo me podia pasar. El joven de la barra nos miraba como si esto solo fuera un arrebato de pareja en medio de un bar. Debe estar acostumbrado a ver este y otro tipo de espectaculos.
- ¡Suelteme! - le dije muy bajo para que nadie mas que el me pudiera escuchar.
- No lo haré a menos que me asegures que te quedaras en tu asiento de nuevo - Suspire un par de veces antes de pensar mi respuesta. Si la idea era que sacara sus manos de mi cuerpo tendría que asegurarle que me quedaria y luego podria decir que quiero ir al baño y salir corriendo a refugiarme a mi habitación. O seguir con el forcejeo para que por cansancio me suelte. No estoy muy segura de cual de las dos debo escoger.
Con un ultimo suspiro asentí con la cabeza.
- Bien, te voy a soltar pero necesito que digas las palabras correctas.-
- Como quieras, Me puedes soltar Benjamín y prometo no irme hasta que termines el vaso ¿De acuerdoooooo? -
- Así me gusta.- Y lentamente fue soltando sus brazos de mi, Tan lentamente que me estremeci en sus brazos. Podia sentir su sonrisa triunfadora detrás de mi.
Una vez que saco sus brazos me tomo la mano y me llevo de nuevo al asiento. Girando los ojos, me senté. Pero no iba a decirle nada. No iba a hablar con el. Solo me tomaría la copa y me iría. Era lo único que queria hacer en ese momento.
- Y bien, no me dirá nada -
Negué con la cabeza. Y le di un largo sorbo a mi copa.
- Renata, sonríe, te vez verdaderamente hermosa cuando lo haces -
Negué con la cabeza. Y le di otro largo sorbo para acabarla mas rápido.
- No quiero tenerte obligada, y menos con esa cara de enojo. Por favor si tanto te molesto solo vete. -
No lo pensé dos veces, me daba la oportunidad de salir. Primero se las arreglaba para retenerme aquí y ahora solo me dejaba ir.
- Muchas gracias. Me iré -
Antes de que dijiera algo mas me puse de pie. Para poder irme, pero primero le regale una sonrisa.
- Buenas Noches Renata, y por cierto lo de tu sonrisa es verdad, me gusta cuando sonríes. -
- Buenas Noches Benjamín, y por cierto no me desagradas del todo - dandole una ultima sonrisa me aleje tanto como pude. Y mucho mas que eso.
No camine hasta la habitación, practicamente corrí. En cosa de segundos llegue donde siempre deberia
haber estado. Eran mas de la una de la madrugada. Y cuando me puse la pijama no fui capaz de dormirme en ese momento me di tantas vueltas en la cama como pude. En mi mente no tenia otra cosa que el arrogante y pesado de Benjamín. No me desagradaba pero durante toda mi vida habia evitado a ese tipo de hombres.
No tenia un prototipo de hombre ideal en la vida. Era algo ni siquiera alguna vez lo había pensado. Era algo que jamas se me había ocurrido. Puaaaaaaaaaaaaj. Dotes de filosofía a las cinco de la madrugada. No era algo que me encantaba. Pero por que no podia dejar de pensar en el. Por que todo lo que puedo pensar es en el y en como me sostuvo para que yo no huyera de su lado.
- Idiota. Renata. Eres un Idiota. - Me lo repetí una y otra vez, hasta que mis parpados se cerraron.
~
Unos golpes en la puerta me sacaba de mi sueño. Los sentía cada vez mas cerca. Y cada vez eran mas insistentes. Cuando abrí los ojos lo primero que hice fue mirar la hora en el móvil. 13:05 hrs.
- ¡mierda! -
Los golpes en la puerta eran mas fuertes. Salte como resorte de la cama y me diriji a la puerta en cosa de segundos. Los golpes no sesaban y ya me habia asustado por la hora y las 17 llamadas perdidas de Nano y los 4 mensajes de texto para saber por que no le contestaba y/o por que no abría la puerta. No había duda que el toque de la puerta era de él y sabe dios cuanto rato lleva haciendo lo mismo.
Cuando abrí la puerta su cara era un verdadero poema.
- Amor, perdóname me quede dormida. -
- Creo que ya me di cuenta, pero Mierda ¿por que no cojiste ese puto telefono que tienes? -
- Me creerias si te dijiera que no lo escuche -
- Si te creo, cuando te duermes eres algo dificil de roer - Su cara en ese momento se tranquilizo.
Eran años en el que nos conociamos, cuando eramos mas jovenes y me dormia era lo que nunca logro hacer. Despertarme.
- Vamos amor, ve a vestirte y nos vamos al departamento -
- No -
- ¿Perdón? -
- No, dije no -
- Se que dijiste que no pero ¿Por que? -
- Por que... ¿Me saludaste? -
Su cara en cosa de segundos cambio radicalmente, sabia a lo que me refería, no me habia saludado. No me habia besado aun. Ese era el motivo.
- Perdón amor, estaba tan enfadado. Ven acá. - estirando sus brazos llegue a ellos, me sentia como en casa. Nos besamos, nos besamos.
Mariano tenia un don con los besos. En mi vida solo había besado una vez antes de conocerlo, o mas bien antes de haberlo besado. Gabriel... Aun su nombre causaba un efecto estupido en mi. Fue mi primer amor. Y nunca e tenido verguenza de afrontarlo. De echo en algun momento durante de alguna conversacion con Nano. Le habia contado esa historia con Gabriel. No fue mucho mas bien hablabamos por movil o por mensaje hasta que su mamá se lo prohibio y lo mando al extranjero fue la mejor manera de alejarlo de mi. Eramos unos niños y nos besamos un par de veces a escondidas. De solo recordarlo sonreia.
Mientras Mariano, me arrastraba hasta el sofá sin separar sus labios de los mios. Con mis manos comencé a recorrer su cuerpo. Mientras le subia la polera...