lunes, 12 de mayo de 2014

#10 Caminos Inesperados

Capítulo 10


      - Perdona – dije acercándome a la camilla de Dani
      - No pasa nada – respondió sonriente
      - No sabía que estaría acá, no hubiera venido –
      - ¿Pelearon otra vez?
      - Ayer rompimos – dije con pesar
      - ¿Por qué?
      - Vuelvo a España y eso no le gusto a Thiago, ya sabes cómo es –
      - ¿Cómo que vuelves? Renata tú te has vuelto loca  -
      - Por favor – resople - ¿Cómo amaneciste?
      - Bien. Esta tarde me voy para mi casita –
      - Que felicidad ¿Todo bien entonces?
      - Nada bien. Me preocupa mi hermano
      - Vale, pero no quiero hablar de él
      - Pero…
      - No Dani. Con Thiago ya no hay nada. Solo estaré un par de semanas más y me gustaría llevar la fiesta en paz
      - Ok. No preguntare, no opinare, no me involucrare. Solo te digo que aun tienes unos días y puede haber vuelta atrás

¿Puede haber vuelta atrás? No sé porque sus palabras me siguieron dando vuelta en la cabeza. Me siguieron comiendo por dentro, ¿Cómo era posible? ¿Qué estaba haciendo con mi vida?

No podía seguir de la manera en la que estaba, no solo me estaba autodestruyendo me llevaba más de lo que había traído. Mi padre, Thiago ¿Por qué me importaba el daño que le hacía a Thiago?
Que va como si no lo supieras, no seas tonta Renata, no te hagas tonta a ti misma. Te gusta, te pone como nunca lo había hecho otra persona antes. O si como lo hizo hace años Rafael que da la casualidad que ese es Thiago también.
Ernesto jamás me había hecho sentir ni la mitad de lo que Thiago, nunca me toco de la misma manera, nunca me beso con la misma intensidad, su presencia nunca provoco lo mismo.

      - ¡Hey! Tierra llamando a Renata – rio Dani - ¿Qué piensas?
      - Nada – mentí
      - Vale y por nada te sonrojas – asentí - ¿Mi hermano verdad?
      - ¿Por qué todo tiene que ver con tu hermano? Thiago no domina mi vida
      - Claro que no la domina, buscaría otra palabra para definir lo que significa mi hermano para ti, y lo que tú significas para él. Son tan idiotas se nota que ambos se gustan que están hechos mierda por no estar juntos ¿Por qué no lo arreglan?
      - Dani es complicado todo lo que está pasando. Y lo mejor es que yo vuelva a España
      - Y una mierda. ¿Cómo va a ser eso lo mejor? Mira donde estoy – asentí – Si no le hubiera hecho caso al corazón hoy no me sentiría feliz y plena. Soy una mujer feliz. ¿Y sabes por qué? – Negué con la cabeza -  Porque a pesar de todo lo que se me venía encima luche por mi amor y por mi futuro. ¿Por qué tú no puedes hacer lo mismo?
      - Es que…
      - No me vengas con idioteces de que yo no sé nada, y que no sé qué. Les faltan pantalones. Sabes – alce una ceja – Si no lo quieres de verdad no lo busques y deja las cosas así, sufrirá un poco pero sobrevivirá
      - ¿Por qué Dani? – Dije al borde de las lágrimas - ¿Por qué todo tiene que ser así?
      - Ustedes lo hacen así. Nadie más
      - No sé qué hacer – por fin dije algo que si era verdad
      - Eso el algo, por lo menos me da esperanzas – río – Es el primer paso

No volvimos a tocar el tema, nos dedicamos a ver como seria su próxima boda. Marcos se lo había pedido hace algunas semanas cuando se enteró del embarazo pero no había vuelto a tocar el tema. Yo me sentía feliz y a la vez envidiaba como su vida tomaba la forma que quería para la mía, casada con un hombre que te ama, esperando el fruto de su amor. Era todo lo que yo quería y que nunca podría tener.

Entrada la tarde, cuando llego su prometido. Tío Benja y tía Nata se ofrecieron en llevarme hasta casa, pero no me apetecía encerrarme en mi habitación a llorar sobre la leche derramada. Preferí que me llevasen al restaurant tal vez trabajar un poco y ver más gente me ayudaría en mi estado de ánimo.

      - Renata – me llamo tía Nata desde el asiento de adelante, sacándome de mis pensamientos - ¿Estas bien?
      - Claro tía – confirme
      - ¿Sabes que te quiero como a una hija? ¿Qué cualquier cosa lo entendería?
      - Claro que lo sé, y por supuesto se lo agradezco mucho
      - He visto a Thiago…
      - No – le corte – Yo no tengo nada que ver con ese tema. Se lo explique a Dani fuimos amigos eso es todo y a demás no lo he visto hace un par de días
      - ¿Fuimos amigos? – pregunto sorprendida
      - Sí. Fuimos. Discutimos y dejamos de serlo.
      - Algo le pasa a mi hijo – dijo angustiada – Esperaba que tú lo supieras, ayer salió y bebió mucho. Cosa que no hacía desde que era un adolecente. Me preocupa
      - Deja mi amor – le dijo tío Benja – Es joven y puede salir. A demás yo creo que salió a celebrar que ahora por fin es soltero
      - ¿Celebrar?
      - Si – dijo tía Nata – Por fin mi bebé se libró de esa bruja
      - No  es un bebé – le corto tío Benja
      - Benjamín para mí siempre será mi bebé – sonrió – Ayer me llamo la tipa esa, para decirme hasta de lo que se iba a morir Thiago, comprendí que por fin había roto esa relación.
      - Me alegro – eso si fue sincero me alegraba que Thiago ya no estuviera envuelto en esa relación que no lo llevaba a ningún lado
      - Pero la muy bruja me dijo que  estaba embarazada de mi hijo. Eso sí es preocupante – resople – De inmediato Thiago me negó toda esa situación, que no tomara en cuenta sus comentarios. Que no había ninguna mujer esperando un bebé de él
      - ¿Y si es verdad? ¿Como puede estar seguro?
      - Hija confió en él
      - Aja. Es un hombre responsable y te aseguro que el día que quiera tener un hijo, lo tendrá aun sin estar de acuerdo la mujer – me guiño un ojo
      - Lo sé – confirme – Es muy decidido también
      - Es Lackington – rio tío Benja
      - Llámalo hija, habla con él. Nada puede ser tan terrible como para que dejen de ser amigos.
      - Renata – dijo tío Benja – Deja que ellos vean sus cosas
      - Pero Benjamín me preocupa nuestro hijo –
      - Es un hombre amor. Déjalo por favor – me miro – Renata déjalo, el sabrá cuando contar lo que le sucede conozco a mi hijo y se lo que se siente todo eso.
      - ¿Tú lo sabes? – pregunto asombrada tía Renata
      - No – mintió y de eso estaba segura. Tío Benja sabía lo sucedido entre nosotros, sabía mucho más de lo que yo creía. Me estaba mandando lejos de él, y si lo hacía era porque sabía que yo terminaría haciéndole mucho daño – Soy hombre amor, puedo imaginar cosas ¿Cómo va tu divorcio?
      - No ya no lo hare –
      - ¡¿Qué?! – Dijo Nata - ¡Oh Dios!
      - Cariño, escucha. Si es porque peleaste con Thiago buscamos otro abogado y lo solucionamos pero no puedes seguir así
      - ¿Por eso te vas a España? – pregunto tío Benja
      - Aja. Quiero una terapia de pareja antes de tomar una decisión
      - Hija por favor pero que tonterías estás hablando
      - Es lo mejor –
      - ¿Para quién? ¿Por qué? –
      - Solo lo tengo que hacer, es lo correcto –
      - Ahora entiendo que Thiago este así – dijo Tío Benja ganándose nuestras miradas
      - ¿Por qué? – dijo Tía Nata mirándolo seriamente
      - Porque… - trato de explicar tío Benja
      - El caso se le fue de las manos tía. Los trámites desde acá no avanzaron ni siquiera a una velocidad mínima. Y luego estuve con Ernesto y decidimos darnos una nueva oportunidad. Nos lo merecemos 
      - ¿Se lo merecen? Cariño por el amor de dios que cosas dices
      - Lo siento pero ya lo he decidido
      - Así parece. Sabes, siempre contaras con nosotros y por algún motivo decides quedarte, yo estaría más que feliz. Bueno todos lo estaríamos
      - Gracias –
      - Renata, lo que dice tú tía es verdad. Mejor tarde que nunca para quedarte. Aun tienes días para cambiar de opinión y arrepentirte y si dices que el caso le quedo grande a mi hijo, bueno  buscamos a otro abogado ese no es el problema ¿Lo sabes?
     
Asentí

Al aparcar el coche en la entrada del restaurant nos quedamos mirando fijo la imagen de mi hermana besándose con el idiota del papá de Carol.
Fui a abrir la puerta del coche cuando tío Benja me pidió que no interfiriera en nada. Que no era la primera vez que esto pasaba, pero que ya nadie le decía nada.
Según tío Benja mi papá estaba al tanto de la situación pero nada podía hacer. Lo único que le preocupaba era el daño que le podían hacer a la pequeña.

      - Pero Cota es idiota –
      - Solo hay que dejarla
      - No sabe el daño que le causa a la pequeña, este tipo no le hace bien a ninguna de las dos
      - Créenos que todos se lo hemos dicho pero no nos hace caso. Estamos todos al pendiente para que no recaiga nuevamente
      - ¿Recaer?
      - Nada hija. Vamos que Gabriel nos espera

Ingresamos a la primera que vimos fue a Magda con mi sobrina en brazos llorando desconsolada. Nos quedamos charlando y animando a la bebé, por un rato hasta que el ayudante del chef salió a pedir ayuda en la cocina. Luego de una pequeña discusión con mi padre y Magda accedieron a que yo me hiciera cargo de eso. Con mi delantal blanco y no siendo experta en cocina.

Cuatro días habían pasado desde que ingrese a la cocina ya era toda una experta y lo pasaba fenomenal con los chicos. Organizando y dirigiendo las nuevas recetas que estábamos implementando
De reojo miraba como mi padre entraba y salía, no dejaba de observar el buen ambiente que habíamos creado. Pero sobre todo lo bien que funcionábamos juntos. Todo era sonrisas y risas.

      - ¿Srta. Y si le aplicamos más condimentos?
      - No. Carlos está bien de condimentos
      - Déjate ya con los condimentos que cuando el comensal lo pruebe ya sabremos
      - Así es chicos – asegure – Vamos que tenemos retraso con algunas mesas
      - Mal día para enfermarse Francesco – gruño Carlos
      - Pero lo estamos superando ¿No?
      - Claro que si Señorita Renata  -
      - Basta con lo de Srta. Soy Renata y punto. Que somos colegas y llevamos un par de días trabajando juntos
      - Esta bien Renata

A los veinte minutos el camarero entro con una enorme sonrisa, nos dijo que querían felicitar al chef

      - Vamos Renata tú estás de encargada
      - Pero ustedes hicieron todo
      - Tú tienes el gorro de chef – río Daniel
      - Vale, saldré yo. Pero ambos me deben una cena

Con una enorme sonrisa salí de la cocina al pasar por el mesón Magda me detuvo para preguntarme a donde me dirigía cuando le conté que los de la mesa 20 querían felicitar al Chef reviso unos papeles y me pidió que no fuera, que ella se encargaba de mencionar que el Chef no podía ir o cualquier cosa.
Yo y mi terquedad fuimos más y aun en su contra me dirigí a la mesa.  Una joven muy guapa estaba de frente y camine a su lado.

      - Aquí esta – fue lo que ella dijo, eso hizo que su acompañante volteara y mi corazón se parara en ese momento.

Me debatí por un par de segundos en que es lo que debía hacer en ese momento
Mi lado profesional pudo más, al fin de cuenta no me podía esconder ni mucho menos arrancar.

      - Buenas Noches – salude cordialmente
      - Buenas Noches – dijo ella muy dulcemente - ¿La Chef verdad? – Asentí – Quería dar las felicitaciones personalmente. Es la tercera vez que vengo y definitivamente su cocina es la mejor
      - Gracias
      - ¿Podría recomendarme un postre?

Thiago quien no apartaba sus ojos de mí, alzo una ceja esperando mi respuesta. Estaba claro que él sabía que yo no era el Chef y que menos estaba cocina era mi fuerte. Él sabía que yo era Audiovisual

      - Retírate por favor – dijo frio, con una voz que me paro el corazón

Cuando iba a dar la media vuelta para retirarme tras su desprecio ella hablo nuevamente

      - Disculpa – pidió avergonzada
      - No pasa nada – sonreí y me retire

A medida que iba de vuelta a la cocina mis ojos comenzaron a picar, no encontraba necesaria su manera de tratarme, al fin y al cabo él ya me había superado

      - ¿Qué paso? – preguntaron los chicos

Ignore su pregunta y me apresure en llegar a la oficina del verdadero Chef, necesitaba un momento a solas
Debía aclararme antes de volver a salir y enfrentarme con todos. Pasado unos minutos la puerta se abrió y un preocupado papá hizo ingreso

      - ¿Todo bien mi amor?

Me seque el par de lágrimas que corrían por mis mejillas y trate de sonreír siendo una cosa inútil. Estaba siendo completamente patético todo esto.

      - ¿Mi vida que paso? – pregunto esta vez más preocupado
      - Nada papi – mentí
      - ¿Desde cuándo se llora por nada? ¿Quieres irte a la casa?
      - No – dije segura.

Si algo no iba a hacer los días que me quedaban era esconderme o evitarlo aún más, debía seguir viviendo y aprender a verlo con otras mujeres o con lo que él quisiera

      - ¿Segura?
      - Completamente
      - Perfecto 
      - Papá, me gustaría quedarme a cargo estos días hasta que Francesco vuelva
      - Me gusta tú idea, princesa. Me gustaría que te quedaras todo el tiempo, un para siempre
      - Solo unos días está bien. Luego me iré
      - No perdía nada con intentarlo – rio
      - Vamos que hay trabajo que hacer

Salimos juntos de la oficina y él dándoles un asentimiento de cabeza a los chicos se fue

      - Os tengo una información – todos voltearon a mirarme
      - ¿Todo bien Srta.? – pregunto el joven de raro nombre encargado de los postres fríos
      - Depende – asintió – Desde hoy y hasta unos días soy la encargada de la cocina, a turno completo
      - Felicidades Renata – dijo Carlos
      - Gracias – sonreí – Ahora a trabajar

Cerca de las dos de la mañana, llegaba a casa el día 5 de trabajo. Estaba feliz con lo que hacía, cada segundo me gustaba más estar en la cocina, sin mencionar la buena relación que tenía con Carlos y Daniel. Incluso ellos tomaban turnos extras para estar a mi lado, nos reíamos en todo momento.
Mi padre estaba feliz, con tenerme cerca y verme reír, aun esperaba que eligiera quedarme a su lado.

Decidí irme a la cama apenas llegue y obviar la comida, mañana teníamos un día muy pesado con muchas reservas.

      - ¿Cómo estuvo hoy? – la voz de Magda llego por mi espalda antes de subir las escaleras
      - Bien. Es que lo paso muy bien
      - Carlos y Daniel son lo máximo, lo poco que voy a la cocina siempre ríen y hacen bromas
      - Es todo el día así
      - Pidieron turnos dobles por toda la semana
      - Lo sé. Es que dicen que se lo pasan muy bien
      - ¿Segura que los quieres dejar?
      - No
      - Lo sabía – me acaricio el cabello tiernamente – Quédate
      - Sabes que no puedo
      - Nada te ata a volver
      - Tengo un marido
      - Que es como la mierda. Perdóname cariño, pero es la verdad. Todo esto es mi culpa. Si yo no me hubiera enamorado de tu padre, ahora tú no estarías pasando por esto
      - No es vuestra culpa. Mis abuelos no entendieron que papá re hiciera su vida, como mamá lo hubiera querido. Me dieron una familia y no te culpes por cosas del pasado
      - Pero yo… -
      - Tú nada, lo hiciste bien, me educaste y fuiste mi mayor apoyo, además de que me quieres mucho. Me diste cariño y preocupación y eso es lo que más aprecio
      - Como no iba a hacerlo si eras tan hermosa y tierna. Aun lo eres
      - Gracias Magda. Eres lo mejor que le paso a papá, contigo volvió a sonreír
      - Y ahora lo hace mucho más al verte así de contenta
      - Lo sé y me duele dejarlo
      - Pues no lo dejes y quédate con nosotros. Tenemos esta casa, dos locales y el departamento. Podemos hacerlo
      - No lo dudo. Pero es mi deber
      - Hija no quiero insistir, es tú decisión y si ya la tomaste no hay nada que podamos hacer. ¿Nadie te puede hacer cambiar de opinión?
      - No, no lo hay
      - El martes tenemos la cena de despedida, será acá por si quieres invitar a alguien especial
      - No hay nadie a quien quiera invitar
      - Bueno hija, ahora a la cama que ya es tarde
      - Por cierto ¿Qué haces despierta?
      - Constanza aun no llega – dijo apenada
      - ¿Y Carol?
      - Se acaba de dormir. Esta hija mía no tiene remedio, podía solo parecerse un poco a ti
      - Vamos a dormir, seguro estará con su novio
      - No comprendo para que tiene celular si no lo coge, tiene una hija por dios
      - Vamos a dormir, mañana hablas con ella


Los siguientes días pasaron, tenía una rutina diaria que cumplía feliz, hoy era mi despedida como Chef y por insistencia de Carlos accedí a salir a algún lugar.
No estaba feliz del todo, claro que no lo estaba porque mi corazón no me dejaba. Thiago y la última vez que lo vi seguían presente. Por Dani supe quién era la mujer con la que se veía, salían a comer y en alguna oportunidad la había visto en el departamento.
Eso me destrozaba pero era mejor así, yo me iba en solo dos días y no había vuelta atrás

Cada vez que me sonaba el móvil tenía la esperanza de que fuera él, o algún correo y nada. Solo era Ernesto recordándome que ya no me quedaba tiempo. Y aun sabiendo lo que me esperaba a mi regreso no podía echar pie atrás.
Thiago por segunda vez en mi vida se convertía en un recuerdo, en un fugaz recuerdo. De que podía ser feliz. De que en algún momento lo fui

      - ¿En qué piensas? – pregunto Daniel
      - En lo que va a suceder esta noche – sonreí
      - Va, nada de otro mundo. Un par de tragos, risas y pena por no verte más.
      - Pueden ir a España. Feliz los recibo en mi casa
      - Como si fuera fácil
      - Ya veréis que nos veremos pronto
      - Pero no será lo mismo. Volverá Francesco y esta cocina volverá a ser gris
      - Ya veréis que no
      - Así será Srta. Tome – me extendió una caja – Un recuerdo de todos

Al abrirla me encontré con un gorro de Chef con mi nombre bordado en el frente, un par de lágrimas se me salieron en ese momento y no pude evitarlas. Las había retenido por días

      - Os extrañare – dije abrazando a Daniel
      - Y nosotros

Nueve de la noche y ya esperaba a que pasaran por mí, nos encontramos con Dani y Marcos en un bar cercano al restaurant donde nos divertiríamos
Un lugar con enormes sofás y música ambiente. Ideal para conversar y disfrutar. El salón V.I.P. nos esperaba cuando ya estábamos todos.

      - ¡Ay! Dani es que me han hecho llorar estos con sus cosas
      - Es por que en poco tiempo te haces querer –
      - Te voy a extrañar. Fuiste mi única amiga
      - Y yo a ti Renata – me abrazo - ¿Quién me va a ayudar a manejar a Thiago?

De solo escuchar su nombre se me hacía un nudo en la garganta, era el único que no me había llamado que no se había despedido de mí y al ver mi cara Dani lo supo también

      - ¿Aun no hablan? – Negué con la cabeza - ¿No piensas llamarlo?
      - Para que, si él ya me dijo todo
      - ¿Lo quieres verdad?
      - Eso no importa
      - Claro que lo hace, puede marcar la diferencia
      - No marca, ni cambia nada. Pasado mañana me embarco y es lo mejor
      - Lo que tú digas. Aunque son unos tontos. Ambos lo son
      - Ya Dani ¿Podemos solo cambiar el tema?
      - Si claro. Pero se consiente que mañana lo veras y espero que aproveches el momento
      - No creo que asista. Está claro que me evita. – Alzo una ceja esperando una respuesta, más completa – Lo he visto dos o tres veces oportunidades en el restaurant siempre se las arregla para que lo vea. Y claro, siempre anda con buena compañía
      - Es idiota – dijo Marcos – Alexa solo lo busca por el dinero
      - ¿Aun la sigue viendo? – Miro Dani a Marco furiosa - ¿Por qué no me lo habías dicho?
      - Me lo dijo Nacho, fue a ver a su hija y la llevo. La presento como su “amiga con beneficio” y él me llamo para que se lo confirmara
      - ¡”Amiga con beneficio”! Que mujer deja ser nombrada así en público – dije asombrada
      - ¿Y eso que te importa? – los tres volteamos al escuchar a voz de una mujer entrometerse en nuestra conversación

Tras ella la cara furiosa de Thiago nos decía que había escuchado algo de nuestra conversación
Dani le dio una mirada aún más expresiva a su hermano diciéndole claramente que la había cagado

      - ¿Si quieres nos podemos ir? – dijo Thiago claramente a su acompañante pero mirándome a mi

Los segundos necesarios que nos sostuvimos la mirada fue para que un calor me recorriera el cuerpo. Solo él conseguía provocar eso en mí, así que desde aquella noche en las que nos conocimos

      - ¿Podemos hablar? – dijo Dani poniéndose de pie dirigiéndose a su hermano, con una ceja alzada
      - Ahora no princesa – contesto él
      - Ahora si princesa – aseguro Dani
      - Dani yo me tengo que ir – dije

Dentro de mis planes no estaba pasar con Thiago y su nueva conquista mi última noche ¡No! Claro que no esto era muy incomodo

      - ¡Oh! – Dijo Thiago – Sra. Omalei no se moleste los que nos vamos somos nosotros
      - ¡Puedes dejar tu idiotez! – grito enojada Dani haciendo que todos los chicos del salón V.I.P. se voltearon a mirar que era lo que estaba sucediendo
      - ¿Y esta quién es? – dijo la tal Alexa apuntando directamente a mi
      - La Sra. Omalei, es una amiga de mi hermana, a la cual ya conoces. Y él es Marcos el prometido de Dani a los demás no los conozco
      - Dani, cariño ¿Cómo estás? ¿Cómo va tú embarazo? Thiago me contó lo que te sucedió ¿Ya estas mejor?
      - Si gracias – la corto Dani – Thiago ¿Podemos hablar?
      - Vamos dime que necesitas – dijo un poco molesto
      - ¿Seguro?
      - Aja
      - ¡Te dije que vinieras solo! La idea era que hablaras con Renata e intentaras solucionar las cosas. ¡No que las empeores más!

¡Dios! Qué vergüenza todos y cada uno de los presentes ahora sabían que algo pasaba o paso entre nosotros. Dani se estaba pasando al recriminarle todas estas cosas.
Marcos que estaba a mi lado, me apretó el hombro para hacerme volver al presente, al local

      - ¡Ya basta! – Grite fuera de si – Soy un imbécil, me amargas hasta el último segundo de mi estadía – le peque en el pecho con el puño haciéndolo retroceder – Chicos lo siento – dije mirando a los otros espectadores – Mañana pasare a despedirme pero esta celebración llega a su fin. Gracias al señor Lackington

Hecha una furia y un mar de lágrimas salí. A paso apresurado camine fuera esperando que nadie me siguiera, no encontraba nada más patético que dar un show de despecho. Quería estar sola, todos en estos momentos me hacían daño

Tal vez era mi culpa haber perdido a Thiago, pero él se alejaba aún más y me hacía comprender que había tomado la mejor decisión al volver

      - ¡Hala! Cariño que agrado verte –


¡NO!