lunes, 6 de enero de 2014

"Algo llamado amor" Cap XLII

Era el día de la inauguración y quería verme mas guapa que nunca, necesitaba hacerle saber que ya estaba bien, que sus palabras y su ausencia no me había dañado mas de lo necesario.

La noche anterior había hablado con Victoria, llegaría muy temprano para que desayunáramos juntas y poder conocernos aun mas, a demás me había dicho que se moría de ganas de ver si ya se me notaba algo mi barriga. Por mas que le dije que era casi invisible me dijo que quería verla por sus propios ojos, que ya con casi 12 semanas algo tenía que verse. Así que por su insistencia se gano la visita.

Y bien que ya se me notaba algo, poco pero se hacia presente. Mis jeans no me quedaban de la misma manera, mis blusas, bueno ahora tenía un escote casi envidiable, siempre había tenido unos pechos grandes pero ahora los miraba en el espejo y me parecían monstruosos. La última vez fueron dos tallas mas grandes y eso hace dos semanas atrás, ahora ya había agrandado otra talla. No quería ni imaginarlo cuando estuviera a punto de dar a luz o cuando amamantara no no no sacudí mi cabeza ante ese pensamiento.

Cuando Victoria llamo para decirme que estaba afuera yo andaba nada mas con un pantalón de deporte y una polera. No pude evitar derramar unas lagrimas cuando la vi entrar caminado por el sendera de piedras hasta la casa. Ella apresuro su paso y me encontró a medio camino y antes de decir media palabra me abrazo. Ese abrazo que había estado necesitando por mas de 10 días lo vine a encontrar en ella.

      - Bonito lugar el que tienes aquí - me dijo cuando ibas de vuelta a la casa
      - Era de mis padres, creo que es lugar perfecto para ver crecer a mi hijo -
      - Si, esta muy lindo y lleno de verdes, eso le hará muy bien a ambos - Por la cantidad de cosas que traía en sus manos me di cuenta que se arreglaría acá para ir a la inauguración, sin preguntar nada estire mis manos para ayudarla pero ella negó con la cabeza - Yo puedo hija, ¿Como esta este nieto mio?
      - Muy bien el 1 tengo control con el medico ¿Te gustaría ir? - le pregunte de corazón
      - Oh hija - dejo las cosas en la isla de la cocina y se llevo sus manos a la cara
      - Solo si quieres - le dije acercadnome a ella para abrazarla
      - Claro! ¿Lo podremos ver? ¿Escuchar su corazón? -
      - Si a todo. Ya estará un poco mas grande y se podrá ver mas que una mancha en papel - sonreí
      - Bien no se diga mas que el 31 me alojo acá y así llegamos temprano al control de mi nieto - suspiro - Se siente tan lindo llamarlo así.

Mientras preparábamos el desayuno nos dedicamos a conversar acerca de cosas que voy a necesitar ahora que estoy embarazada y lo peligroso es que este sola. No me lo había planteado de esa manera, pero ella me hizo entrar en razón que no podía estar mucho sola, si me llegaba a sentir mal, o si algo mas pasaba tardarían mucho en llegar, le ofrecí venirse a vivir conmigo, ella estaba igual de sola que yo, ya que su hijo, ahora Hijo del año le había quitado el habla por el hecho de que mantenía contacto conmigo, lleva días viviendo en un Hotel.
Acepto como era de esperar, no lo dudo ni un segundo, también me aconsejo contratar a alguien para el aseo, ella se ocuparía de la cocina y yo volvería a trabajar, mis vacaciones indefinidas tenían que terminar por que según Victoria tenia que volver a vivir.

No se si era normal que la madre de tu ex te diera tanto apoyo o solo estas cosas me pasaban a mi. Pero estaba feliz de que fuera de ese modo.

La hora de irnos a la comida había llegado y mis nervios están alterados, por lo que los vómitos habían vuelto, el solo saber que él estaría ahí y no sabía como iba a reaccionar. No, no, no, no... sacudí mi cabeza ante el pensamiento de que algo malo pasara. Que mas malo que te allá dejado?.


Nos fuimos con Victoria en mi coche, todo el camino ella me fue conversando acerca de como había sido su embarazo de Benja y que él no se había mostrado hasta el día del parto, tenía la esperanza de que mi hijo si lo hiciera, ella estaba muy ilusionada y tenía muchas ideas de como hacer el cuarto del bebé. No aprobaba
para nada mi idea de poner su cunita en mi habitación. Esa era mi idea tenerlo a mi lado siempre, tenerlo en mi cama y no separarnos nunca.

Aparque en el lugar reservado para embarazadas y Victoria me sonrió

      - Tiene sus beneficios - le dije saliendo del coche
      - Tramposa, aún ni siquiera se logra apreciar - me dijo.
      - Hey! - le corte - Tú lo sabes, yo lo se, Gabriel también lo sabe. - me reí
      - Ponte de costado - me dijo cuando paso por mi lado. La mire incrédula - Anda, hija. Hazlo

Hice caso a lo que me dijo y vi como saco su móvil del bolso y apunto con la cámara en dirección donde estaba creciendo su nieto.

      - Mira que si te favorece ese vestido, aparte de estar guapisima, se logra ver mi nieto que ya quiere estar presente. - dijo con una sonrisa mostrandome la foto.






      - Pronto seré una bola caminando - dije caminado hacia la entrada - Pero feliz de ver crecer a mi bebé
      - ¿Dijiste Bebé? - La voz de doña Ester me sobre salto por la espalda, me voltee para mirarla y solo le sonreí y asentí con la cabeza.
      - Un hermoso bebé - le dijo Victoria
      - Usted es? - pregunto
      - Perdón, Victoria Lackington - le estiro la mano para saludarla, pero Doña Ester la ignoro, y camino hacia el ingreso, le sonreí a Vicky e ingresamos detrás de ella.  

Un pequeño torbellino vestido de blanco corrió por todo el salón, y los ojos de los presentes la seguían con muchísima atención, paso por el lado de Doña Ester ignorándola por completo, me agache lo mas que pude y estire mis brazos para ayudar su aterrizaje.
Dio un enorme salto y callo en mis brazos, con una risa contagiosa, los ojos de Vicky estaban en algún lugar de la sala, cuando la seguí con la mirada pude ver a Benja apoyado en la barra mirando directo a mi con Renata.

      - Hola mi vida - le dije a Renata
      - Renata que fue lo que te dije con respecto a lanzarse de esa manera a los brazos de la tía? - la regaño Gabriel
      - Lo siento - dijo escondiendo su cabeza en mis hombros. - Te hice daño tía? - me pregunto dulcemente
      - Por que me regañas a mi bebé? - le dije con tono de enfado a Gabriel - Cuando crezca la barriga no lo podrás hacer por ahora, si.
      - Sabes que eso no esta bien - me regaño Gabriel me encogi de hombros y le sonreí. Me beso en la mejilla y me quito a la niña de los brazos. - Él ya llego - me susurro al oído.
      - Te presento a Victoria - ignorando su mención de Benjamín.
      - Ya la conocía. Señora Lackington es usted bienvenida - la saludo
      - Muchas gracias Gabriel -
      - Y esta es mi hija, Renata. -
      - Hola, Renata. - la saludo y la niña la ignoró.
      - Bebé. Ella es la abuelita de tú primito o primita - le dije muy dulcemente abrió unos enormes ojos y me miro sonriendo
      - Hola Abuelita - le dijo Renata.
      - Es muy hermosa. - me dijo Vicky - Y te quiere mucho.
      - Y yo a ella. Es como un ángel. Somos muy buenas amigas. Verdad? - Renata dijo si con un movimiento de cabeza y Gabriel nos interrumpió.
      - Bien. Pequeño ángel mio. - le dijo dulcemente poniéndola en el suelo - Vamos a saludar a tú abuela que también llego -

Mis ojos se fueron en busca de la señora ogro, quien desde lejos miraba toda la escena, no podía ocultar la furia en su mirada de como su nieta la ignoraba para estar conmigo, la niña hizo pucheros pero la llevo de todas formas.

Nos quedamos ahí de pie conversando con Vicky quien no entendía por que la niña la había ignorado de un principio, luego que le indique que a grandes rasgos que su abuela paterna era un ogro incapaz de querer a nadie que no fuera si misma, y Gabriel por su puesto, había renegado de ella, odiado a su madre y que simplemente la niña no la quería pero no se le podía culpar.

El ambiente no podía estar mas incomodó para mi, era desagradable ver la cara de Benjamín mirándome con odio, y rencor, Victoria se había acercado a su lado, pero después de una discusión volvió a mi y me pidió retirarse, no me podía negar.

Estaba pensando hacer lo mismo luego del discurso, escusandose que me sentía cansada. Gracias al cielo Renata no se separaba de mi, y por mensaje de texto Naty me había informado que llegaría en cualquier momento, nunca había añorado tanto la cercanía de otra persona.

Algunos de los invitados se acercaban a saludarme, y conversábamos un momento otros simplemente me ignoraban, el que no sabía que vendría y fue una gran sorpresa fue mi abogado.
Oscar Chavs era un abogado muy prestigioso para tener recién 32 años, su padre fue abogado de mi padre y al jubilarse el señor Chavs le heredo algunos de los clientes, pero como siempre lo asesora no encontré necesario cambiarlo. Luego de algunos meses hicimos amistad pero jamas intima, nada aparte de uno que otro café luego de alguna reunión o visita importante.

Se acerco a mi lado y estuvimos hablando temas relacionados con la empresa, su cara me decía que algo anda mal y claro! Su novia lo había cortado. Valla dos! Cuando paso el joven ofreciendo bebidas, su reacción fue sacar dos de champaña, al decirle que no podía beber, me miro y luego de una mirada por todo mi cuerpo, en donde me sentí desnuda. Solo asintió con la cabeza

      - Lo sabe? - asentí. - Por eso suspendieron la boda? - asentí. No era capaz de darle ninguna respuesta audible, me dolía asumir estas consecuencias. - Quieres que te lleve a casa? - negué.

Ese momento incomodo fue aliviado por mi angelita quien me tomo de la mano y me llevo hacia la barra.

      - Tía. - me dijo. - Puedes sentarme aquí - la tome en brazos y la senté al otro extremo de donde estaba Benja, quien nos observaba - Mira el tío Benja. Lo puedes llamar.

Me voltee para quedar mirando a Benjamín y le hice una seña para que fuera a nuestro lado.

      - Hola - dije en un susurro. - Renata quería que vinieras
      - Ya. - paso de mi lado y puso al lado de Renata besando su cabezita como siempre lo hacia hasta conmigo, un dolor en el pecho me inundó en ese momento. - ¿Que necesita la niña mas linda de todo este lugar? -
      - Tío acaso no haz visto lo linda que esta la tía Renata? - le dijo con una sonrisa en los labios. Benja me miro de pie a cabeza y yo no aparte mis ojos de los de él.
      - Tú estas mas linda - le dijo.
      - Eso no es cierto. - le reclamo - Ella esta mas linda con mi primito dentro - los ojos de Benja cayeron directo a mirar el piso. - Me dejaras cuidar de él verdad?
      - Ya fue suficiente Renata - le dijo con un tono muy furioso. - A que estas jugando? - me grito - La idea es hacerme sentir mas mierda de lo que me siento - volvió a levantar la voz.

El resto de los invitados se voltearon a mirarnos, y la pequeña se puso a llorar. Gabriel corrió al rescate y la tomo sobre sus brazos se acerco mucho a Benja.

      - Puedes ser el idiota que quieres, eso es tú jodido problema, pero a mi hija me la tratas bien. Y no te acerques a Renata, déjala en paz. Ya bastante es que la embaraces y huyas.

No me pude quedar a escuchar que mas le decía Gabriel y salí disparada fuera del local. Mientras buscaba las llaves del coche en mi bolso me dieron ganas de vomitar Mierda! Estoy puede ser mucho peor?. Corro hasta la pared que divide los sitios y apoyo una mano, las arcadas venían cada vez mas fuertes. Mis piernas comenzaron a flaquear y perdí el equilibrio pero antes de caer de culo unos fuertes brazos me tomaron y me atrajeron a su cuerpo, su olor, su cercanía no me ayudaron en nada.

      - Gracias - articule, y trate de soltarme de sus brazos. - Suéltame por favor - susurre
      - Estas muy guapa - dijo acercando su boca a mi oído - Siempre lo haz sido
      - Suéltame, estas borracho - dije mas fuerte y moviéndome entre sus brazos
      - Y tú preciosa - su mano derecha subió suavemente por mi brazo, acariciando mi hombro y continuar posándose en mi cuello. - Te he echado mucho de menos
      - Me haces daño - dije cuando ya las lagrimas empezaban a bajar - No me siento bien.
      - Eso lo pude ver. ¿Aún tienes vómitos? - llevando su mano nuevamente hacia abajo rozando con sus dedos mi pequeño vientre.
      - Problema tuyo no es - le dije seca - Me puedes soltar de una maldita vez!
      - Ya no te gusta mi cercanía? - me atrajo aun mas a su cuerpo
      - No - dije con una voz débil - Ya no necesito nada de ti
      - Necesitamos hablar mi amor -
      - No soy tu amor y no necesitamos hablar -
      - Amor, estos días han sido horribles -
      - Me vale - fría, fría debía ser fría.
      - Ayer... -
      - S U E L T A M E - grite alto y claro y deletreando cada letra. Al ver que no accedería utilice la fuerza bruta que llevaba en mi, le dí un con mi codo en su estomago. Bien...  conseguí que me soltara. Comencé a caminar hacia mi auto con el siguiéndome a paso firme
      - Por favor... Renata -
      - No tengo nada que hablar contigo. - Le grite - El tiempo de hablar ya paso. Mírame - le pedí - Soy la misma estúpida que te profesaba amor eterno hace unas semanas. La misma con la que ayer te ibas a casar. Exactamente la misma - sus ojos no se apartaban de los míos - Pero ya no, fíjate que mi cuerpo esta cambiando esto que se ve aquí - toque mi vientre - Esto es lo único que tengo y quiero en mi vida. Tú nos dejaste y eso...
      - Te partió el corazón. Lo se. Él mio también esta roto. Pero te amo. No he podido dejar de amarte y me duele tanto mi amor. Me duele tanto sentirte cerca y no tenerte. Necesito que me perdones por todo el daño que te hice, necesito que me perdones por dudar de ti. Necesito que me perdones y me dejes estar a tú lado, a su lado. - Toco mi vientre y me hizo estremecer. - Me permites volver a estar a su lado, puedes olvidar las feas palabras que te dije, puedes olvidar lo ¡Gilipollas! que he sido? -

Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, esto no estaba pasando, él no me estaba diciendo todas estas hermosas palabras. Un horrible nudo en mi garganta me impedía poder decir palabra alguna, decir lo que estaba pensando o sintiendo.

¿Podríamos volver sabiendo que desconfía de mi?

      - Benjamín... Yo no puedo. Te juro que no puedo. Tú no confías en mi, tú sigues creyendo que esté bebé no es tuyo. -
      - Me haré cargo de él, aun que no sea mio. Te amo y lo amare de todos modos - dijo agachando la cabeza
      - ¡No! - grite - Desaparece de mi vida de una vez. Te odio, te odio.

Me subí al coche y me fui a refugiar a mi hogar. Victoria al verme llegar con esa cara no me pregunto nada y solo me abrazo, su abrazo fue reconfortante y muy especial.