Capítulo 41
Al
llegar a casa de mi madre pasada las ocho de la noche, me están todos esperando
incluyendo mi hermana. Quien me saludo y en un susurro me indico que Adam ya
estaba con Renata en casa, que habían hablado un poco y le había comentado algo
de lo que pasado con Cota. Y era por eso mismo que no hallaba la hora de estar
en mi casa con ella y poder saber por fin que era eso. Pero antes necesitaba
arreglar un par de asuntos con mi familia.
- ¿Y Adam? – me pregunto el enano a penas
se me tiro en los brazos
- Con Renata, en casa.
- Quiero verlo. ¿Puedo ir a tu casa,
hermano?
- Por supuesto que si enano. Ya el
viernes después de la escuela te llevare
- ¿Me das permiso mamá?
- Ian ve a tu habitación y termina tus
tareas, ya luego hablaremos de eso. Tengo que hablar con tu hermano primero
- Pero mamá
- Ian – dijo muy serio mi padre – Haz
caso
- No dejes de venir por mí – me pidió Ian
soltando el abrazo y subiendo las escaleras
- ¿Por qué no simplemente le dicen que no
puede irse conmigo porque no están de acuerdo que este nuevamente con mi mujer?
- No le hables así a tu madre – me reto mi
padre
- ¿Qué no le hable de qué manera? ¿Papá
te das cuenta de cómo están las cosas solo por haber decidido darle una nueva
oportunidad a mi familia?
- Siéntate hijo. –
-
Estoy bien de esta manera – metí mis manos a los bolsillos de los pantalones
para que secar ese sudor nervioso de lo que se avecinaba - ¿Por qué hablaste de
temas personales, de mi vida privada con Carmen, mamá?
- No puedo creer que me vayas a recriminar
eso. ¡Estaba preocupada por ti!
- ¿Y no pudiste hablarlo conmigo?
- ¿Que me ibas a decir? Que todo está
bien, que no interfiera en tu vida
- Claro que sí. Mamá, nadie mejor que yo
sabe todo lo que sufrí, todo lo que paso. ¿No crees que si estoy haciendo esto
es por algo?
- ¿Por pensar con tu entrepierna?
- ¡Dios! No puedo creer que me digas eso.
Mierda, mamá
- Thiago – me paro mi padre – Todos
estamos preocupados por ti y mi nieto. No estoy de acuerdo con lo que Renata
hizo, mucho menos con lo que tu madre hizo. Pero comprende, eres su hijo, es
completamente normal que se preocupe por ti. Yo lo hago, llegar a ti
últimamente está difícil. ¿Quieres contarnos que piensas hacer?
- Casarme con Renata, tener más hijos con
ella. Formar mi familia.
- ¿Envase a qué? – ataco mi madre
- Envase al amor que nos tenemos. ¿Puedes
comprender eso?
- ¿Qué tipo de amor es ese? ¿El que deja
abandonado a su familia?
- Yo se lo perdone, me costó muchísimo
entender su situación en ese minuto, aun no lo hago al ciento por ciento. ¿Pero
qué quieres que haga cuando la sigo amando?
- No todo es amor en esta vida –
- Me lo dices tú. ¿Su historia de amor
fue muy distinta a la mía? ¿No fue papá quien te dejo sola estando embarazada
de mí?
- No te permito que saques eso que está
en el pasado
- ¿Qué hiciste qué papá? – Habló Dani –
No lo puedo creer, los Lackington que hablan de familia, de amor. ¿Por qué
hiciste eso?
- Eso ya paso Daniela – mi madre se puso
de pie – Es parte de nuestro pasado, no del de ustedes
- Esto es lo mismo mamá – intervine – Es
mi pasado, es el pasado de Renata. ¿Qué es lo que quieren? Mi hijo merece tener
a su madre al lado, así como tú pudiste perdonar a mi padre. Yo la pude
perdonar a ella. Historias que no son muy diferentes
- No puedo creer que recriminen a Thiago,
¡Dios! ¿Mamá, Papá que tiene de malo lo que mi hermano está haciendo? Es la
madre de su hijo. Por mi te puedes casar y tener miles de hijos. Yo te apoyo
- ¿Por qué no te callas y vas a ver a tu
hija? – Le ordeno mi madre de mala manera – Ni tú, ni Thiago tienen derecho a
meterse en eso que pasó hace ya tantos años. Eso es algo entre nosotros.
- Te repito entonces, citando tus propias
palabras. No tienen derecho a meterse en
esto, ya pasó, es algo entre nosotros. Y por favor no quiero volver a tener
esta discusión con ustedes. Mamá, te exijo que no vuelvas a hablar de mi vida
con nadie, yo no tengo ni tuve nada que ver con Carmen. Salimos, si una vez.
Tal vez fue un error, pero no tengo nada de lo que arrepentirme. Como hijo,
como padre, les suplico que si no están de acuerdo con mi relación no
interfieran.
- Yo no estoy de acuerdo hijo – añadió mi
madre
- Que pena mamá, esperaba contar con su
aprobación. Cada vez que quieran ver a Adam me avisan y buscare la manera de
traérselo. El viernes vendré por Ian y espero no tener problemas con eso.
- ¿Qué estas tratando de decir?
- Yo lo comprendí – intervino Dani – Que
por su falta de compresión están perdiendo un hijo. Thiago está prefiriendo a
su familia, anteponiendo su felicidad a su egoísmo.
- Ella no lo vale hijo –
- Tal vez, sin faltar el respeto a mi
padre. Tal vez cuando estabas embarazada de mí, mi padre tampoco lo valía. Aun
así lo perdonaste y construirte esta familia. Yo los amo, pero amo mucho más a
mi hijo, a mi mujer.
- Renata – mi padre se puso de pie
- No Benjamín – se puso de pie también y
camino hacia las escaleras – No voy a desistir con esto, si Thiago la prefiere
a ella es su decisión
- Lo siento, papá – dije antes de
retirarme – Yo dije todo lo que tenía que decir, si ella quiere buscarme, si
quiere ver a su nieto no se lo impediré, pero no volveré a pisar estar casa
hasta que lo haga de la mano de mi mujer. Y por cierto pronto les hare llegar
el parte de mi boda, si ustedes así lo quieren pueden asistir. Entenderé su
punto de vista. Adiós papá.
- Thiago ¿Puedes llevarme a mi casa?
- Claro que si –
- Voy por las cosas de Vale. – Me beso en
la mejilla – No tardo
Mi
padre no decía nada, solo se dedicaba a mirarme, me molestaba que no sacara las
palabras que no diera su punto de vista. Estaba cansado de escuchar estupideces
acerca de mi futuro, bien mi madre había tenido el valor de perdonar todo en el
pasado a Benjamín Lackington ¿Qué hacía diferencia ahora? Tal vez él nunca dejo
a su hijo recién nacido solo, pero si dudo acerca de su paternidad, estuvo un
par de meses separado de mi madre creyéndola una cualquiera. Abandonándola en
este país y él en España.
Mi
Abu había sido clara que todo eso paso hace muchos años, que nosotros como
hijos no teníamos derecho a recriminar, ni hurgar mucho más haya. Me dolía
mucho sacar el pasado de mis padres para justificar el mío.
Mi
móvil sonó y mi padre miro la pantalla antes de que yo llegara a su lado
- Es Renata – dijo cogiendo el teléfono –
Hola – saludo – Bien gracias. ¿Ustedes?... Es un pequeño bandido mi nieto – río
– Me gustaría que pudiésemos conversar hija. Yo no tengo nada en contra tuya,
mucho menos en contra de mi hijo. Quiero que sean felices y si juntos lo son,
yo no me voy a oponer. – Suspiro – Tú madrina cambiara de opinión es solo cosa
de tiempo. Te dejo con tu marido que está impaciente por hablar contigo. Ya nos
veremos uno de estos días
Me
tendió el teléfono
- Hola – susurre con la mirada de mi
padre fija en mí
- Hola ¿Vienes luego?
- Si amor, estoy esperando a Dani
- Bien ¿Quieres algo especial para cenar?
- Mmm… - reí – No nada especial. ¿Adam?
- Mirando dibujos – río – Y lanzando los
cubos contra la televisión
- Ese hijo mío
- Menos mal que tiene poca fuerza y
alcanza a llegar – suspiro – Te esperamos mi amor
- Estoy impaciente por llegar a casa. Te
amo
Corte
la llamada al ver a Dani bajar con la niña en sus brazos y cargando el bolso.
La ayude y nos despedimos de mi padre. Ya en el coche Dani comenzó a hacerme
preguntas acerca de lo que se había dicho del pasado de nuestros padres,
conteste con evasivas, tal vez ella no estaba tan preparada como yo para saber
esas cosas. Le afectarían y no actuaria de la mejor manera, era mejor dejarla
con esa incertidumbre y que no mirara con otros ojos a quienes nos habían dado
la vida, y tanto amor en nuestra vida.
- Se lo que quieres Thiago, pero bien me
tendrán que decir toda la verdad. También es mi verdad
- Déjalo estar, es parte del pasado. No
importa ahora
- ¿Quién te lo conto?
- La Abu, ella me lo conto cuando estuve
en España hace algunos años
- ¿Por qué nunca me dijo nada a mí?
- No lo sé, sé que nuestros padres nunca
me lo habrían contado. Yo nunca le contaré a Adam lo que paso con Renata
- ¿La quieres?
- Más que a nada, la amo. En este año me
di cuenta que no puedo vivir sin ella, no pude salir con ninguna mujer en todo
ese tiempo
- ¿Ninguna, ninguna?
- Ninguna. Estuve todo ese tiempo
dedicado a Adam, tú lo sabes
- Pero pensaba que de igual manera salías
con alguien, no se tienes necesidades
- No pude Dani, no dejaba de pensar en
ella. Cada vez que veía a mi hijo, algo me decía que…
- Tienes que saber que siempre, siempre
contaras conmigo. A pesar de todo, soy tu hermana y te amo, quiero lo mejor
para ti y nuestro Adam
- Tenemos planes de tener otro bebé.
- ¿Bromeas? ¿Quieres comenzar todo de
nuevo?
- Por supuesto, Adam ya tiene un año,
cada día depende menos de nosotros. Siento que otro hijo llegara a unirnos aún
más
- Marcos también quiere tener un niño,
pero yo no me siento preparada aún
- Eres joven para llenarte de niños
- Ustedes también – río – Quiero esperar
hasta que mi Valentina este en el colegio, tal vez unos tres años más.
-
Me parece perfecto, nunca me imaginé verte en plan de mujer y madre. Eras mi
princesa
- Aún lo soy – hizo un puchero y me beso
la mejilla – Si esa noche no nos hubieras encontrado en la cama
- Me volví como loco, pero es que Dani
debes comprenderme que Marcos era mi mejor amigo, lo conocía mejor que tú. Era
un maldito mujeriego
- Ya vez que cambio
- Si no lo mato. – Reí - ¿Quieres ir a
comer con nosotros?
- ¿Quieres ir a jugar con el primo? – le
pregunto a Vale quien sentada en la silla de coche de Adam mirando hacia afuera
sin enterarse de nada – Yo creo que mejor que no.
- ¿El viernes? Pasaré por Ian cerca de
las siete u ocho, puedo venir por ustedes. Háblalo con Marcos y me avisas
- Okey
Antes
de llegar al edificio Dani llamo a Marcos para que bajara a buscarla con la
niña, cuando aparque él ya las esperaba. Abrió la puerta para sacar a la niña y
ella feliz con su padre se le arrimo contra el pecho y sonreía, era todo un
agrado de ver a mi pequeña sobrina de esa manera. También a Marcos el imbécil
que había sido desde siempre ya no quedaba nada, era un hombre dedicado a ellas
y me gustaba de ver.
Baje
del coche y me pare a su lado.
- Gracias por traerlas
- No es nada – le palmee la espalda –
Quien te vio y te veo ahora, todo un hombre de familia
- Mis mujeres se lo merecen – beso en los
labios a mi hermana - ¿Todo bien? – Ella asintió - ¿Cómo esta Adam?
- Bien, en casa con su madre, esperando a
que llegue
- ¿Todo bien con Renata?
- Estupendamente – sonreí – Le comentaba
a Dani que el viernes podrían ir al departamento, una cena o solo conversar
como en los viejos tiempos
- Es una idea estupenda, le diré a mi
madre que se quede con Vale.
- No es necesario, nosotros estaremos con
Adam.
- Vamos Thiago, pregúntale a mi querida
suegra si puede quedarse con él y nos vamos a bailar o a un bar.
- Se lo comentare a Renata, aunque le
había dicho a Ian que me lo llevaría a pasar la noche
- Habla con ella, tal vez le gusta la
idea. Necesitan salir – alzo las cejas – Quedarse una noche sin hijo
- ¿Así? – Pregunto Dani - ¿Nosotros
también?
- Da igual – la abrazo Marcos – la niña
duerme en su habitación, son ellos los que tienen a un intruso en la cama
- ¿Cómo sabes eso? – Me reí – Estamos
trabajando en sacarlo de la cama
- Tuvimos que dormir con él cuando se
quedó acá – me palmeo la espalda – Una ayuda no estaría de más
- Marcos – le reto Dani – Dame a la niña
que le toca su comida. Cuídate hermano, estamos hablando. Te quiero
- Te quiero también.
- Subo enseguida – la volvió a besar
Marcos – Necesito decirle un par de cosas a este idiota
- ¿Qué me tienes que decir? – pregunte
cuando Dani estaba fuera del campo de visión
- ¿Cómo están las cosas con Renata? Y no
me digas bien porque se por Dani que tu mamá está poniendo problemas con eso
- No está de acuerdo con que haya vuelto
con ella
- Eso lo sabía pero no comprendo el por
qué
-
Según lo que entendí hoy, se debe a lo que paso.
- ¿Pero tu hablaste con ella, verdad? Le
dijiste a Renata todo y como te sentiste.
- Nosotros estamos bien, hablamos.
Quedamos en que nos daríamos una nueva oportunidad, que esta vez haríamos las
cosas bien. Tú mejor que nadie sabe que nuestro comienzo fue equivocado.
- Por cierto, el otro día me encontré con
Andrea. Ni te cuento la mierda que hablo de ti, pero está saliendo con
Bustamante hace ya un par de meses
- Fue un maldito desgraciado con ella,
merezco que me odie. Eso también es parte del mal comienzo con Renata. Quiero
darme una nueva oportunidad, merecemos esa oportunidad. Adam se lo merece
- Tú también hermano, vamos. Fuiste el
primero en oponerte en mi relación con Dani, pero te he demostrado que soy
digno para tu hermana y para tu sobrina.
- Si no lo haces te mato. Tienes que
cuidarlas mucho, son mis princesas
- No seas cochino, tú tienes a una mujer.
Recuérdame decirle a Renata que no es tu princesa y veremos cómo te va
- Renata no es mi princesa, es mi mujer,
mi reina o como quieras decirle. Ella sabe que Dani y Vale son mis princesas
- Ten tus propias princesas y deja a las
mías tranquilas
- Buscaremos nuestra propia princesa
- Te quedo gustando esto de ser papá. Me
alegro mucho y ojala se le peguen las ganas a Dani, ya le dije que quiero que
tengamos otro hijo
- Daniela es muy joven aun para llenarse
de niños, se lo dije
- ¡Wow! Seguro ustedes son muy viejos,
hermano soy un año menor que tú
- Pero Dani no, y ahora mismo me voy. Mi
hijo y mi mujer me están esperando
Nos
despedimos y me subí al coche, mientras conducía le avise a Renata que ya iba
de camino.
Cuando
llegue a la casa, Adam dio algunos pasos para que llegara a mis brazos, mi
pequeño niño cada día caminaba mucho más firme y tanto Renata como yo lo
mirábamos emocionados de lo grande y feliz que se le veía. Comimos los tres
juntos la cena que con mucho cariño ella nos había preparado, la cocina sin
duda era algo que se le daba muy bien. Conversamos cosas triviales, me conto
como estuvo su día y a su vez le conté parte del mío en el trabajo. Cuando me
pidió saber lo que había ido a hacer a la casa de mis padres me quede en
silencio, no quería mentirle pero tampoco estaba preparado para una nueva
discusión, mucho menos cuando quería saber lo pasado con Cota. Estábamos llenos
de problemas.
Dormimos
a Adam y lo llevamos a su cuna, aunque solo durara unas horas no perdíamos la
esperanza con que pronto ya estuviera en su habitación, así nunca podríamos
tener otro bebé. Eso de dormir con Adam reducía nuestros encuentros sexuales no
del todo, pero si a un 70 por cientos.
La
miraba mecer a Adam en contra de su pecho, y era verdaderamente hermoso,
escuchar su dulce voz mientras le susurraba canciones de cuna a Adam. Estaban
enamorados ambos, y yo estaba enamorado de ellos. Feliz podría tener dos o tres
niños más.
- Ya se durmió – dijo Renata poniéndolo
suavemente en la cuna
- En el control de los siete meses, el
doctor me dijo que no lo hiciera dormir de esa manera. Lo mal acostumbraría
- Pero amor… - le acaricio la cabeza – Es
una cosa por otra, si lo dejo solo en la cuna no se dormirá nunca.
- Claro que lo hará cuando lo venza el
sueño
- Mañana lo intentaremos a tu modo. – Me
beso en los labios castamente – Me iré a dar una ducha ¿Me acompañas?
- Mmm… Eso suena prometedor. – la bese
con más devoción mientras la atraía a mi cuerpo y recorría con mis manos su espalda
y llegaba a sus nalgas y las apretaba hasta hacerla jadear. – Pero no me vas a
tentar con sexo. Sabes muy bien que tenemos cosas que hablar
- No intento tentarte, quiero que
practiquemos como se hacen los bebés.
- Eres una maldita tentación, amor. Te
tengo ganas todos los días a cada momento pero ve a ducharte y te espero en el
salón para que hablemos.
- Tú te lo pierdes. – Me volvió a besar –
Voy a necesitar ayuda
- No puedo decirte que no – la tome de la
mano y la arrastre conmigo a la ducha
Al
entrar al cuarto de baño y cerrar la puerta comenzamos a sacarnos la ropa con
desesperación, y nos entregamos a la pasión y al amor. Durante el tiempo que
nos hacíamos el amor en la ducha solo éramos nosotros, no existían problemas,
ni familias, ni nada parecido. Solo nosotros.
Al
salir mi pequeña mujer se puso su sexy pijama corto color crema con esa polera
con encaje en sus senos y de solo mirarla ya estaba listo para un nuevo
encuentro, para volver hacerla mía.
- ¿Quieres una copa? – me pregunto
apoyada en el umbral de la puerta.
- Te acompaño y conversamos
- Si, amor. Vamos al salón a conversar
- Quedaste dócil - me burle y ella me miro con cara de pocos
amigos – No me mires así mi vida, solo era una broma
- Sí, claro. ¿Quieres o no?
- Te dije que sí – la seguí
- ¿Blanco o tinto?
- Cerveza – me acerque al refrigerador y
saque mi botella mientras ella se llenaba su copa con vino blanco.
Nos
sentamos en el sofá solo dedicándonos miradas, esperada que ella dijera algo
primero, no quería comenzar la conversación yo. Pero al ver que los minutos
pasaban y su copa se vaciaba.
- ¿Qué quieres saber? – pregunto antes de
ponerse de pie y llenar nuevamente la copa otra vez
-
Lo que tú quieras contarme
- No es mucho, la verdad es que me dijo
una y otra vez que yo era la culpable de que su vida fuera una mierda. Ella lo
único que quería era que todos estuvieran pendientes y que siguieran siendo
normal con ella. Pero nadie lo hizo así, dice que eso es mi culpa. Ayer sentí
que de verdad era así. Hoy más tranquila tuve tiempo para pensar y darme cuenta
que no era así. Cota tiene una personalidad que a no era apreciada por todos,
mi padre siempre fue así con ella. Tía Renata le ayudo en los primeros meses
conmigo y no se Thiago
- Ella nos alejaba, es difícil entender
que yo quisiera jugar con ella si tenemos diferencia de edad, sin embargo con
Dani no lo hacía porque simplemente le tiraba el pelo o le quitaba las muñecas,
pero ni mi papá ni mi mamá hacían diferencias, bueno solo contigo.
- ¿Qué fuiste a hacer a la casa de tus
papas?
- Tuvimos una pequeña discusión
- ¿Qué fue lo que paso?
- Mi mamá no está de acuerdo con que
hayamos vuelto, pero eso no es lo importante le deje claro que no es su
decisión.
- Volver a estar juntos es nos está dando
demasiados problemas
- Podremos con eso, no quiero que pienses
más en eso. Renata lo mismo que le dije a mis padres hoy, es solo nuestra decisión.
Si tú quieres estar conmigo y yo contigo, nada pueden hacer.
- Pero es tu familia amor – suspiro y
vació su copa por segunda vez – Yo no quiero que te alejes de ellos por mi
culpa.
- Son mis familiares, mi familia son tú y
Adam. Eso fue lo que hablamos.
- Gracias por contármelo. ¿Pero ambos
piensan lo mismo?
- No, hablaste con mi padre. El no piensa
eso, la verdad es que igual que Dani está de acuerdo con que es mi decisión. Y
esa es quedarme con ustedes, ya les dije que nos casaríamos.
- Pero si eso aún no lo hemos hablado, no
puedes andar diciendo por ahí eso
- Ya es un hecho, te dejo la tarea de
organizar todo.
- ¡Que va! Si lo haremos lo hacemos
juntos
- Como quieras, ahora ven acá
- Voy por otra copa. ¿Quieres otra
cerveza?
- Te quiero a ti
- Deja de ser tan insaciable
- No puedo si quiero hacerte otro hijo
- Eso también está en conversaciones
- Eso también es un hecho.