Capítulo 14
Me
mire en el espejo por mucho tiempo, viendo lo que este hombre era capaz de
hacer. Como conseguía tenerme este nivel de odio. Llegar a tal nivel de
golpearme cuando me había prometido ante Dios y ante mi familia quererme y
cuidarme.
Estos años de matrimonio eran una mierda, un completo fracaso. Y ahora después de tantos golpes, tantos insultos ya no sabía cómo remediarlo.
Estos años de matrimonio eran una mierda, un completo fracaso. Y ahora después de tantos golpes, tantos insultos ya no sabía cómo remediarlo.
- ¿Por qué me haces hacerte esto? – dijo
abrazándome por la espalda. – Yo no quería llegar a esto mi amor. Renata yo te
amo. Eres la única mujer que he amado
- Y si lo haces porque me pegas – no fue
una pregunta, fue una afirmación
- Tú me provocas, yo no quería
- Llevas años repitiendo lo mismo. Cada
vez que me dejas de esta manera me dices eso. Que me amas y que no querías.
¿Pero sabes? – alzo una ceja al ver que alzaba la voz – No te creo una mierda.
Esto se acabó. Me importa poco lo que pase, quienes sepan. Yo te voy a
denunciar
- No lo harás. No puedes hacerlo – dijo
empujándome contra su pecho. – Te lo prohíbo.
- Se acabaron tus prohibiciones. Si mi
familia me quiere aborrecer por todo lo que me has obligado a hacer que lo
hagan ¡Pero me canse!
- Cállate – dijo subiendo su mano por mi
estómago desnudo – Ahora sabrás lo que además soy capaz de hacer. E sido
prudente contigo pero se acabó.
- ¡Suéltame!
- Cállate – y me abofeteo una vez más,
esta vez con fuerza inmedida haciéndome chocar la cabeza contra la muralla del
baño. Haciendo que todo a mí alrededor fuera negro.
***
A
lo lejos escuchaba la voz de Thiago, lo escuchaba suplicar que abriera los
ojos. Que no lo hiciera esto. Y por más que intentara abrir mis ojos no me
respondía y poco a poco me iba durmiendo nuevamente.
Fuertes
punzadas en mi cabeza me hacían emitir sonidos, pero sonidos que nadie más los
escuchaba. Por qué ahora no habían voces cercas. No escuchaba a Thiago.
- Vamos Renata. Abre tus hermosos ojos mi
amor. – pedía en mi oído y me depositaba tiernos besos en la mejilla
- Hijo. – Esa inconfundible voz era de
Victoria que estaba cerca – Deja que descanse lo necesita. Ella está bien, ya
lo han dicho los médicos
Sentía
como acariciaba mis manos, y se la apreté tan fuerte como pude. Él de inmediato
correspondió con otro apretón.
- ¿Me escuchas verdad? – nuevamente trate
de abrir mis ojos o articular palabra pero era completamente inútil. Asique use
un método que funcionaba y volví a presionar su mano. – Estoy aquí, todo va a
estar bien. Tienen detenido a ese desgraciado.
Escuchar
eso de la boca de Thiago en vez de tranquilizarme me puso aún más nerviosa. ¿Lo
tenían detenido? ¿Quién me había sacado de la casa? ¿Quién les había avisado?
- No amor, tranquila.- me pidió –
Descansa mi amor. Iré a buscar al doctor.
Cuando
trato de soltar mi agarre, lo afirme mucho más fuerte. Evitando que me dejara
que me soltara. No quería sentirlo lejos, ahora que estaba cerca.
- Abu, puedes llamar al doctor – le pidió
a Victoria. – No me suelta.
- Tranquilo. Yo voy –
- Todo va a estar bien mi amor, ¡Dios!
Que susto me lleve cuando llegue a España y me avisaron que estabas en este
lugar.
A
los minutos después no lo escuche, pero sabía que estaba conmigo, sentía el
calor que me daba su cuerpo cerca del mío.
Cuando
entro el doctor, lo sentía a mi lado pero no sabía lo que me hacía. Hablaba
pero nuevamente me estaba yendo en un sueño profundo, apreté mucho más fuerte
el agarre de su mano. Con temor a que me fuera a dejar.
***
Lentamente
fue saliendo de la nube negra que me cubría, mis parpados estaban cansados.
Pero necesitaba abrir los ojos. Sentía peso en la altura de mis muslos. Sabía
que Thiago estaba aquí conmigo.
Aún
estaba aquí.
- Thiago – dije suavemente, aun en contra
el dolor de mi garganta.
Fui
abriendo lentamente mis ojos, aun en contra de todo, él estaba ahí con su
cabeza apoyada en la cama, por las cortinas se dejaba ver el oscuro cielo,
estaba de noche y la luz tenue de la habitación me dejaba abrir mucho más los
ojos. Trate de sacar mi mano que aún estaba con la de Thiago pero él me tenía
sumamente apretada.
- Thiago – volví a susurrar.
Suavemente
y con el cansancio arrastre mi otra mano hacia su cabeza, le comencé a
acariciar lentamente sus cabellos.
A
pesar del dolor físico que sentía estaba tranquila, porque me sentía segura.
Estaba segura a su lado.
- Gracias por estar aquí – le dije
tratando de mantenerme despierta un poco más. Pero el cansancio era mayor y aun
en contra de mi voluntad me volví a dormir
***
Abrí
mis ojos de golpe, para encontrarme con la hermosa sonrisa de Thiago a mi lado.
- Hola mi amor – me dijo besando mi
frente - ¿Cómo te sientes?
- Hola. – susurre
- ¿Cómo te sientes?
- Cansada –
- Es normal. – Me acaricio los cabellos –
Esta hermosa
- ¡Mentiroso! – Le sonreí – Debo tener la
cara hecha una mierda
- Tienes un poco morado algunos lados,
pero casi nada a como estabas el día que te trajeron acá, al día en que te vi
- ¿Cómo llegue acá?
- Luego amor. Ahora descansa
- Quiero saber ¿Cómo llegue?
- Ese maldito hijo de – se calló – Te
volvió a golpear y para su mala suerte. Thomas el chofer acudió en tu ayuda. Te
encontró inconsciente en el baño y llamo a mi Abu. Te trajeron y a penas puse
un pie en este país puse la demanda en su contra. Amor se nos vienen momentos
duros. Pero tienes que ser fuerte.
- ¿Aun está detenido?
- No amor. Esta libre, su abogado pago la
fianza aludiendo a que te caíste en la ducha.
- Él me golpeo – susurre conteniendo un
sollozo – Yo pensé que esta vez podía hacer las cosas de otra manera
- No llores. Por favor no lo hagas. – Me
limpio las lágrimas que caían – Llevabas casi cuatro días inconsciente. Renata
tengo algo importante que decirte.
Ancle
mis ojos a su mirada, a sus hermosos ojos. Este era el momento donde me diría
que ya no quería seguir conmigo que le daba asco y que no podía estar con una
puta
- ¿Cuándo pensabas decirme que estas… - y
se calló en ese momento agachando la mirada
- ¿Estoy qué? – pregunte asustada
- Estas embarazada –
Las
palabras de Thiago, me hicieron sentarme de golpe un dolor sobre humano se
apodero de mi cuerpo ante el brusco movimiento
- Yo no estoy… - no podía continuar con
esas palabras hace poco más de 3 meses había perdido a un bebé. Era imposible
- Si lo estas. Renata ¿Lo sabias? – Dijo
buscando mi mirada - ¿Es… es… es mío?
- Yo… yo no estoy embarazada
- ¡Mierda! Si lo estas, los exámenes
arrojaron eso.
Lleve
mis manos al rostro en ese momento no sabía si era una buena o una mala
noticia.
- ¿Es mío? ¿Renata me harás padre? ¿Dime
que ese bebé es mío? Hazme el hombre más feliz del mundo diciéndome que no
tienes dudas que ese hijo que viene en camino es mío. Mi amor por favor,
confirma que ese hijo es fruto del amor que ambos nos tenemos.
Las
palabras de Thiago solo me hacían llorar aún más, era imposible que pudiera
haber concebido tan rápido, aun cuando mi cuerpo estuviese en buenas
condiciones. Después de la golpiza, después de todo.
- ¿Se puede? – la voz de un hombre interrumpió
el momento
- Adelante doctor – dijo Thiago
- Pero señora. Recuéstese – pidió – No es
bueno que haga este esfuerzo
- Disculpe – dije avergonzada por la
situación
- Bien, necesito revisar a la señora.
Podría salir
-
Soy su pareja – dijo seguro Thiago
- Ok
El
doctor que resulta que se llama Felipe, me comenzó a revisar por todos lados.
Primero mis ojos, para terminar revisando entre mis muslos. Lo que confirmo que
si verdaderamente estaba embarazada.
-
Esta todo bien. – Dijo cubriendo mi cuerpo nuevamente con la sabana – El bebé
está perfecto. Y usted igual
- ¿Cómo puedo estar embarazada? –
- Bueno. – Río – Cuando las personas
tienen relaciones es muy probable que estas cosas pasen. A ustedes les paso
- Thiago – lo llame, e inmediatamente
dirigió su mirada hacia mí. - ¿Puedes salir?
- ¡Claro que no! – camino hacia la cama –
Cualquier cosa que quieras preguntar puedes hacerla delante de mí. Amor estoy
contigo
- ¿Por favor?
- No. – Frunció el ceño – Y es mi última
palabra
- Yo tuve una pérdida hace poco más de
tres meses. – dije muy a mi pesar
- Estamos al tanto de eso. La señora
Lackington nos comentó los hechos y el señor aquí presente tiene todas las
recomendaciones para poder llevar a término esté. Pero lo más importante es que
usted este tranquila y tome las precauciones.
- No me entiende. Como es posible, el
doctor que me atendió en ese entonces – agache la cabeza – Dijo que no podía
tener un bebé hasta casi un año más.
- Los milagros ocurren – dijo con una
sonrisa que me molesto – No le dé más vueltas. Disfrute su nuevo estado junto a
su pareja. Mañana podrán conocerlo o conocerla
-
¿De verdad? – pregunto Thiago haciéndose presente
- Así es, mañana tienen su primera ecografía –
- Que emoción – dijo verdaderamente
emocionado – Mañana conoceremos a nuestro bebé amor. Por favor sonríe
Me
estaba pidiendo algo imposible, verdaderamente estaba criando un bebé dentro de
mí. ¿Estaba aun dentro de un sueño? ¡Estoy embarazada!
Como
reflejo lleve mis manos hacia mi vientre, era real. Estaba en ese lugar
- Los dejare solos – dijo el doctor –
volveré dentro de un par de horas para saber cómo sigue
Thiago
espero que el doctor saliera de la habitación para subirse a la cama y
acomodarse de costado a mi lado.
Con
una mano en mi cabello, y con la otra sobre la mía en mi vientre, nos veíamos
como una pareja normal. Como unos enamorados esperando una ilusión.
A
pesar que si me hacía ilusión tener un bebé, saber que todo lo que el maldito
me había hecho, no estaba generando repercusiones en mi cuerpo.
Dios
me estaba mandando nuevamente el milagro de dar vida, me estaba haciendo ese
sueño posible, junto a un hombre que verdaderamente estaba feliz por ser padre,
no me estaba juzgando, no estaba arrancando, ni estaba maldiciendo. Simplemente
estaba feliz.
-
Cariño, tranquila.- susurro en mi oído – No llores mi vida, no le hace bien a
nuestro bebé
- Tengo miedo – dije por fin
- No amor, no hay nada de que temer,
estoy contigo. Estamos juntos en esto – beso mi cabello - ¡Vamos a ser padres!
- ¿Y si no es tuyo? – Pregunte temerosa –
Existe esa posibilidad.
- No amor, no existe. Es mío y no tienen más
alternativas que tenerme junto a ustedes siempre
- Thiago… -
- ¿Dime cariño? –
- Hay muchas cosas que tú no sabes… -
- No creo que sea necesario que me las
digas en estos momentos
- Si es necesario
- Vamos a ver Renata si digo que no es
necesario es porque no lo es, en estos momentos solo necesito saber que tú y mi
hijo están bien. Eso es más que suficiente
- Pero…
- Pero nada. Ahora quiero que te relajes
y descanses.
Asentí,
como ya estaba acostumbrada a hacerlo cada vez que me daban una orden. Acomode
mi cabeza en su pecho y me deje llevar por el momento, por sus caricias y palabras
de amor, su dedicación.
Necesitaba
sacarme este peso de encima, contarle todo acerca de mi pasado, de mi futuro.
Necesitaba que esas cosas las supiera por mí. Aún estaba a tiempo de huir, de
dejarme y maltratarme.
***
Durante
el resto del día y noche estuvimos solos con Thiago conversando cosas sumamente
irrelevantes, haciéndome reír, preocupado de que me sintiera bien.
Si
algo tenia Thiago era la manera de hacerme sentir segura con solo estar a mi
lado. Se negó completamente a mi petición que se fuera a dormir a casa de
Victoria y se separó de mi un minuto para ir a buscar algo para comer, pero
nunca dejándome sola. Se preocupó de que Victoria se quedara haciéndome
compañía, en su cara estaba la ilusión de saber que sería Bisabuela, aunque
también consciente del miedo que eso me daba a mí. Sobre todo porque ella sabía
muchas cosas que todos los demás no.
Me
aconsejo que antes del juicio se lo contara todo a Thiago, porque ella creía
que eso sería usado en mi contra, que Ernesto lo usaría a su favor con tal de
desprestigiarme. Al igual que le dijo a Thiago que lo mejor era ocultar lo del
embarazo hasta saber las semanas de gestación y lo más importante que de
estábamos a salvo.
A
primera hora de la mañana mi médico ingreso empujando una silla de ruedas, la
cara de Thiago al verla un poema. Y yo ya temblaba, nos íbamos a conocer a
nuestro bebé.
- ¿Están listos? – dijo con una sonrisa
Felipe
- Claro que lo estamos, estamos ansiosos
– dijo Thiago con una enorme sonrisa
- Me parece muy bien. Sera una criatura
muy amada
- Claro que lo será – confirmo Thiago
ayudando a ponerme de pie para sentarme en la silla.
Thiago
me empujo por los pasillos de la clínica, hasta que el doctor abrió la puerta
de la sala donde me harían el examen.
Una
enfermera que no le quitaba los ojos de encima a Thiago, me indico que me
recostara en la camilla para ayudarme a prepararme, pero cuando mi hombre me
iba a ayudar ella negó y dijo que sola yo podía. ¡Maldita bruja!
Pero
nada de lo que dijo pudo hacer alejar a Thiago de mi lado quien ignorando
completamente su coqueteo se empeñó en que yo no hiciera ningún movimiento sin
sus brazos
- Señor – hablo la enfermera – Debe dejar
hacer mi trabajo y ponerse en un costado a la altura de la cabeza
- Esta bien. – Dijo caminando hacia donde
le habían indicado – Pero no me pida que no ayude a mi mujer si no se puede
mover mucho.
- Ella puede hacer eso sola. – dijo
molestándose
- No si yo estoy para ayudarla.
- Iré a buscar al doctor – dijo aún más
molesta ella.
Los
minutos que tuvimos que esperar a que el doctor ingresara, no dejábamos de
mirar embobados a todos lados. Los cuadros que decoraban el lugar, era
completamente mágico este momento.
-
Bien, - una voz nos sacó de nuestra burbuja – Estamos listos – Asentí –Vamos a
realizar la primera ecografía de vuestro bebé. Esta será endovaginal. Renata lo
más importante es que estés tranquila y relajada debido a que insertare esta
sonda por tu vagina y de esa manera ver el estado, a su vez sabremos cuantas
semanas tienes. ¿Sabías que estabas embarazada? – Negué con la cabeza – Lo
suponía debes tener poco tiempo, bueno es una suerte que podamos hacerle
seguimiento desde pequeño.
No
podía apartar la mirada de cómo iba preparando todos los instrumentos. A la
sonda le coloco un condón y un poco de gel. Encendió los monitores, y me indico
donde poner las piernas. Me sentía expuesta y Thiago no soltaba mi mano.
Una
incomodidad me hacía querer pedirle a Thiago que saliera, pero tampoco lo
quería privar este momento.
- Relájate – indico el médico y lo vi
perderse entre mis piernas.
Verdaderamente
podía sentir como iba ingresando esa cosa en mí, no dolía. De pronto la
pantalla dejo de ser negra. Lagrimas involuntarias comenzaron a salir por mis
ojos, me los aguaba de tal manera que ya no podía ver nítidamente lo que había.
No
podía apartar mi nublada vista de esa imagen era simplemente maravilloso.
- Ahora ya está muy confirmado y saluden
a su bebé. –
Thiago
agacho la cabeza hasta mis labios y me dio un suave beso. Pude ver sus ojos
llenos de lágrimas, las mismas lágrimas que tenía yo
- Hasta el momento está todo en el lugar
que corresponde. Es un luchador y los daños de tú cuerpo no le han afectado en
nada. El embrión mide cinco milímetros. Esta dentro de lo normal. Y tiene una
anchura de 1.3 milímetros. Para tener cinco semanas está perfecto. Ese bulto
que se ve – nos indicó con en la pantalla – Es su corazón. Aún es muy pronto
para poder escucharlo pero en el próximo ultrasonido ya será factible.