sábado, 13 de diciembre de 2014

#29 Caminos Inesperados

Capítulo 29


Escuchar la voz de angustia de mi hermana, saber todo lo que estaba padeciendo hicieron que mis peores temores se hicieran realidad.

Estaba sola en la casa, Thiago se había quedado con Adam en la clínica esta noche para que yo durmiera. Me senté en la cama y deje que el miedo me envolviera. No sabía que era lo que tenía que hacer, pero sabía el miedo que ella tenía. Sabia el horror que era vivir con Ernesto ¡Claro que lo sabía! Pensar en mi hermana siendo violada y golpeada.

¿Qué mierda puedo hacer?

Saque mi celular de donde se encontraba cargando y marque el número de Thiago, sabía que el a esta hora no estaría durmiendo. No lo hacía nunca si estaba con Adam

      - Hola amor – me dijo en un susurro
      - Hola – susurre yo también - ¿Qué tal todo?
      - En estos momentos estábamos teniendo una conversación padre e hijo. Se tomó todo el biberón y no tiene ganas de volver a dormir – sonreí imaginándome esa escena – Y por lo que me doy cuenta Adam no es el único
      - Te extraño mi amor – confesé temerosa de la decisión que estaba por tomar
      - Nosotros también. ¿Estás bien?
      - Si, solo que los extraño a ti y a mi pequeño
      - Mañana estaremos juntos los tres – me aseguro – Aprovecha de dormir amor. Anda descansa que tus chicos estarán intentando hacer lo mismo
      - Mis chicos. – sonreí
      - Si, solo tuyos. Te amo cielo. Duerme un poco y mañana recuerda estar temprano acá para el examen.
      - Claro que lo recuerdo. Y si todo sale bien en dos noches más Adam estará acá
      - Con nosotros. Te amamos mami

Dijo la última parte y cortó la llamada. Aun con el corazón destrozado sabía que mis chicos estarían bien. Que podrían perdonarme todo, pero mi hermana.
Si a mi hermana le pasaba algo, no podría soportarlo y saber que pude hacer algo pero fui egoísta y no lo hice. Tome la decisión más difícil de mi vida.

Saque la computadora y mientras cargaba, deje sobre la cama algunas prendas y mis documentos para poder salir del país. Lagrimas corrían por mi cara al pensar en dejar a mi hijo. No lo estaba dejando me repetía una y mil veces, tal vez tratando mentirme a mí misma. En el fondo sabía que no sería ir, sacar a Cota de esa casa y volver.

Recordé que antes de volver Thiago contrato a una persona para que estuviera pendiente de ella. Corrí hasta su despacho y urge entre sus cosas hasta dar con el mail de Jaime Tardino. Esperaba una respuesta inmediata, pero tal vez Thiago había mantenido contacto con él en silencio. Mientras iba por mi computadora para ponerme en contacto deje prendiendo la de él.
Me sentía aun peor por hurgar entre sus cosas, había dicho que nunca más lo haría. No quería encontrarme con nada indeseado en estos momentos. Simplemente no lo soportaría.

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De: Renata Lackington
Para: Jaime Tardino
Asunto: Información

Sr. Tardino.
Mi nombre es Renata Lackington, hermana de Constanza. Mi marido Thiago hace unos meses lo contrato para cuidar y proteger a mi hermana en su estadía en España.
Dado a que no hemos recibido noticias de usted en el último tiempo ¿Está todo bien? ¿Ella se encuentra bien?
Pido por favor que me dé un informe de este último tiempo de manera URGENTE y detallada.

Atentamente. Renata

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Espere y espere por una respuesta que jamás llego, tal vez Thiago me ha había dicho eso solo para dejarme un poco más tranquila, para que me olvidara del tema. Por qué jamás escuche nada de él. No había ni un solo mail en su buzón.

Solo una persona en este mundo sería capaz de estar conmigo aun en el peor momento, a pesar de los años ella siempre me había apoyado y cuidado en silencio. Más que la Abuela de mi marido, Victoria era mi amiga, era esa Abuela que siempre quise y no la que me toco y me obligo a verme envuelta en todo esto.

      - Hola – dije cuando se abrió la línea de su contestadora – Supongo que tu hijo y nieto te avisaron que tu segundo bisnieto ya está en este mundo y entre nosotros. Adam es un niño precioso, me muero porque vengas a conocerlo. Tiene la suerte más grande del mundo de tener una familia que lo quiere y lo esperaba y sobre todo poder contar con la suerte de que su Bis lo tenga en sus brazos. Necesito que me hagas un favor. Sé que siempre he podido contar contigo y espero esta vez también poder hacerlo. Voy a España, necesito ir y necesito que me guardes el secreto. ¿Me recibes en tu casa? – Trate de sonar alegre – Te quiero Victoria nos vemos dentro de unas horas.



***


Después de la llamada de Renata no había manera de que durmiera, Adam tampoco tenía intención de hacerlo y aprovechamos de pasar tiempo de calidad. Bueno eso era cargarlo y arrullarlo, contarle cosas, y pero por sobre todo mostrarle y demostrarle lo mucho que lo amábamos.

Mañana era su último examen y de salir bien, la siguiente noche seria ya en su casa, dormiría en su cuna y lo amaríamos aún más si es que eso era posible. Mi bebé precioso, mi punto. Mi amor.

      - Yo creo que debes dormir - le dije besando su cabecita - Mañana debes estar descansado y preparado para irnos a casita. Sé que así será. Mamá también lo sabe y tiene todo preparado para que llegues a tu cunita, es preciosa. Y vieras la cantidad de juguetes y Wow hijo. - el solo puso su boquita en forma de O y me hizo sonreír – anda bribón y duerme que papá ya tiene un poco de sueño

40 minutos después por fin Adam se había dormido, sabía que lo estaba mal acostumbrando al dejarle dormirse en mis brazos, pero oye era mi primer hijo, y además estaba seguro que Renata lo hacía de la misma manera. No había otra o no la habría hasta que estuviera en nuestra casa.

Mi móvil vibro a eso de las seis de la mañana, justo en el momento en que estaba contemplando el mar. Que ganas tenia de ir a ver el mar.

      - Mamá - conteste en un susurro y con voz somnolienta
      - Hola querido - sonaba preocupada - ¿Cómo paso la noche mi nieto?
      - Ahora resulta que antes de preguntar por tu hijo preguntas por mi hijo - me burle, sin dejar de sentir verdaderamente un poco de celos por parte mi madre
      - ¡Oh! Mi amor - dijo - ¡Thiago esta celoso de su propio hijo!
      - No es así - debatí - En fin Adam aun no amanece, resulta que anoche le dieron ganas de pasar tiempo de calidad con su padre y nos desvelamos hasta tarde conversando y bebiendo cerveza
      - Las cosas que dices - río - Vamos saliendo para allá con tu padre
      - No es necesario madre, estamos bien
      - Hoy es el examen y queremos estar a su lado cuando por fin podamos traerlo. A demás alguien debe conducir mientras tú y Renata vienen con el atrás ¡Disfrutándolo!
      - Gracias mamá –
      - De nada mi amor. Lo hacemos con todo el amor del mundo - suspiro - Por cierto, he llamado a Renata para pasarla a buscar y no me contesta ni el móvil ni la casa.
      - Tal vez está en la ducha, ya te devolverá el llamado ella. Mamá estoy tan feliz por llevarme a mi hijo de este lugar
      - Lo sé, nosotros también. Tu hermana te manda cariños y dice que mañana se pasa por tu casa para ver a su sobrino
      - Dile que la amo, pero más a la pequeña Vale
      - Yo le digo, nos vemos en un rato más

A la media hora después ya entraba la enfermera para alimentar a mi hijo y prepararlo para su examen, inevitable no sentir miedo, angustia. Pero confiaba en Dios que todo iba a salir bien, ya habíamos sufrido bastante con todo esto y con las cosas del pasado también. Mi amor, mi gran amor se merecía ser feliz.

A las ocho de la mañana ya estábamos con mis padres en la sala de espera y nada de Renata, por más que la llamaba al móvil me salía apagado y mis nervios ya no daban para más. Pero no me podía mover de este lugar, mi madre al notar mi angustia me decía que todo estaba bien. Que tal vez estaba dentro y por eso no sabíamos nada, pero algo en mi interior me decía que no era así. Que ella no estaba aquí.

Eso era el peor sentimiento de todo, la odiaba por no estar a mi lado, por no estar compartiendo la angustia de todo esto conmigo. ¡Era su madre!

      - ¿Los padres de Adam Lackington?

Eso me hizo saltar de la silla en donde me encontraba y casi corrí para estar al lado del hombre de bata blanca que suponía debía ser el doctor que lo estaba atendiendo.

      - Yo - dije cuando estuve a su lado, sujetado del brazo de mi madre - Soy su padre
      - Señor Lackington - me tendió la mano - Acompáñeme a la oficina, debo darle algunas indicaciones a usted y su esposa. Esta misma tarde se pueden llevar a su bebé

Gracias al cielo, era la mejor noticia del mundo. Lo seguí por el pasillo hasta entrar a la habitación donde horas antes había estado durmiendo y compartiendo tiempo con mi Adam.

      - ¿La madre no nos acompañara? Es importante que sepa algunos de los cuidados de Adam
      - Em... - no sabía que decirle - Mi mujer, la madre de Adam en estos momentos no está en la clínica
      - Ya veo - se tocó la barbilla con la mano derecha y con la izquierda miraba la hora en su reloj de pulsera - El niño está bien, los cuidados que tendrá a partir de hoy serán de sumo cuidado y no podrá sacarlo o exponerlo a cambios de temperaturas por lo menos hasta que cumpla dos meses, debido a lo prematuro y las dificultades que tuvo es más débil que un bebé normal. Pero tranquilo que con los buenos cuidados y la leche materna lo hará ser un niño sano en el futuro, todo depende de ustedes como padres.

Por más de cuarenta minutos escuche lo que debía y lo que no hacer con Adam, de todo lo que me decía tomaba mis propios apuntes para no olvidar nada. Tenía la esperanza que la puerta se abriera y entrara Renata pero eso no paso. Cuando salí y busque a mis padres les comente que nos lo llevábamos

      - Ya lo sabía hijo -  dijo mi madre con una gran sonrisa - Mi nieto no quería quedarse un segundo más en este lugar.
      - ¿Renata esta con él?
      - No hijo, no la he visto llegar. Nadie ha pasado
      - ¿Dónde estará metida esta mujer? Me tiene preocupado - le dije encaminándome al mesón para saber en cuanto más pasaban a Adam a la sala normal y en cuanto ya lo podía sacar
      - Ya hablaras con ella. Ahora lo importante es sacar a Adam de aquí
      - Bueno Días - le dije a la joven del mesón  - Soy el padre de Adam Lackington, el médico me dijo que ya me lo podía llevar. Ósea esta de alta, quiero saber en cuanto lo pasan a su habitación y a qué hora me lo puedo llevar
      - Espere un momento -
      - Claro que lo hablaremos en cuanto llegue a casa. No me puede hacer esto mamá. ¿Cómo no llega a ver el estado de su hijo? Anoche estaba rara cuando hablamos, pero de eso para no llegar. No. Me va a escuchar mi querida esposa
      - Relájate hijo - me dijo mi padre - Ahora nos vamos a casa y lo hablan. Pero nada de discutir delante del niño
      - No me lo creo - una sonrisa me salió automáticamente - ¡Me lo llevo!
      - Señor Lackington - llamo la atención - A medio día el pequeño estará listo para irse a su casa, necesito que firme un par de documentos. La madre ya puede pasar a alimentarlo.

Mis padres me miraron en ese mismo momento en que esas palabras salieron de su boca. La madre ya puede alimentarlo.

      - En un momento ira - le indique buscando en la mirada de mi madre la respuesta a esa pregunta
      - Luego de que ella vaya, lo trasladaran nuevamente a su habitación y podrán pasar a estar con él hasta que se lo lleven. Felicidades por esta buena noticia
      - Gracias - me di media vuelta y me deje caer en una silla sacando mi móvil nuevamente del bolsillo

Una, dos, tres, cuatro ya no sabía en qué número de llamadas directas al buzón iba, todas y cada una terminaban en nada.

      - Thiago - me llamo mi mamá - Alguien debe avisarle que Renata no entrara a darle de comer
      - Ella debe venir mamá - dije ahogando las lágrimas - Tiene que ser ella
      - Llevas llamándola de las seis de la mañana hace más de tres horas y aun no contesta -resoplo - Voy a decirle a Dani
      - ¡No!  - me puse de pie y camine por el pasillo - Amor contéstame por favor – rogué marcando nuevamente
      - Hijo - esta vez fue mi padre quien se puso en el camino - Escucha lo que tu madre te dice, debe venir Dani, ella lo podrá amamantar mientras esperas que ella llame, o llegue.
      - ¿Porque no está aquí? - me deje caer en los brazos de mi padre en medio de lágrimas, esas que llevaba rato conteniendo, esas que había negado en dejarlas salir. - Papá es su hijo,

Adam la necesita ¿Dónde está? ¿Por qué no me contesta?

      - No mi amor - me alcanzo mi madre - No llores mi vida, no puedo verte de esa manera. Me rompes el corazón. Tu hermana viene para acá.
      - Quiero que venga la madre de mi hijo. Quiero que sea ella quien entre y le de leche como lo había echo hasta ahora. Esto no se lo voy a perdonar, no lo haré
      - Ustedes pueden hablar después ahora mismo lo importante es el niño. Ese ser indefenso que está en esa sala esperando su comida. Esperando que llegue alguien y lo tome entre sus brazos. Tu hermana le dará alimento.

Me separe frustrado de su lado ¿Dónde mierda estas Renata? e insistí en marcar su número una vez mas

      - Renata - dije cuando me salió el buzón de voz - ¿dónde estás? Adam te necesita, yo te necesito. Hoy era su examen. Tu hijo necesita comer, tu hijo te necesita ¡Mujer por Dios! Contesta de inmediato esta mierda


Luego de que entrara Dani, lo pasaron a la sala y como me habían informado antes a medio día ya íbamos camino a casa en el coche de mi padre. Dani había dejado a Vale con Marcos y su otra abuela mientras venía a encargarse de mi hijo, aunque dijo que lo hacía gustosa. Yo no quería que lo hiciera.

Antes de salir le pregunte a la encargada de neonatología que suplemento alimenticio era mejor para un prematuro recién nacido, aunque me aconsejo que nada era mejor que la leche de la mamá me dio un par de marcas que me servirían en el caso de emergencia. Recalcando que no era para un uso habitual.

      - Papá - lo interrumpí en la conversación que llevaba con Dani acerca de irse a un departamento con Marcos
      - No te pongas de parte de tu hermana esta vez Thiago. Valentina está muy pequeña para que se la lleven de casa y es mi última palabra
      - Déjala que haga su vida -
      - Siempre lo ha hecho, pero no se van a ir de casa. No todavía.
      - Pero...
      - Pero nada Daniela. En casa tiene todo lo que necesita Marcos se puede quedar con ella los fines de semana. Incluso tiene una cama matrimonial en su habitación ¿Para qué quiere irse? No lo veo necesario
      - Yo tengo mi familia- protesto Dani - Comprende eso Benjamín Lackington, ya no soy una niña
      - Me di cuenta de eso hace unos meses atrás cuando me entere que estabas esperando a Valentina. Y no se hable más del tema
      - No puedes ser tan cerrado - volví a intervenir - Ella tiene su propia familia. Marcos también tiene derecho a estar con Valentina
      - Y puede estar todo el tiempo que quiera
      - Pero si no lo dejas quedarse en casa - gruño Dani - ¿Cómo se supone que estará con su hija?
      - Dije que no se hable más
      - Si tío Gabriel no te dejara estar con Renata o Adam todos los días ¿Que harías tú? – me pregunto
      - Yo -  mire a mi padre a través del espejo y conteste precisando a mi hijo contra mi pecho - No lo permitiría, me los llevaría en contra de la voluntad que fuera. Renata es mi mujer, la diferencia es que yo la hice mi esposa.
      - Entonces mi querido padre se opone porque no estoy casada - afirmo Dani - Si eso es lo que quieres me casare entonces. Todo este escándalo por un jodido matrimonio. Ni Marcos ni yo nos queremos casar, no todavía
      - ¿Qué seguridad te da eso hija? Por el amor de Dios, solo no quiero que salgas de la casa a pasar necesidades.
      - Haré mi vida aunque te opongas Benjamín. Estas sobre aviso que si sigues negándote a que Marcos esté a nuestro lado el único perjudicado serás tú. Porque yo y mi hija saldremos de tu casa.
      - Dani - la corte. - Ya basta por favor. El primer viaje en coche de mi hijo y es escuchando a su abuelo y tía discutir
      - Tu padre - me dijo ella
      - También el tuyo - gruñí yo. Odiaba cuando se ponía de esa forma con papá.

Por una parta trataba de comprender su miedo a dejarla ir, pero por otro lado y me ponía en el lugar de Marcos. Que no me dejaran estar al lado de mi hijo o de Renata era una putada.
Lucharía contra quien fuera para conseguir dormir todas las noches con mi familia.

      - Thiago tiene razón dejemos esta conversación para más adelante - intervino mi madre
      - No quiero que sea más adelante, papá entiende. Permite que Marcos se vaya a vivir a la casa. Si no quieres que nos vayamos permite eso.
      - ¿Y saber que te acuestas con el frente a mis narices? - gruño - Ni loco
      - A Vale la hice frente a tus narices - se burló ella - Y las tuyas también Thiago

Bien  con eso ya no quería saber nada más, aun cuando aceptaba la relación no podía olvidar la manera en que los encontré una vez en mi departamento. E imaginar a mi hermana teniendo sexo. Eso era una jodida mierda. Ningún hermano o padre está preparado para eso. Gracias a Dios yo tenía un niño.

El silencio en el coche se hizo y de esa manera llegamos a mi departamento donde me ayudaron a bajar el bolso de las cosas de Adam.


Al llegar a casa, espere encontrarla en ese lugar. Fui hasta la habitación aun con el niño en mis brazos y nada. No había rastro de Renata, la cama desecha me decía que había dormido en este lugar, la toalla sobre la cama, se había duchado. Un par de camisas.
Ella había estado aquí

      - ¿Quieres que tienda la cama? - pregunto mi madre llegando hasta mi habitación
      - No - la corte y me fui hasta la habitación de Adam. Lo deje dentro de su cunita y lo cobije. - Me gustaría que nos dejaran solos
      - Pero Thiago - suspiro - ¿Y si necesitan algo?
      - Estaremos bien, Renata debe estar por volver de donde quiera que esté.
      - ¿Y si no lo hace? - pregunto mi padre entrando a la habitación
      - ¿Porque no lo haría? Aquí está su marido y su hijo.
      - Los mismos que estaban hace unas horas esperando por ella en la clínica. - ataco mi madre - ¿Que le darás de comer?
      - La enfermera me dijo de un suplemento
      - Prepara algunas cosas tuyas y de Adam, nos vamos a la casa
      - No me des órdenes papá. Soy un hombre y si digo que nos quedaremos... Nos quedamos
      - Llámame si me necesitas - dijo Dani besando la cabeza de Adam - Puedo volver y alimentarlo todas las veces que necesites, incluso si tienes un saca leche te dejo un biberón
      - Renata tiene uno de esos en la habitación, lo uso para los primeros días de Adam
      - Perfecto - dicho eso se dio media vuelta y abandono la habitación
      - Vamos a la casa y te ayudo con el niño - pidió mi madre
      - Gracias - resople - Pero no. Adam no puede estar expuestos a cambios, ir significa que después lo debo sacar y me aconsejo el doctor que no lo hiciera
      - Pero se quedan allá, sabes que entre todos lo podemos hacer. Tienes una habitación en casa
      - Este es nuestro lugar.

No se cuánto tiempo estuvieron insistiendo en que debía irme con ellos, pero yo no lo haría.
Debía quedarme en mi casa. Cuando se fueron tenía un biberón, solo un biberón para Adam.

Sabía que el niño no se conformaría con eso. Asique con él en mis brazos me encamine a mi pequeño despacho, cuando iba a darle encender a la computadora algo llamo mi atención. Esta estaba encendida. Yo no la había dejado de esa manera. Me senté en mi silla y puse de manera vertical a Adam apoyado contra mi pecho. Al mover el ratón la primera imagen que me entrego este fue mi correo electrónico personal abierto.

Había muchos sin leer, entre ellos los de mis amigos felicitándome y dándome ánimos con el asunto del bebé, en este momento no eran importantes.

Llegue a la conclusión que Renata había estado aquí, ella había registrado mis cosas, pero que podría ser tan importante como que no fuera hoy, para que no estuviera aquí. Me pase más de media hora tratando de adivinar que había estado buscando, mails de Florencia no tenia, después del ultimo pleito que tuvimos por su culpa corte por lo más sano y le dije que solo para cosas laborales se comunicara conmigo al correo de empresa. Entonces estaba seguro que no era eso.

Decidí en por lo mas fácil antes de que Adam fuera a reclamar por atención, y busque en el historial de navegación de internet y vamos que tampoco encontré nada de otro mundo.
Mis padres me llamaron mil veces, incluso mis suegros me llamaron para saber de Adam, pero no me preguntaron por Renata. Deduje que no sabían nada de ella. Prometieron venir al otro día.

La primera noche fue un completo caos, Adam no quería dormir. Adam no quería mis brazos, echaba de menos a su madre. Lo sabía yo también. Yo también la extrañaba, yo también la necesitaba como su hijo.


¿Dónde estás mi amor?