Capítulo 29
Escuchar
la voz de angustia de mi hermana, saber todo lo que estaba padeciendo hicieron
que mis peores temores se hicieran realidad.
Estaba
sola en la casa, Thiago se había quedado con Adam en la clínica esta noche para
que yo durmiera. Me senté en la cama y deje que el miedo me envolviera. No sabía
que era lo que tenía que hacer, pero sabía el miedo que ella tenía. Sabia el
horror que era vivir con Ernesto ¡Claro que lo sabía! Pensar en mi hermana
siendo violada y golpeada.
¿Qué
mierda puedo hacer?
Saque
mi celular de donde se encontraba cargando y marque el número de Thiago, sabía
que el a esta hora no estaría durmiendo. No lo hacía nunca si estaba con Adam
- Hola amor – me dijo en un susurro
- Hola – susurre yo también - ¿Qué tal
todo?
- En estos momentos estábamos teniendo
una conversación padre e hijo. Se tomó todo el biberón y no tiene ganas de
volver a dormir – sonreí imaginándome esa escena – Y por lo que me doy cuenta
Adam no es el único
- Te extraño mi amor – confesé temerosa
de la decisión que estaba por tomar
- Nosotros también. ¿Estás bien?
- Si, solo que los extraño a ti y a mi
pequeño
- Mañana estaremos juntos los tres – me
aseguro – Aprovecha de dormir amor. Anda descansa que tus chicos estarán
intentando hacer lo mismo
- Mis chicos. – sonreí
- Si, solo tuyos. Te amo cielo. Duerme un
poco y mañana recuerda estar temprano acá para el examen.
- Claro que lo recuerdo. Y si todo sale
bien en dos noches más Adam estará acá
- Con nosotros. Te amamos mami
Dijo
la última parte y cortó la llamada. Aun con el corazón destrozado sabía que mis
chicos estarían bien. Que podrían perdonarme todo, pero mi hermana.
Si a mi hermana le pasaba algo, no podría soportarlo y saber que pude hacer algo pero fui egoísta y no lo hice. Tome la decisión más difícil de mi vida.
Si a mi hermana le pasaba algo, no podría soportarlo y saber que pude hacer algo pero fui egoísta y no lo hice. Tome la decisión más difícil de mi vida.
Saque
la computadora y mientras cargaba, deje sobre la cama algunas prendas y mis
documentos para poder salir del país. Lagrimas corrían por mi cara al pensar en
dejar a mi hijo. No lo estaba dejando me repetía una y mil veces, tal vez
tratando mentirme a mí misma. En el fondo sabía que no sería ir, sacar a Cota
de esa casa y volver.
Recordé
que antes de volver Thiago contrato a una persona para que estuviera pendiente
de ella. Corrí hasta su despacho y urge entre sus cosas hasta dar con el mail
de Jaime Tardino. Esperaba una respuesta inmediata, pero tal vez Thiago había
mantenido contacto con él en silencio. Mientras iba por mi computadora para
ponerme en contacto deje prendiendo la de él.
Me
sentía aun peor por hurgar entre sus cosas, había dicho que nunca más lo haría.
No quería encontrarme con nada indeseado en estos momentos. Simplemente no lo
soportaría.
------------------------
De: Renata
Lackington
Para: Jaime
Tardino
Asunto:
Información
Sr.
Tardino.
Mi
nombre es Renata Lackington, hermana de Constanza. Mi marido Thiago hace unos
meses lo contrato para cuidar y proteger a mi hermana en su estadía en España.
Dado
a que no hemos recibido noticias de usted en el último tiempo ¿Está todo bien?
¿Ella se encuentra bien?
Pido
por favor que me dé un informe de este último tiempo de manera URGENTE y
detallada.
Atentamente.
Renata
------------------------
Espere
y espere por una respuesta que jamás llego, tal vez Thiago me ha había dicho
eso solo para dejarme un poco más tranquila, para que me olvidara del tema. Por
qué jamás escuche nada de él. No había ni un solo mail en su buzón.
Solo
una persona en este mundo sería capaz de estar conmigo aun en el peor momento,
a pesar de los años ella siempre me había apoyado y cuidado en silencio. Más
que la Abuela de mi marido, Victoria era mi amiga, era esa Abuela que siempre
quise y no la que me toco y me obligo a verme envuelta en todo esto.
- Hola – dije cuando se abrió la línea de
su contestadora – Supongo que tu hijo y nieto te avisaron que tu segundo
bisnieto ya está en este mundo y entre nosotros. Adam es un niño precioso, me
muero porque vengas a conocerlo. Tiene la suerte más grande del mundo de tener
una familia que lo quiere y lo esperaba y sobre todo poder contar con la suerte
de que su Bis lo tenga en sus brazos. Necesito que me hagas un favor. Sé que
siempre he podido contar contigo y espero esta vez también poder hacerlo. Voy a
España, necesito ir y necesito que me guardes el secreto. ¿Me recibes en tu
casa? – Trate de sonar alegre – Te quiero Victoria nos vemos dentro de unas
horas.
***
Después
de la llamada de Renata no había manera de que durmiera, Adam tampoco tenía
intención de hacerlo y aprovechamos de pasar tiempo de calidad. Bueno eso era cargarlo
y arrullarlo, contarle cosas, y pero por sobre todo mostrarle y demostrarle lo mucho
que lo amábamos.
Mañana
era su último examen y de salir bien, la siguiente noche seria ya en su casa, dormiría
en su cuna y lo amaríamos aún más si es que eso era posible. Mi bebé precioso,
mi punto. Mi amor.
- Yo creo que debes dormir - le dije
besando su cabecita - Mañana debes estar descansado y preparado para irnos a
casita. Sé que así será. Mamá también lo sabe y tiene todo preparado para que
llegues a tu cunita, es preciosa. Y vieras la cantidad de juguetes y Wow hijo.
- el solo puso su boquita en forma de O y me hizo sonreír – anda bribón y
duerme que papá ya tiene un poco de sueño
40
minutos después por fin Adam se había dormido, sabía que lo estaba mal acostumbrando
al dejarle dormirse en mis brazos, pero oye era mi primer hijo, y además estaba
seguro que Renata lo hacía de la misma manera. No había otra o no la habría hasta
que estuviera en nuestra casa.
Mi
móvil vibro a eso de las seis de la mañana, justo en el momento en que estaba contemplando
el mar. Que ganas tenia de ir a ver el mar.
- Mamá - conteste en un susurro y con voz
somnolienta
- Hola querido - sonaba preocupada - ¿Cómo
paso la noche mi nieto?
- Ahora resulta que antes de preguntar
por tu hijo preguntas por mi hijo - me burle, sin dejar de sentir
verdaderamente un poco de celos por parte mi madre
- ¡Oh! Mi amor - dijo - ¡Thiago esta celoso
de su propio hijo!
- No es así - debatí - En fin Adam aun no
amanece, resulta que anoche le dieron ganas de pasar tiempo de calidad con su
padre y nos desvelamos hasta tarde conversando y bebiendo cerveza
- Las cosas que dices - río - Vamos
saliendo para allá con tu padre
- No es necesario madre, estamos bien
- Hoy es el examen y queremos estar a su
lado cuando por fin podamos traerlo. A demás alguien debe conducir mientras tú
y Renata vienen con el atrás ¡Disfrutándolo!
- Gracias mamá –
- De nada mi amor. Lo hacemos con todo el
amor del mundo - suspiro - Por cierto, he llamado a Renata para pasarla a
buscar y no me contesta ni el móvil ni la casa.
- Tal vez está en la ducha, ya te devolverá
el llamado ella. Mamá estoy tan feliz por llevarme a mi hijo de este lugar
- Lo sé, nosotros también. Tu hermana te
manda cariños y dice que mañana se pasa por tu casa para ver a su sobrino
- Dile que la amo, pero más a la pequeña
Vale
-
Yo le digo, nos vemos en un rato más
A
la media hora después ya entraba la enfermera para alimentar a mi hijo y
prepararlo para su examen, inevitable no sentir miedo, angustia. Pero confiaba
en Dios que todo iba a salir bien, ya habíamos sufrido bastante con todo esto y
con las cosas del pasado también. Mi amor, mi gran amor se merecía ser feliz.
A
las ocho de la mañana ya estábamos con mis padres en la sala de espera y nada
de Renata, por más que la llamaba al móvil me salía apagado y mis nervios ya no
daban para más. Pero no me podía mover de este lugar, mi madre al notar mi
angustia me decía que todo estaba bien. Que tal vez estaba dentro y por eso no sabíamos
nada, pero algo en mi interior me decía que no era así. Que ella no estaba aquí.
Eso
era el peor sentimiento de todo, la odiaba por no estar a mi lado, por no estar
compartiendo la angustia de todo esto conmigo. ¡Era su madre!
- ¿Los padres de Adam Lackington?
Eso
me hizo saltar de la silla en donde me encontraba y casi corrí para estar al
lado del hombre de bata blanca que suponía debía ser el doctor que lo estaba
atendiendo.
- Yo - dije cuando estuve a su lado,
sujetado del brazo de mi madre - Soy su padre
- Señor Lackington - me tendió la mano - Acompáñeme
a la oficina, debo darle algunas indicaciones a usted y su esposa. Esta misma
tarde se pueden llevar a su bebé
Gracias
al cielo, era la mejor noticia del mundo. Lo seguí por el pasillo hasta entrar
a la habitación donde horas antes había estado durmiendo y compartiendo tiempo
con mi Adam.
- ¿La madre no nos acompañara? Es
importante que sepa algunos de los cuidados de Adam
- Em... - no sabía que decirle - Mi
mujer, la madre de Adam en estos momentos no está en la clínica
- Ya veo - se tocó la barbilla con la
mano derecha y con la izquierda miraba la hora en su reloj de pulsera - El niño
está bien, los cuidados que tendrá a partir de hoy serán de sumo cuidado y no podrá
sacarlo o exponerlo a cambios de temperaturas por lo menos hasta que cumpla dos
meses, debido a lo prematuro y las dificultades que tuvo es más débil que un bebé
normal. Pero tranquilo que con los buenos cuidados y la leche materna lo hará
ser un niño sano en el futuro, todo depende de ustedes como padres.
Por
más de cuarenta minutos escuche lo que debía y lo que no hacer con Adam, de todo
lo que me decía tomaba mis propios apuntes para no olvidar nada. Tenía la esperanza
que la puerta se abriera y entrara Renata pero eso no paso. Cuando salí y busque
a mis padres les comente que nos lo llevábamos
- Ya lo sabía hijo - dijo mi madre con una gran sonrisa - Mi nieto
no quería quedarse un segundo más en este lugar.
- ¿Renata esta con él?
- No hijo, no la he visto llegar. Nadie ha
pasado
- ¿Dónde estará metida esta mujer? Me
tiene preocupado - le dije encaminándome al mesón para saber en cuanto más
pasaban a Adam a la sala normal y en cuanto ya lo podía sacar
- Ya hablaras con ella. Ahora lo
importante es sacar a Adam de aquí
- Bueno Días - le dije a la joven del mesón - Soy el padre de Adam Lackington, el médico
me dijo que ya me lo podía llevar. Ósea esta de alta, quiero saber en cuanto lo
pasan a su habitación y a qué hora me lo puedo llevar
- Espere un momento -
- Claro que lo hablaremos en cuanto
llegue a casa. No me puede hacer esto mamá. ¿Cómo no llega a ver el estado de
su hijo? Anoche estaba rara cuando hablamos, pero de eso para no llegar. No. Me
va a escuchar mi querida esposa
- Relájate hijo - me dijo mi padre -
Ahora nos vamos a casa y lo hablan. Pero nada de discutir delante del niño
- No me lo creo - una sonrisa me salió automáticamente
- ¡Me lo llevo!
- Señor Lackington - llamo la atención -
A medio día el pequeño estará listo para irse a su casa, necesito que firme un
par de documentos. La madre ya puede pasar a alimentarlo.
Mis
padres me miraron en ese mismo momento en que esas palabras salieron de su boca.
La madre ya puede alimentarlo.
- En un momento ira - le indique buscando
en la mirada de mi madre la respuesta a esa pregunta
- Luego de que ella vaya, lo trasladaran
nuevamente a su habitación y podrán pasar a estar con él hasta que se lo
lleven. Felicidades por esta buena noticia
- Gracias - me di media vuelta y me deje
caer en una silla sacando mi móvil nuevamente del bolsillo
Una,
dos, tres, cuatro ya no sabía en qué número de llamadas directas al buzón iba, todas
y cada una terminaban en nada.
- Thiago - me llamo mi mamá - Alguien
debe avisarle que Renata no entrara a darle de comer
- Ella debe venir mamá - dije ahogando
las lágrimas - Tiene que ser ella
- Llevas llamándola de las seis de la
mañana hace más de tres horas y aun no contesta -resoplo - Voy a decirle a Dani
- ¡No!
- me puse de pie y camine por el pasillo - Amor contéstame por favor – rogué
marcando nuevamente
- Hijo - esta vez fue mi padre quien se
puso en el camino - Escucha lo que tu madre te dice, debe venir Dani, ella lo podrá
amamantar mientras esperas que ella llame, o llegue.
- ¿Porque no está aquí? - me deje caer en
los brazos de mi padre en medio de lágrimas, esas que llevaba rato conteniendo,
esas que había negado en dejarlas salir. - Papá es su hijo,
Adam
la necesita ¿Dónde está? ¿Por qué no me contesta?
- No mi amor - me alcanzo mi madre - No
llores mi vida, no puedo verte de esa manera. Me rompes el corazón. Tu hermana
viene para acá.
- Quiero que venga la madre de mi hijo.
Quiero que sea ella quien entre y le de leche como lo había echo hasta ahora.
Esto no se lo voy a perdonar, no lo haré
- Ustedes pueden hablar después ahora
mismo lo importante es el niño. Ese ser indefenso que está en esa sala
esperando su comida. Esperando que llegue alguien y lo tome entre sus brazos.
Tu hermana le dará alimento.
Me
separe frustrado de su lado ¿Dónde mierda estas Renata? e insistí en marcar su número
una vez mas
- Renata - dije cuando me salió el buzón
de voz - ¿dónde estás? Adam te necesita, yo te necesito. Hoy era su examen. Tu
hijo necesita comer, tu hijo te necesita ¡Mujer por Dios! Contesta
de inmediato esta mierda
Luego
de que entrara Dani, lo pasaron a la sala y como me habían informado antes a
medio día ya íbamos camino a casa en el coche de mi padre. Dani había dejado a
Vale con Marcos y su otra abuela mientras venía a encargarse de mi hijo, aunque
dijo que lo hacía gustosa. Yo no quería que lo hiciera.
Antes
de salir le pregunte a la encargada de neonatología que suplemento alimenticio
era mejor para un prematuro recién nacido, aunque me aconsejo que nada era
mejor que la leche de la mamá me dio un par de marcas que me servirían en el
caso de emergencia. Recalcando que no era para un uso habitual.
- Papá - lo interrumpí en la conversación
que llevaba con Dani acerca de irse a un departamento con Marcos
- No te pongas de parte de tu hermana
esta vez Thiago. Valentina está muy pequeña para que se la lleven de casa y es
mi última palabra
- Déjala que haga su vida -
- Siempre lo ha hecho, pero no se van a
ir de casa. No todavía.
-
Pero...
- Pero nada Daniela. En casa tiene todo
lo que necesita Marcos se puede quedar con ella los fines de semana. Incluso
tiene una cama matrimonial en su habitación ¿Para qué quiere irse? No lo veo
necesario
- Yo tengo mi familia- protesto Dani -
Comprende eso Benjamín Lackington, ya no soy una niña
- Me di cuenta de eso hace unos meses atrás
cuando me entere que estabas esperando a Valentina. Y no se hable más del tema
- No puedes ser tan cerrado - volví a
intervenir - Ella tiene su propia familia. Marcos también tiene derecho a estar
con Valentina
- Y puede estar todo el tiempo que quiera
- Pero si no lo dejas quedarse en casa -
gruño Dani - ¿Cómo se supone que estará con su hija?
- Dije que no se hable más
- Si tío Gabriel no te dejara estar con
Renata o Adam todos los días ¿Que harías tú? – me pregunto
- Yo -
mire a mi padre a través del espejo y conteste precisando a mi hijo
contra mi pecho - No lo permitiría, me los llevaría en
contra de la voluntad que fuera. Renata es mi mujer, la diferencia es que yo la
hice mi esposa.
- Entonces mi querido padre se opone
porque no estoy casada - afirmo Dani - Si eso es lo que quieres me casare
entonces. Todo este escándalo por un jodido matrimonio. Ni Marcos ni yo nos
queremos casar, no todavía
- ¿Qué seguridad te da eso hija? Por el
amor de Dios, solo no quiero que salgas de la casa a pasar necesidades.
- Haré mi vida aunque te opongas Benjamín.
Estas sobre aviso que si sigues negándote a que Marcos esté a nuestro lado el único
perjudicado serás tú. Porque yo y mi hija saldremos de tu casa.
- Dani - la corte. - Ya basta por favor.
El primer viaje en coche de mi hijo y es escuchando a su abuelo y tía discutir
- Tu padre - me dijo ella
- También el tuyo - gruñí yo. Odiaba
cuando se ponía de esa forma con papá.
Por
una parta trataba de comprender su miedo a dejarla ir, pero por otro lado y me ponía
en el lugar de Marcos. Que no me dejaran estar al lado de mi hijo o de Renata
era una putada.
Lucharía
contra quien fuera para conseguir dormir todas las noches con mi familia.
- Thiago tiene razón dejemos esta conversación
para más adelante - intervino mi madre
- No quiero que sea más adelante, papá
entiende. Permite que Marcos se vaya a vivir a la casa. Si no quieres que nos vayamos
permite eso.
- ¿Y saber que te acuestas con el frente
a mis narices? - gruño - Ni loco
- A Vale la hice frente a tus narices -
se burló ella - Y las tuyas también Thiago
Bien con eso ya no quería saber nada más, aun
cuando aceptaba la relación no podía olvidar la manera en que los encontré una
vez en mi departamento. E imaginar a mi hermana teniendo sexo. Eso era una
jodida mierda. Ningún hermano o padre está preparado para eso. Gracias a Dios
yo tenía un niño.
El
silencio en el coche se hizo y de esa manera llegamos a mi departamento donde
me ayudaron a bajar el bolso de las cosas de Adam.
Al
llegar a casa, espere encontrarla en ese lugar. Fui hasta la habitación aun con
el niño en mis brazos y nada. No había rastro de Renata, la cama desecha me decía
que había dormido en este lugar, la toalla sobre la cama, se había duchado. Un
par de camisas.
Ella
había estado aquí
- ¿Quieres que tienda la cama? - pregunto
mi madre llegando hasta mi habitación
- No - la corte y me fui hasta la habitación
de Adam. Lo deje dentro de su cunita y lo cobije. - Me gustaría que nos dejaran solos
- Pero Thiago - suspiro - ¿Y si necesitan
algo?
- Estaremos bien, Renata debe estar por
volver de donde quiera que esté.
- ¿Y si no lo hace? - pregunto mi padre
entrando a la habitación
- ¿Porque no lo haría? Aquí está su
marido y su hijo.
- Los mismos que estaban hace unas horas
esperando por ella en la clínica. - ataco mi madre - ¿Que le darás de comer?
- La enfermera me dijo de un suplemento
- Prepara algunas cosas tuyas y de Adam,
nos vamos a la casa
- No me des órdenes papá. Soy un hombre y
si digo que nos quedaremos... Nos quedamos
- Llámame si me necesitas - dijo Dani
besando la cabeza de Adam - Puedo volver y alimentarlo todas las veces que
necesites, incluso si tienes un saca leche te dejo un biberón
- Renata tiene uno de esos en la habitación,
lo uso para los primeros días de Adam
- Perfecto - dicho eso se dio media
vuelta y abandono la habitación
- Vamos a la casa y te ayudo con el niño
- pidió mi madre
- Gracias - resople - Pero no. Adam no
puede estar expuestos a cambios, ir significa que después lo debo sacar y me
aconsejo el doctor que no lo hiciera
- Pero se quedan allá, sabes que entre
todos lo podemos hacer. Tienes una habitación en casa
- Este es nuestro lugar.
No
se cuánto tiempo estuvieron insistiendo en que debía irme con ellos, pero yo no
lo haría.
Debía
quedarme en mi casa. Cuando se fueron tenía un biberón, solo un biberón para Adam.
Sabía
que el niño no se conformaría con eso. Asique con él en mis brazos me encamine
a mi pequeño despacho, cuando iba a darle encender a la computadora algo llamo
mi atención. Esta estaba encendida. Yo no la había dejado de esa manera. Me senté
en mi silla y puse de manera vertical a Adam apoyado contra mi pecho. Al mover
el ratón la primera imagen que me entrego este fue mi correo electrónico
personal abierto.
Había
muchos sin leer, entre ellos los de mis amigos felicitándome y dándome ánimos
con el asunto del bebé, en este momento no eran importantes.
Llegue
a la conclusión que Renata había estado aquí, ella había registrado mis cosas,
pero que podría ser tan importante como que no fuera hoy, para que no estuviera
aquí. Me pase más de media hora tratando de adivinar que había estado buscando,
mails de Florencia no tenia, después del ultimo pleito que tuvimos por su culpa
corte por lo más sano y le dije que solo para cosas laborales se comunicara
conmigo al correo de empresa. Entonces estaba seguro que no era eso.
Decidí
en por lo mas fácil antes de que Adam fuera a reclamar por atención, y busque
en el historial de navegación de internet y vamos que tampoco encontré nada de
otro mundo.
Mis
padres me llamaron mil veces, incluso mis suegros me llamaron para saber de
Adam, pero no me preguntaron por Renata. Deduje que no sabían nada de ella.
Prometieron venir al otro día.
La
primera noche fue un completo caos, Adam no quería dormir. Adam no quería mis
brazos, echaba de menos a su madre. Lo sabía yo también. Yo también la
extrañaba, yo también la necesitaba como su hijo.
¿Dónde
estás mi amor?