Capítulo 42
Podíamos
saltar de alegría cuando desperté y no vi a Adam a mi lado tratando de
encontrar mis pechos, sin duda era un gran paso. Lo que si encontré fue a un
Thiago pegado a mi espalda con su erección matutina rozando mis nalgas, estaba
despierto podía darme cuenta de eso por la forma en la que suavemente se movía
a mi lado.
Con
su mano derecha buscaba mi pecho por debajo de la pijama, con la izquierda
corría mi pelo para besar suavemente mi hombro, bajar por mi espalda evitando
hacer ruido.
- Buenos días Thiago – susurre
- Mmm… Esto de despertar a tu lado, sin
Adam de por medio me gusta demasiado
- Deberá ser en otro momento, Ian debe
estar por levantarse
- No lo creo, el enano se durmió tarde.
Anda uno rápido antes que despierte nuestro intruso
- Córrete para allá, luego Thiago. –
trate de salir de la cama pero él me retuvo
- Shh. Vas a despertar a Adam, no puedes
dormir a mi lado de esa manera y no dejar que te toque
Me
acople aún más a su cuerpo dejándome vencer por las ganas de estar con él, las
ganas de tocar nuevamente la gloria en sus brazos, con sus caricias. Lo dejaría
hacerme lo que quisiera en este momento, en el momento en que me susurraba
palabras sucias de cómo lo ponía y lo loco que lo tenía. Eso solo provocaba que
me excitara aún más.
Mientras
lentamente entraba en mi interior yo contenía la respiración, me era
completamente difícil mantenerme en silencio pero era eso o dejar a medias la
situación, claro que no era lo queríamos.
-
¿Hermano? – unos suaves golpes en la puerta nos sacaron de la burbuja. Thiago
se quedó quieto en mi interior y me cubrió con la sabana rápidamente.
- Hazte la dormida – me susurro – Abrirá
la puerta y nos vera durmiendo y se ira
Le
hice caso solo por el hecho de que no quería salir de la cama y que viera mis
pechos desnudos, era algo que yo creo ni de su madre había visto. Una vez que
sentimos que la puerta se cerró nuevamente Thiago comenzó a moverse dentro de
mí, esta vez con su mano ayudando a la tarea de que fuera todo más rápido.
Me
reacomode la ropa y me puse sobre él, comencé a besarlo nuevamente.
- ¿Quieres más? – me dijo entre succiones
de besos
- Iré a ver a Ian, tal vez tiene hambre.
- Te amo aún más cuando estas en plan de
madre
- Y yo cuando me despiertas de esa manera
– lo bese nuevamente – Ahora suéltame para que pueda ir a ver a tu hermano
Antes
de salir de la habitación me coloque una bata de ducha, mi pijama no era nada
adecuado para un niño, si para un hombre al que quería provocar día y noche.
No
fue necesario que caminara mucho para ver donde estaba Ian ya que el volumen
del televisor me llevaron directo al salón para encontrarlo con un vaso de
leche y galletas.
- Hola – salude alegremente sentándome a
su lado y robándole una galleta
- Te desperté – dijo a medio masticar –
Lo siento
- No te preocupes, Adam lo hará pronto
también, así me da tiempo de preparar su leche
- ¿Puedo dársela yo?
- Claro que sí, apenas despierte te lo
pondré justo aquí para que lo ayudes.
- Eres la mejor cuñada del mundo – me
abrazo - ¿Podemos ir al parque? ¿Tal vez al zoo? Seguro a mi sobrino le gustará
- Me gusta tú idea – dijo Thiago entrando
al salón – Buenos días – me beso la cabeza
- ¡Sí! – Grito Ian - ¿Puedo quedarme otra
noche?
- Eso no sé. Llamaremos a mamá y le
preguntaremos
- ¿Quieres desayuno, amor? – le pregunte
a Thiago
- Me iré a duchar, mejor desayunamos
fuera. Así no perdemos tiempo
-
Pero yo le iba a dar la leche a Adam – intervino Ian – Renata dijo que podía
- Y se la darás. Él se tomara la leche
con su tío y luego saldremos. Ve a ducharte Ian.
- ¿Y si Adam despierta?
- Ian tiene razón, Adam despertara en
cualquier momento.
- Bien no les molestare entonces ustedes
tienen todo completamente organizado
Thiago
se perdió nuevamente en el pasillo, dejándonos a Ian y a mí en el salón mirando
dibujos, ya estaba acostumbrada a ver todos los días caricaturas desde muy
temprano, a mi hijo le volvían loco, pero no eran las mismas. Estaba claro que
había un canal distinto para cada una de las etapas.
Las
primeras quejas matutinas de Adam se hicieron escuchar poco después seguido un
claro mamamama y movimientos de la barrera de la cuna.
- Adam ya está despierto – le informe a
Ian – Te lo traeré inmediatamente
- Gracias
Con
rápidos pasos llegue a la habitación antes de que se diera cuenta que estaba
solo y comenzara a llorar. Al verme soltó lo que sería un llanto pero lo tome
antes.
- Despertó el amor de mi vida – le bese
su cabecita - ¿Dormiste bien en tu cuna, mi vida? Espero que sí, porque hoy lo
harás nuevamente. Nosotros también necesitamos un poco de tiempo sin ti mi
vida.
Adam
frunció su ceño y comenzó con sus manos a buscar consuelo entre mis pechos,
otra cosa de debía dejar de hacer. Ya Thiago me lo había advertido, que si
queríamos otro bebé lo primero era que Adam dejara de depender de mis pechos o
no podría con dos. Tenía razón de cierta manera la tenía.
- Vamos a ir a tomar la leche – le deje
en el suelo aun cuando con sus manos trataba de abrir la bata – Adam no te daré
pecho. – Hizo puchero – No llores bebé
- ¿Puedo? – Pregunto Ian desde el umbral
– Tardaban demasiado
- Mira hijo – le apunte a Ian – Vamos con
el tío Ian
- Ven enano – le llamo pero Adam solo me
quería a mí – Vamos a jugar
- mamamamamamama – llamaba a punta de
llanto
- ¿Qué quiere? – pregunto Ian
- Que Renata le de pecho – gruño Thiago
saliendo de la ducha – Le dije que lo acostumbraría a eso.
- Adam – río Ian – Ya no eres un bebé
- Le daré un poco para que no siga
llorando. – Me lo lleve hasta la cama – Amor ¿Puedes preparar un biberón?
- Dámelo a mí. – trate de pasárselo a
Thiago pero Adam lloraba con mucha más fuerza
- Ya mi amor, ya – trate de calmarlo
ofreciéndole mi pecho – Despacio mi amor – dije cuándo comenzó a succionar
fuertemente
- Ve a bañarte Ian, Adam no se despegara
de Renata por lo menos en una hora más
El
niño hizo caso de inmediato, al cabo de media hora Adam por fin dejo que lo
sacara de mi pecho con sus ojitos rojos y la evidencia de que había llorado. Su
padre ya vestido no dejaba de reclamar que lo estaba mal acostumbrando, que
pronto tendría que irse a una guardería y esto solo nos traería problemas. A mí
no me importaba tener que darle un poco de pecho, no si mi cuerpo aun generaba
la cantidad de leche necesaria, había días en que yo de forma voluntaria lo
invitaba a tomar ya que se me iba acumulando.
A
las doce del día ya estábamos los cuatro en el ingreso del Zoo, un enorme tigre
nos daba la bienvenida. Thiago compro los ticket y algunos vales para comida de
animales, pusimos a Adam en su coche de bebé que era arrastrado por todos lados
por Ian.
La
madre de Ian, mi suegra, no le había dado autorización para quedarse otra noche
diciendo que tenían que ir a una cena y debía ir con ellos, Thiago no quiso
discutir con ella pero ambos sabíamos que era por el hecho de que yo estaba con
ellos. Tampoco quería pensar en eso simplemente y como mi querido hombre lo había dicho era su decisión.
A
las dos de la tarde no habíamos ni siquiera completado el diez porcientos del
circuito cuando nos detuvimos para almorzar, recuperando fuerzas y aprovechando
de asearnos un poco, el calor era insoportable y temía que los niños terminaran
con una insolación a causa de tantas horas expuestos.
Thiago
era el encargado de las fotografías, un verdadero maestro en eso, muchas de las
cuales podría haber sacado un profesional, pero no, a él siempre le había gusto
eso. Nos hacía posar cada vez que llegábamos a un nuevo animal, Adam solo, Adam
con Ian, Adam conmigo, los tres, él con su hijo, todas esas fotografías que me
perdí durante el crecimiento de mi hijo las iba recuperando poco a poco,
claramente jamás tendrían el mismo valor que las otras pero…
- ¡Thiago, Thiago! – Lo llamo Ian – Mira
son leones de verdad, fíjate que tienen carne de verdad
- Claro que lo son – le acaricio la
cabeza – Y si, es carne, es lo que ellos comen ¿No es así?
- Son animales carnívoros, lo que quiere
decir que comen exclusivamente carne, viven en manadas y solo hay un macho. –
Nos comentó Ian – Pero es la leona quien sale en busca del alimento, son muy
flojos los machos – reímos – David dice y la verdad yo no le creo, que el león
por no salir a cazar se puede comer a sus hijos
- Nunca he leído algo así – dijo Thiago –
Cuando lleguemos a casa lo buscaremos por internet.
- ¿Te gusta hijo? – Me arrodille a su
lado apuntando el león de gran melena que estaba detrás del cristal – Es como
el de la película – le bese la cabeza - ¿Cómo hace el León?
Thiago
se dio vuelta justo en el momento en que Adam levantaba su manita en forma de
garra y emitía el sonido parecido a un león. La sonrisa se le ensancho a verlo
repetir la misma acción en tres oportunidades
- ¿Cuándo aprendió eso? – pregunto al
momento que lo sacaba del coche y lo abrazaba apretadamente y besaba su cabeza
- El miércoles creo que vimos la película
del Rey León y comenzó a imitar los sonidos
- Eres… - se le quebraba la voz – Te amo
hijo.
Pasamos
otro par de horas caminando, Adam en todos los animales emitía el mismo sonido
del león, al ver a su padre tan feliz lo repetía una y mil veces. Terminamos el
paseo en un local de comida rápida, cuando el sol ya estaba por ocultarse,
tanto Ian como Adam estaban felices, mucho más Thiago que en cada oportunidad
que tenía me daba un fugaz beso en los labios, o simplemente me susurraba
cuanto me amaba.
***
- ¿Hablaste con tu papá para mañana? – me
pregunto Thiago mientras le preparaba el desayuno.
Ya
era lunes otra vez y el fin de semana se nos había ido como agua entre los
dedos. Pero no nos quejábamos lo habíamos disfrutado muchísimo saliendo con los
niños, compartiendo con su hermana el sábado por la noche y el domingo sobre el
sillón viendo películas con nuestro hijo.
- Hoy lo haré, pero sé que no tendrán
problema en quedarse con el niño unas horas
- Dile que lo pasaremos a dejar cerca de
las ocho de la mañana, nos iremos directo a ver las casas, luego yo me iré a
trabajar y tú vas a buscar la guardería
- Ya te dije amor que no es necesario.
Puedo con Adam y la casa nueva.
- Sé que puedes, pero prefiero al niño en
una guardería y así te dedicas mejor. Son muchas cosas
- Tampoco sabemos si dentro de las que
veamos mañana una nos gustara
- Yo creo que sí, tengo varias opciones
- ¿Por qué no me las muestras?
-
Tengo para mostrarte otra cosa, no precisamente una casa
- ¡Thiago!
- Es la verdad – se encogió de hombros –
Pero se me haría tarde
- ¿Podemos tener una conversación en la
que no saques algo sexual?
- Claro que sí, siempre y cuando tú no
lleves esos pijamas que últimamente usas.
- No puedo dormir desnuda.
- Si puedes, en fin, eso de lo mismo, me
gustas con y sin ropa. Volviendo al tema de la casa, prefiero que las veas
mañana en vivo y en directo y decidas, si te muestro fotografías no es lo
mismo.
- Como quieras. – Le bese castamente los
labios – Me voy a dar una ducha mientras desayunas
- ¿Almorzamos juntos?
- No – me despedí con la mano – Iremos a
comer al departamento de Dani
Ayer
por la noche antes de que Adam se quedase dormido me entro un mensaje al móvil
de Daniela, que decía que nos invitaba a la hora de la comida, que necesitaba
hablar un par de cosas conmigo. Tal vez otra vez sería el tema y por lo mismo
no se lo había comentado a Thiago, y no lo quería hacer.
- ¿Cuándo decidiste eso? – Entro en el
cuarto de baño
- Anoche me entro un mensaje – abrí el
grifo del agua - Y lo he decidido en ese
mismo minuto, ya le confirme que vamos
- ¿Por qué no me lo dijiste?
-
Te lo estoy diciendo ahora.
- Pero si no te pregunto no me dices.
¿Pasa algo que no sepa? – saque la cabeza fuera de la ducha para poder mirarle
su cara de mala leche
- Nada, no sabía – dije con sarcasmo –
Que tenía que avisarte todo lo que hacía o pensaba hacer
- ¿Perdón? – Alzo una ceja – Noto un poco
de molestia en tu voz
- Ve a ver a Adam – continué con mi ducha
- Adam está dormido –
- Entonces vete a trabajar y deja darme
una ducha tranquila.
- ¿Te enojaste?
- No
y ahora sale
Thiago
cerró la puerta de manera exagerada dejando un eco en mis oídos, rápidamente
termine mi ducha porque no quería que se fuera de esa manera, no quería que mal
interpretara mis palabras, pero tampoco quería que me controlara la vida, era
su mujer sí, pero no tenía que estar pidiendo permiso para hacer algo ¿O sí? No
claro que no, ese tiempo lo había dejado atrás desde hace mucho, cuando cumplí
la mayoría de edad y luego me case, volví a depender de permisos de ese horrible
matrimonio, se suponía que con Thiago todo sería de una manera diferente, pero
ahora la convivencia se estaba poniendo de la misma manera y no, no quería eso
ni para mí, ni para mi hijo.
Cuando
volví al cuarto en vuelta en la bata de baño suspire aliviada de verlo en la
cama jugando con Adam, ninguno de los dos se fijó en que yo había ingresado así
que pase de largo hasta la habitación de Adam para sacar mi ropa.
Me
vestí y volví con mis dos hombres maravillosos, esta vez sí me vieron y me
invitaron a jugar con ellos, la sonrisa de Adam era lo más bonito que podía ver
por las mañanas, tardes o la hora que fuese, era mi hijo y lo más preciado que
tenía en mi vida.
- Estaba pensando que tal vez… - Thiago
se detuvo – No nada.
- ¿Necesito de tu permiso para salir de
casa? – pregunte con la necesidad de sacar ese tema que había quedado pendiente
- ¿Por qué lo preguntas? Sabes que no –
me miro asombrado colocando a Adam sobre su abdomen – Pero me extraño que no me
hayas dicho antes, pensé que había pasado algo
- Necesito decirte algo y quiero ser
sumamente clara
- ¿Qué paso? – Pregunto asustado – Tiene
algo que ver con la ida a comer
- Sí y no. – Me senté en la cama
- Soy todo oídos, y lo sabes.
- Bien sabes todo lo que ha pasado a lo
largo de mi vida – suspire – Lo que paso y todo, completamente todo
- No necesitas recordar eso. – Me tomo la
mano – Es pasado
- Lo sé – Me lleve su mano a los labios y
le bese suavemente – Yo te amo Thiago, te amo con todo mi corazón al igual que
este enano.
- Y yo a ti, amor – sonrió – Te amo a ti,
a Adam y los próximos hijos que tengamos.
- Por primera vez en mi vida estoy
tomando decisiones, y lamento no haberte contado mis planes, no lo creí necesario.
Pero sentí, y aun siento que necesito tu permiso para hacer las cosas y no es
lo que quiero
- No necesitas mi permiso, amor. Tú sabes
lo que haces y confió en ti, sé que a tú lado nuestro hijo estará bien. Solo
que me extraño que no me comentaras nada
- Es eso, no creo tener que contarte todo
lo que hago ¿O sí?
- ¿Sentiste eso? No fue mi intención, lo
lamento
- Si eso es lo que buscas es mejor que lo
dejemos hasta aquí y yo solo vuelva para cuidar a Adam
- ¿Quieres terminar nuestra relación?
- No, claro que no quiero – resople –
Pero tampoco quiero volver a someterme a un hombre
- ¿Crees que te someto?
- No, nunca me habías dicho algo así y no
quiero que vuelva a pasar. No quiero terminar en una relación como la que tuve
- Yo no soy Ernesto. – Se defendió –
Nunca te obligaría a nada, ni siquiera te obligaría a estar a mi lado usando a
Adam, si eso es lo que crees
- Sé que no eres como él y no quiero que
llegues nunca a serlo.
- Nunca podría. – Me guiño un ojo – Te
beso porque te amo, te toco porque te necesito, y si te hago el amor es porque
lo siento. Todo eso es simplemente mi manera de demostrarte que te amo, que no
puedo vivir sin ti. Puedes hacer las cosas que quieras, salir a pasear, a
comer, que se yo pueden ir, si quieres me cuentas, si quieres no. Amor, lo más
importante para mí es que estemos juntos. Bueno si tú quieres también.
- Si quiero. – tome a Adam para dejarlo a
un lado de Thiago y ponerme sobre él – Ahora ¿Me das un beso?
Miro
a Adam con complicidad, y le guiño un ojo. Le tendió la mano y lo atrajo hacia
nosotros, quedando su carita sobre la de Thiago.
- ¿Besamos a mamá? – le pregunto dándole
besos en la mejilla, provocando su risa y negando con la cabeza – ¿No le damos
besos a mamá?
- Un besito – le dije a Adam estirando la
boca – Dame un besito hijo
- No – dijo poniendo sus manitas en mi
boca – No
- Uno – volvió a negar con la cabeza -
¿Papá tú me das uno?
- ¿Le doy uno? – Adam negó con la cabeza
– No me dan permiso – se burló - ¿Beso a Adam? – me guiño un ojo y los dos nos
lanzamos a besarlo por todos lados.
- Mamá – dijo Adam – mamá – volvió a
repetir y me lo comía a besos
- Si amor, beso a la mamá – le repetí - ¿Beso
a papá? – Le pregunte – papá
- Papa, papa, papa - comenzó a decir él – mama, mama, mama
- Que cosa hermosa – dijo Thiago besando
una vez más sus gorditas mejillas – Me encanta escucharlo llamarme papá
- Y pensar que esta cosita tan hermosa la
hicimos nosotros.
- Nos quedó perfecto – Thiago me beso –
Bien, creo que me tengo que ir a trabajar
- ¡Noooooo! – Hice puchero – Quédate con
nosotros y besémonos todo el día
- Creo que no es una opción – Me beso
nuevamente – Podemos besarnos en la noche, y mañana durante la mañana.
- Ok, comprendo. Uno de los dos debe
trabajar
- Así es. Beso a papá que se tiene que ir
a trabajar
Nos
regalamos besos entre los tres por lo menos una media hora más hasta que el móvil
de Thiago le aviso que tenía mucho que hacer en la oficina.
Mientras
yo ordenaba el departamento, Adam iba tras de mi dejando sus juguetes por todos
lados. Nada sacaba con reprenderlo o dejarlo en la sala, si bien no caminaba
completamente bien podía gatear por todos lados a una velocidad impresionante. En
estos momentos si creía que necesitaba ir a una guardería un par de horas al día,
pero luego lo miraba tan pequeño y estirando los brazos para que lo tomara, en
ningún lado lo harían como lo hago yo.
Carol
nunca había ido a una guardería, Magda siempre había cuidado de ella. Podía
hablar con ella para que lo cuidase, tal vez tía Renata querría hacerlo, o
Dani. No, yo creo que Dani no, ya con Vale es suficiente.
Antes
de salir de casa me di cuenta que las llaves del coche estaban sobre la mesa
del comedor, le llame a la oficina en ese instante y el me informo que se había
ido en taxi para que saliéramos mucho más cómodos con el niño, sabía que eran
muchas las cosas que debía sacar aunque fuera un momento al parque.
Llegamos
al departamento de Dani y esta nos esperó en la entrada con la pequeña Vale en
sus brazos.
- ¡Hola! – saludo alegre
- Hola – sonreí - ¿Cómo están?
- Bien – respondió – Pero que guapo te ves
– le dijo a Adam quien estaba tomado de mi mano – Me encantan tus jeans
- Esperemos que le dure la limpieza
- Ni te cuento – río – Lavo ropa de la
Vale casi todos los días, tengo una niña pero bien podría ser un cerdito de
tierra. Vamos
La
acompañe hasta el cuarto piso, cargando a Adam y su bolso, sin contar sus
juguetes.
- Adelante – me invito a pasar antes que
ella – Perdón el desorden
- Te entiendo – reí – El departamento de
Thiago es igual o peor
- Vuestro departamento – me corrigió –
viven juntos, se van a casar, es de ambos
-
No vivimos juntos, me quedo a pasar las noches, que es otra cosa
- ¡Por favor! – Se burló y dejo a Vale en
el piso – Ve a jugar mi amor – la incito e hice lo mismo con Adam – Entonces este
departamento es de Marcos, él lo compró
- Es distinto –
- ¿Por qué? – pregunto
- Porque ustedes son una pareja estable
que acordaron vivir juntos y comenzaron digamos desde cero. Thiago ya tenía ese
departamento, y yo no he aportado nada
- Yo acá tampoco, ¡Ay! Cuñada no te
compliques con pequeñeces, ustedes también son pareja, viven juntos y qué más
da que no hayas aportado con nada, cuidas a Adam, limpias y le tienes comida. Mucho
más aporte que comprar un sofá, o algún mueble
- Estamos buscando una casa – dije sentándome
en la mesa de la cocina sin apartar mis ojos de Adam que le quitaba cada cosa
que tomaba Vale – Porque queremos tener otro bebé
- El otro día Thiago me lo comento, bueno
lo del bebé y es maravilloso
- Sí, creo que ya estamos preparados. O
por lo menos es lo que yo quiero
- ¡Que emoción tendré otro sobrino! –
saltó de alegría – Mamá se pondrá como una furia pero da igual. Ayer converse
con ella
- ¿Qué fue lo que te dijo?
- Esta dolida con Thiago porque ya no la
llama para saber cómo esta todos los días, el sábado dejo a Ian y ni siquiera
entro a saludarla. Eso le dolió, pero bueno es la manera que Thiago tiene para
llevar las cosas
- Ya le dije que no estaba de acuerdo, de
hecho trato de preguntarle del tema pero me evade
- Lo sé, conmigo es igual. Pero ya no hablemos
de esas cosas, mira es mi mamá y la amo pero de verdad no la comprendo,
prefiere estar en esa posición con Thiago antes de dar su brazo a torcer
- Pero no es lo que quiero, no me gusta
que este así. Me doy cuenta que esta triste. Thiago aunque lo niegue es
completamente mamón.
- Es un problema de los hombres
Lackington, ya te darás cuenta que Adam será igualito, mi padre e Ian son así
también no dejan a mi mamá ni siquiera un solo momento. Yo en cambio soy una
mujer más independiente, pero sin embargo, soy más de estar con mi papá.
- A mi igual me gustaba estar el con él tío
Benja, siempre me compraba unos algodones de azúcar que vendían en el parque
cercano. Pero con la tía preparábamos esas galletas, luego llego Thiago y ya no
me dejaban ir tan seguido, mi papá decía que el bebé necesitaba de toda la atención
de sus padres. ¡Moría de celos!
- Quien lo iba a pensar que luego ese bebé
te pondría loquita – río – Si cuando Thiago me conto que estaba saliendo
contigo no lo podía creer, era muy gracioso ver lo enamorado que ya estaba de ti,
luego cuando Marcos me conto que ya se habían visto en España años atrás y no
se reconocieron. Me dije ¡El destino!
- No solo nos encontramos sino que también
nos acostamos, nunca se lo dije a Thiago, pero eso fue como mi despedida de
soltera ya que a las pocas semanas me case.
- ¿Por qué lo hiciste si ya no lo querías?
- Creo que me deje llevar por el que dirán,
aparte adelantamos la boda porque estaba teniendo un atraso
- En eso si estoy de acuerdo contigo, por
mucho tiempo mantuve oculta la relación con Marcos por lo que iban a decir, ya
que me lleva un par de años y por sobre todo por lo que iba a decir Thiago, ya
sabes que no reacciono de la mejor manera
- ¡Estaba furioso! Y lo estuvo por un par
de días más, yo no sabía que más hacer para que cambiase. Me sentía culpable
porque si hubiera vuelto al departamento encontrándolos a ustedes
- No es tu culpa, debimos haber
controlado nuestras hormonas - río – No Valentina – reprendió a la niña que
lanzaba sus juguetes en contra de Adam - ¡Dije no! - se paró rápidamente y la tomo en sus brazos
- ¿Quieres dañar al primo? No le tires las cosas o te dejare en el corral
- No seas dura – le dije quitándosela de
los brazos – Pequeña no le tires eso a Adam ¿Bueno?
- Es tan poco delicada para jugar, Ian y
Marcos juegan así con ella
- Adam es todo lo contrario – la deje al
lado de mi hijo – Le encanta que veamos películas sobre la cama, se apoya en mi
pecho mientras le acaricio el cabello
- Ojala Valentina fuera así, espero y
este bebé – se llevó las manos al vientre - Sea más cariñoso – sonrió – Muero de
ganas de volver a cargar en mis brazos un bebé
- ¿Pero ya estás? – alce una ceja y ella asintió
– Tan solo tengo unas semanas y ni Marcos lo sabe
- ¡Wow! Felicidades – la abrace
- Embarázate luego para que nazcan juntos
- Estamos en eso