sábado, 4 de enero de 2014

"Algo llamado amor" Cap XLI

      - Me engaño, Gabriel me engaño. Era una maldita embustera, jugo con mis sentimientos, con mi amor. No puedo verla a la cara, la despereció -

Ella había destruido todo lo que teniamos, todo lo nuestro lo había mandado al demonio. Si hubiese sido clara conmigo, si me hubiera contado de un principio que se había acostado con él. Tal vez, tal vez podría haberla perdonado y asumir un hijo que no era mio. Pero no. No fue así.
Ella me lo había ocultado, tenía dudas de un posible embarazo y no fue capaz de contarmelo, la estaba odiando en estos momentos.
Por su bien mental y el mio esperaba no encontrarmela en mi departamento cuando volviera, echo un energumeno, le propuse venderle mis acciones de su empresa a Gabriel, Mierda en que estaba pensando cuando le compre la parte, claro estaba enamorado. Claro estaba encaprichado con ella. Jugo muy bien sus piezas la muy maldita.

      - Yo no te voy a permitir que hables así de ella. Como se nota que no la conociste, que jamás la llegaste a conocer. Ella te ama tanto o mas que tú. -
      - Jamás me amo - le grite - ¡Es una zorr... - y no pude terminar, solo sentí como me tambale sobre el taburete y el sabor metalico de la sangre, de mi sangre. El maldito por defenderla me había pegado en la boca. - ¡Que mierda! ¡Te pones de su lado cuando te digo que me traiciono!
      - Vete a la mierda, Benjamín. Cuando realmente te des cuenta de todo esto espero que no sea tarde. -

Dicho eso se dio media vuelta y salió del bar. Otro mas que me dejaba solo y me traicionaba por la zorra que había sido mi prometida. Mi prometida, mi prometida. Donde había quedado la hermosa noche que pasamos juntos, los hermosos meses que llevamos.
Pero como no lo pensé desde el primer momento, claro coqueteo conmigo estando en Barcelona con Mariano, y ahora, y ahora me daba esta puñalada por la espalda.
Me refugie en el alcohol toda esa noche, no quería volver al departamento por temor a encontrarla en ese lugar mi corazón esta destrozado, me destrozo.

No puedo seguir aquí, nada me ata a este país, no tengo a nadie en quien refugiarme, como no pensó en mi, como no pensó en todo lo que estaba dejando por ella. ¡No! Esta claro que cuando se entrego a otro no pensó en mi ni en las consecuencias que podía traer.

Mi móvil pito sobre la barra del bar, mire la pantalla y era de esperar era ella. No me apetecía hablar con ella ahora, no me apetecía hablar con ella nunca mas. Lo nuestro se daba por terminado desde que salí de esa consulta medica. ¡Cuanto tiempo pensaba ocultarmelo!

      - No me llames mas - le grite al teléfono - No vuelvas a llamar

Y las lagrimas que había estado reteniendo salieron sin mas. Así como así estaba yo llorando la perdida de la mujer por la quien estaba dando la lucha, haciendome el tratamiento de fertilidad, habían sido años en los que me negué y acepte mi destino, pero ahora por ella quería un cambio. Un cambio que no sirvió para nadie.

Pague la cuenta y tome mi coche, después de varias vueltas por la ciudad decidí que era hora de irme a mi casa, y si la encontraba ahí. No... no... esperaba que no estuviera. No podría ser capaz de mis actos. 

      - ¿Donde estabas? - la suave voz de mi madre me hizo volver a mi. Estaba sentada en un sofá con una taza de café. - Hijo ven acá - me llamo dulcemente.

Como cuando tenía 10 años y las cosas no estaban bien repose mi cabeza sobre su regazo, y comencé a llorar, a llorar como nunca lo había hecho antes delante de ella. No desde que me lo recuerdo, estaba destruido, mi corazón estaba destruido. Ella solo acariciaba mi cabello y mi espalda no decía nada.
Estuvimos mucho tiempo en esa misma posición hasta que ya no tenía mas lagrimas que derramar.

      - Mamá - pronuncie suavemente - Me engaño
      - Tú eres el único que se esta engañando, hijo. - me dijo suavemente como ella normalmente me hablaba. - ¿Por que dices que no puedes tener hijos? Y tú prometida esta embarazada
      - Por que le lo detectaron hace muchos años. - suspiro - Por eso termine mi anterior relación. Ella quería una familia y yo no podía dársela. - ¡Demonios! nuevas lagrimas comenzaban a salir - Hasta la vez pasada que fui a Barcelona pedí cita con el medico dio un tratamiento, en este viaje fui nuevamente y me ha comentado que ya estaba mejorando. Pero que aún faltaba mas.
      - Por que no me lo habías dicho hasta hoy? -
      - Me daba mucha vergüenza. Me aterraba la idea de romperte la ilusión de tener ese nieto que tanto quieres -
      - Y ahora que mi sueño estará completo... - no termina la frase y me abraza fuertemente
      - No es mio. Mamá no te hagas ilusiones con un niño que no lleva mi sangre y es producto de un engaño       - Búscala hijo, no dejes que él amor de tu vida, se valla de tú vida por tus ideas -
      - No puedo perdonarle el que me halla engañado. Ese bebé que ella espera no es mio. -
      - ¿Estas seguro? Quiero decir hijo. Puede que el tratamiento halla funcionado - me dijo con un dejo de alegria en su voz.
      - Mamá... Por favor no hagas esto mas difícil de lo que es. - me seco las lagrimas - Me rompió el corazón.
      - Y tú el de ella, por todo lo que le dijiste fuiste duró, debiste hablar con ella. Tal vez no se hubiera ido. Por que se fue mi amor. Ella te dejo. Y me duele en el alma saber que estas perdiendo a tu familia. A tu futura mujer y a tú hijo. -
      - No son mi familia y tal vez nunca lo fueron -
      - Si tienes dudas y aun que me duela decirlo puedes pedir un ADN. - suspiro - Hijo piensa las cosas que estas haciendo, piensa en todo lo bueno que han vivido y en lo malo. Y si realmente la amas, lucha por ella. Ahora ve a la cama, estas bebido y dudo que me hallas tomado mucha atención - me sonrió
      - Te amo, mamá. -

Me puse de pie y me fui a la habitación su olor estaba aun aquí, cerraba los ojos y podía verla paseando por la habitación, no pude evitar volver a llorar, no pude evitar volver a sentir mi corazón hecho una mierda.

La luz de sol entraba por la cortina y junto con ella un horrible dolor de cabeza, esta mañana cuando llegue a casa son pocas las cosas que me recuerdo, mi madre me esperaba y me lance a sus brazos. Mas allá creo que se me pasaron las copas, un pinchazo en el corazón me hizo recordar que aquella mujer me había roto el corazón, su almohada, mi almohada la cama olía a ella. Un papel estaba sobre la mesita de noche junto con un vaso de jugo de naranja.
Mi nombre escrito de su puño y letra me hizo estremecer


"Benjamín...                                                                                                                               
                                                           
Más de una vez te dije que eras el amor de mi vida, que nada tenía sentido si tu no estabas
a mi lado. Que te amo mas que a nada. 
Algo cambio esta mañana, me gritaste cosas que sabes que no son verdad, jamás, jamás 
te fui infiel y eso lo sabes, solo fuiste tú. Siempre tú. 
No te voy a rogar que estés conmigo, jamás lo haría. Tú decidiste dar todo por 
terminado, y yo acatare tu decisión. 
Ni tú hijo, ni yo te necesitamos a nuestro lado. Por que aun que digas 
que no puedes tener hijos, yo en mi vientre tengo 
la prueba que eso es un error, y que quede claro que para mi 
TÚ HIJO NO ES UN ERROR.
Rompiste, no, destrozaste mi corazón y ahora soy yo la que no te quiere 
volver a ver. Ahora soy yo la que no quiere saber nada de ti. 
Agradezco a la vida lo que me diste, me diste un hijo. Gracias por eso. 
Te dejo una prueba del amor que hubo entre los dos. 

Renata"


Pd: Tengo 10 semanas y mide media pulgada.


Arrugué aquel papel en el instante en que termine de leer, palabras de mi madre se vinieron a mi mente, pídele un examen de ADN. Sacudí mi cabeza y me quede mirando fijamente esa pequeña fotografía que mostraba una manchita, esa manchita sera un bebé, su bebé...

~~~


No quería irme al departamento donde recordaba cosas, no quería irme a un lugar donde había estado con Benja, no quería recordarlo aun que siempre lo haría. 

Huir... eso es lo que pensaba hacer salir de la vista para poder pensar y sentirme bien conmigo misma, ahora no era solo yo. Y aun que en el mundo estuviera sola pronto no lo estaría. Esa sola idea me hizo sonreír, no estaría nunca mas sola. Tendría un bebecito para querer y proteger, por primera vez me acaricie mi no existente vientre y llore, pero no de pena si no que de felicidad.

Conduje hasta el único lugar donde podía estar tranquila, nadie me buscaría por que nadie sabría que me paso. La casa de mis padres era un buen lugar donde refugiarme.

Cuando llegué al lugar tuve que quebrar una de las ventanas grandes de la parte trasera, se que tenía estas llaves en algún lugar... mañana si estaba de ánimos tal vez, solo tal vez las iría a buscar a la oficina o se las pediría a Roxi, ella no me traicionaría. 
Si me preguntan por que no acudí a Naty, es simplemente por que ella no sería objetiva y me hablaría de Benjamín y lo necesitaba lejos de mi mente y de mi ahora que estaba tan dolida.

Todos los muebles estaban cubiertos de sabanas blancas, llenas de polvo. Nada de eso me importaba destape de la sala el enorme sofá que era tal y como lo recordaba, tal y como la última vez que lo vi.

   - Ven acá pequeña traidora, haz estado hurgando los regalos de navidad, no creas que no me di cuenta. Sabes que eso es trampa mi amor. - dijo mi padre. 
   - Pero papi. Solo quería saber si en alguno venia el cachorrito que pedí. - hice un puchero 
   - Ya sabes que santa no viene hasta medía noche tal vez ahí llegue - me dijo lanzándome sobre el sofá enorme que tenemos en la sala. - Ahora tendrás cosquillas por tramposa
   - ¡No papi! Cosquillas no - dije riendo 

Como me gustaría que mi padre no hubiese muerto meses después. Como me gustaría tenerlo a mi lado en estos momentos, - ¡Papi! - dije sollozando nuevamente - Te extraño tanto - me acurruque en ese sofá recordando todos nuestros momentos felices, también esos momentos que en sueños llamaba a mamá, y como el venía a dormir conmigo y me contaba hermosas historias. Siempre me dijo que yo era una niña bendecida, a pesar que mi madre murió muy pero muy pronto me amo desde el minuto numero uno que supo que yo vendría. Y por eso por su recuerdo a pesar de todo el dolor en mi corazón yo amo a mi hijo desde el minuto que me lo confirmaron, desde el minuto que sentí por primera vez su corazón, mi corazón latió al mismo ritmo.
Mi madre fue valiente y me tuvo a pesar que su vida corría peligro, yo por mi hijo ya haría exactamente lo mismo.
Benjamín tarde o temprano se arrepentiría de lo que hizo, se perdería esta parte hermosa del embarazo y luego todo su proceso de crecimiento, pero yo no decidí por él. Yo no puedo estar con una persona que desconfía de mi.
Y así fue como sus palabras volvieron a mi mente. - ¡YO NO PUEDO TENER HIJOS! -  Claro que podía y esta era la prueba, yo no le había sido infiel al acostarme con Iñaki, por que jamás me acosté con él. Aun mas me dolía saber que desconfió de mi y me trato de mentirosa.


El sonido de mi móvil me despertó, me había quedado dormida en el sofá, toda la casa estaba a oscuras y un terrible frió me calo los huesos. Seguí el sonido a oscuras hasta la mesa cercana al sofá la pantalla brillaba con un dejo de temor mire el nombre estaba claro que no tenía registrado ese número, normalmente asignaba un tono para la empresa y otro para mi vida social.

      - ¿Bueno? - dije muy despacio, casi audible.
      - Oh, hija gracias a dios me contestas. ¿Como te sientes? - la suave pero preocupada voz de Victoria me hizo tambalearme en el lugar. - ¿Renata esta ahí?
      - Si - respondí - Estoy aquí
      - ¿Como estas hija? ¿Donde estas? Fui a tu departamento, el conserje no me dejo subir y en el citofono nadie contesto. Estaba preocupada por ustedes -
      - Estoy bien - susurre conteniendo las lagrimas, como era posible que una persona que apenas y conocía fuera mas amable que el propio padre de la criatura. Como era posible que ella si creyera que era su sangre y él no
      - ¿Donde estas? ¿Haz comido? -
      - Victoria, estoy bien. - volví a repetir - He dormido parte del día por eso no te había contestado el móvil y no he comido aun. -
      - Tienes que comer, tienes que alimentar a mi nieto -
      - Lo haré -
      - Cariño... - iba a decir algo y guardo silencio
      - No te preocupes Victoria no es necesario, siempre me he valido sola en este mundo. -
      - No estas sola. - me corto - Yo estoy contigo.
      - Gracias. -
      - Podemos vernos esta noche para comer? - pregunto
      - Yo... -
      - Lo entiendo, cariño quieres estar sola -
      - Si. Necesito... -
      - Pensar - suspiro - Él tampoco esta bien. Leí tú nota, disculpa por eso. Solo dale tiempo, necesito decirte lo que me contó...
      - No puedo... - le corte - No quiero
      - No seas tan terca como él. No me alejes a mi nieto de mi. No me quites la ilusión de verlo crecer y poder... - se quebró su voz se quebró, y ella se puso a llorar, eso hizo que aun mas lagrimas aflorar en mi
      - Oh. Mamá ¿Que paso? - la voz de Benja me hizo estremecer - Con quien hablas? - pregunto. - Bueno? - Guarde silencio - ¿Quien es? - volvió a preguntar. Como reflejo, como instinto corte la llamada.

No pasaron ni tres minutos cuando volvió a sonar el móvil, mismo número y no dude en contestar, no la dejaría fuera si ella no lo quería. No me perdonaría jamás dejar a mi hijo sin su abuela si ella quería estar en su vida.

      -Victoria? - dije al contestar
      - ¡¿Que mierda es lo que te pasa?! - grito Benjamín - No te basto con cagarme mi vida que ahora quieres arruinar la de mi madre?! ¡Responde maldita sea!

Le corte el teléfono, no podía quedarme escuchando sus insultos, mi corazón no lo soportaría.
Los tres días siguientes fueron mas de lo mismo, dormir, llorar y comer. Eso último no lo dejaría de hacer, no podía darme ese lujo. Hable con Naty y le explique lo que estaba pasando, pero tampoco le dije donde estaba, solo me pidió que me cuidara, y que pronto volviera a la casa, en ese departamento siempre estaría mi habitación.
Me dedique por completo a limpiar y ordenar la casa, ya no lucia como un lugar abandonado, volvía a ser como la recordaba, era enorme para mi sola. Pero tenía muchos sentimientos y recuerdos que me hacían sonreír era el lugar donde quería que mi bebé creciera.



28 de Marzo marcaba el calendario y mis días de encierro se terminaban ya no me quedaban lagrimas y necesitaba ir a abastecerme de comida, bebida y lo mas importante empacar toda mi ropa del departamento. Era definitivo y me venia a vivir aquí.
Ese día era aun mas difícil se suponía que a estas horas yo debería estarme arreglando para mi boda. Mi Boda se sentía tan lejano y cercano a la vez. decidí no echarme a morir y quería que supiera que estaba bien y ya lo había superado. Aun que fuera mentira.

Mi primera parada del día fue el departamento de Gabriel, no le había cogido ni una sola llamada a él, no me sentía preparada para él así que decidí ir a verlo. Nada mas al abrirme la puerta me dio un caluroso abrazo.

      - Cariño, que alegría verte y saber que estas bien -
      - Perdóname por no coger tus llamadas -
      - Da igual, lo importante es que ahora estas aquí y sana. ¿Como esta este bebé? - dijo acariciando mi vientre. - Ya vi su primera toma - me sonrió.
      - Valla - fue lo único que pude decir.
      - Tiiiiiiiiiiiiiiiiiia - el grito de felicidad de mi pequeña Renata corto el tema en ese momento.
      - Bebé - le abrí mis brazos para que lanzara como solo ella podía hacerlo.
      - Hey! Mas suave con la tía, ya sabes que tiene un bebe en su guatita y eso le puede hacer mal - la regaño Gabriel
      - Perdón ¿Te hice daño? - me pregunto mi bebé
      - No, cielo. Tú nunca me harías daño - le conteste con una sonrisa
      - ¿Hacemos pastel? - me pregunto la picarona
      - No puedo, solo los pase a ver un momento - le dije poniendola en el suelo - Otro día le dices a papá que te lleve a mi casa y hacemos pastel, galletas y vemos pelis de monitos ¿Bueno?
      - Y tío Benja nos prepara ese jugo delicioso - añadió con una sonrisa
      - Bien mis chicas, basta de planes - corto el tema Gabriel - Vienes a la apertura verdad?
      - Lo olvide ¿No es hoy verdad? - rogaba al cielo que no tuviera que ser hoy
      - Bueno luego de tu ya sabes, cambie la fecha para mañana a medio día abriremos a la hora del almuerzo. Pero no olvides que es de etiqueta  -
      - Bien. El mejor vestido del armario se ocupara para su inauguración - le sonreí - ¿Ya tienes la ropa de la niña?
      - Si, cariño. Fue todo un desafió pero un hermoso vestido blanco para mi ángel -
      - Bien llegare directo. Te llamo luego para saber como van las cosas, te dejo mi dirección nueva y por favor si necesitas dejarme a la niña. Nunca dudes en llamarme ¿Bueno? -
      - ¿La casa de tú padre? Es ahí donde has estado todos estos días -
      - Es donde vivo. - le sonreí.
      - Me alegra verte bien. - suspiro - Por lo menos uno esta bien
      - Gabo - le corté - No quiero saber como esta, no quiero saber si vive o muere no es algo que me importe ya. Yo me quede con lo bueno de la relación. - acaricie mi viente
      - Es un idiota, y se lo he dicho. No me habla por no creer en sus palabras, Victoria también se fue del departamento - Valla se había quedado solo - Se arrepentirá cariño, sabes que lo hará
      - Y será tarde - conteste fría - Sabes que lo hubiera perdonado al día siguiente, pero ahora...
      - Lo sé. Pero bien. ¿Te quedas a comer? -
      - No, voy a comprar una nueva cama, creo que la de mi padre es muy antigua y no he dormido muy bien. Necesito cambiarla y luego necesito el resto de mi ropa y cosas. Esta todo repartido en...
      - ¿Iras? - me pregunto abriendo los ojos como plato
      - No, esas las doy por perdidas, debe haberlas votado ya. Yo lo hubiera hecho.
      - Entonce? -
      - A donde vivía con Naty, tengo muchas cosas ahí, nunca me cambié por completo. -

Estuve una hora mas hablando con Gabo acerca de lo que tenía preparado para el día de la inauguración me dijo que esperaba que Benja fuera también por lo que tenía que estar preparada, también me contó sobre su conversación y aun que hice como que no le preste atención verdaderamente estaba muy atenta a cuando le mostró mi nota y la foto del bebé, eso había pasado al tercer día de mi ausencia...