lunes, 18 de mayo de 2015

#48 Caminos Inesperados

Antes de que lean el nuevo capitulo el cual se demoro mas de lo que yo misma quería pero todo fue por motivos extras. 

GRACIAS por la paciencia que han tenido conmigo y con la historia. GRACIAS porque a pesar del tiempo que me demoro últimamente en subir el capitulo siempre están pendientes y los leen. SIMPLEMENTE GRACIAS.
Si bien tratare de sacar el nuevo capitulo para esta misma semana no es 100% seguros, ya que muchas saben que estoy en mi proceso de titulación y eso me tiene con medio tiempo. 
Thiago y Renata están cerca de despedirse, pero ojo que ya tengo los primeros bocetos de lo nuevo. Y una afortunada que leyó y dio el visto para continuar. 
Ahora si que si...


Capítulo 48


Había pasado todo un mes desde que volvimos a intentarlo con Renata por tercera vez, esta vez sí era completamente diferente. Al parecer habíamos podido superar todos los miedos e inseguridades del pasado. Llegaba a la casa del trabajo a las cinco de la tarde, a diario Adam me esperaba con una sonrisa o una pataleta para poder jugar, no le bastaba con todo lo que hacía a diario con su madre, siempre tenía energías para seguir jugando. Por muy cansado, enojado, o el estado de ánimo que fuera siempre, siempre tenía tiempo para pasar con mi bebé.
De igual manera y en la misma magnitud tenía tiempo para mi mujer, para estar con ella en la terraza, en la cama o donde fuera. No solo éramos sexo, había aprendido con ella que de una mujer se podía esperar muchísimo más, era la que mejor me entendía, me escuchaba y ayudaba en todo lo que quisiese. ¿Qué más podía pedir?

Como pareja estábamos preparando nuestra boda, si, la segunda vez que la haría mi mujer, a diferencia de la vez anterior ahora no llevaría mi apellido al comienzo y eso la seguía haciendo una mujer independiente.
Como Adam iba solo por la mañana a la guardería algunos días Renata se pasaba por la oficina para ayudarme con el papeleo atrasado, aun no encontraba una secretaria adecuada, y eso me frustraba. ¿Cómo podía ser tan difícil? Solo tenía como requisito que supiera algo de leyes, un curso rápido o estudios de nivel técnico. Era todo un reto encontrar una apropiada. La secretaria de Marcos venia de vez en cuando a guiar a Renata cuando yo tenía reuniones o no tenía tiempo de explicarle algunas cosas.

Marcos me había sugerido que la misma Renata ocupara el puesto a tiempo completo, pero no sabía si era lo que ella quería. Nunca habíamos conversado acerca de ella teniendo un trabajo. Pero no porque no quisiera que se desarrollara como persona, sino porque nunca lo había puesto en mi cabeza como una posibilidad.
Así que gracias a la ayuda de mi amigo/cuñado/compadre y Nacho buscamos universidades donde pudiera estudiar lo que quisiese y en un tiempo donde no descuidara a Adam, que era lo único que me importaba, si no había cosas listas en la casa me daba igual. No me importaba decirle a la señora que nos había ayudado en el departamento que lo hiciera aquí también. Todo quedaría en Renata y lo que ella quisiera hacer con su vida.

      - ¿En qué piensas? –
      - Trabajo, amor – se sentó en mi regazo, mientras pasaba sus brazos por mi cuello.
      - Y si mejor pensamos en… - me beso – Estuve con Dani hoy
      - Yo fui a buscar las invitaciones – la bese – Quedaron muy lindas, tienes un excelente gusto.
      - No lo hice sola, fue tu madre y Magda.
      - Y tú también, mi amor. Está muy silenciosa la casa esta noche
      - Pero extraño un montón a ese pequeño revoltoso.
      - Te diría que yo no, pero aun no me acostumbro a estar separado de él. Aun que disfruto mucho cuando no está en casa.
      - No te hagas que cuando esta disfrutas de la misma manera – se río – Voy a llamar a casa de tus padres para saber cómo esta
      - Me iré a dar una ducha y podríamos aprovechar de salir a comer fuera
      - No – negó con la cabeza – No quiero tener que arreglarme
      - ¿Casa de Nacho? – Negó nuevamente - ¿Pizza? – Negó - ¿Sexo? – Negó - ¿Qué quieres?
      - Si mejor nos acostamos y vemos una película, y poder dormir diez horas seguidas. Eso sería maravilloso.
      - ¿Te agota?
      - Ser mamá es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero Adam es un bebé con muchísima energía y a pesar de que en la guardería juega…
      - ¿Sabes porque pasa eso? – Negó – Porque es hijo único, si tuviera un hermanito…
      - Tiene solo un año, si tuviera un hermanito me volvería loca, amor.
      - Ósea ya no quieres más hijos.
      - ¡Claro que sí!, esperemos que Adam tenga un par de años más. Por favor, amor.
      - No diré nada, ahora mismo estamos con la boda…
      - Te amo tanto, tanto
      - Creo que te he demostrado que yo también te amo.

Mientras yo me daba una ducha, Renata preparo algo liviano para cenar y nos metimos en la cama antes de las diez de la noche. A la hora después no llevábamos ni la mitad de la película de acción del indestructible, bajo la mirada a mi pecho y me encuentro a Renata durmiendo. Apague el televisor y me abrace a ella.


      - Buenos días – Renata me daba tiernos besos por toda la cara mientras yo trataba de abrir mis ojos con el sol que ingresaba por las ventanas. – Despierta, es sábado.
      - Dame cinco minutos más –
      - No, quiero que despiertes en este minuto. Tenemos que estar en una hora más donde elegiremos el menú del matrimonio y después tenemos que buscar tu ropa.
      - Renata Omailei casi de Lackington faltan casi dos meses para el matrimonio.
      - ¿Y eso que? Quiero que todo quede a la perfección
      - No lo dudo ni por un solo segundo, y con toda la ayuda que tienes de seguro quedara mucho mejor de lo que esperamos.
      - Tengo demasiadas expectativas de nuestro enlace.
      - Yo de nuestra noche de boda. Para lo cual ten en cuenta que no quiero un vestido de novia muy aparatoso.
      - No señor – se puso de rodillas en la cama con las manos en la cintura a modo de jarra, mientras fruncía el ceño – En eso ni siquiera meterás tu nariz
      - Le informo a la señorita – metí mis brazos por entremedio del espacio que dejaban sus brazos – Que meteré muchísimo más que eso y no hables de esa manera que creo que la banquetearía puede esperar mucho más de una hora.
      - ¿Tú crees?
      - Lo harán

Nos comenzamos a besar cada vez con mayor intensidad hasta que fui quitando cada prenda que se interponía entre nosotros. Bese cada parte de su cuerpo con una tranquilidad que ni yo mismo sabía que tenía. Esta vez y a diferencia de todas las veces que le hacia el amor a mi mujer, lo hice con calma demostrándole en cada caricia que no podía vivir sin ella, demostrándole lo muchísimo que la amaba. Lo perdido que estaba sin ella, sin sus besos, sin sus caricias, sin su forma de amarme.

      - Te amo – susurre en su oído cuando la veía cerca de llegar al orgasmo.

Te amo, me respondía ella con la voz entre cortada y su espalda arqueada buscando el mayor placer que podía ofrecerle.

Dos horas más tarde de lo previsto estábamos revisando los menús, la posición del cubierto y arreglos. No sabía que tan complicado podía ser todo esto, pero estaba completamente seguro de que si era lo que quería hacer. Por segunda vez sería mi esposa.

      - ¿Te gusta? – me pregunto.
      - Si – respondí.
      - ¿Las servilletas de qué color las prefieres?
      - Marfil – me alce de hombros – Aunque lo tu elijas estará bien
      - Thiago – protesto
      - Marfil.
      - Bien – me guiño un ojo – Las queremos en marfil

Siguió por media hora más revisando todo lo que le iban mostrando más las cartas de posibles menús, esos los probaríamos la próxima visita junto con los postres.
Mi móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo y me retire de a un rincón.

      - Hola  - dije al revisar que la llamada era de Marcos
      - ¿Cómo va todo por ahí?
      - Bien, Renata ya tiene todo en orden
      - Perfecto, nosotros tenemos todo listo acá también
      - ¿Mis padres llevaran directo a Adam?
      - Así es. Te morirás cuando lo veas.
      - Lo mejor es que Renata no sospecha nada. La invitare a cenar y llegaremos a eso de las 10 ¿Fuiste a buscar el anillo?
      - Lo tengo conmigo desde hace dos días, tú hermana me acompaño y lo guardo para que no se me fuera a perder ni a estropear
      - Dani es lo mejor
      - Claro como a ti no te ha dado la lata. No entiendo para que tengas que hacer una petición de mano nuevamente si ya tienen un hijo y viven juntos
      - Solo quiero que sea todo perfecto y no falte nada esta vez.
      - No voy a volver a cuestionar tus decisiones. Eres un hombre grande amigo
      - Por favor no olvides llevar los documentos de la universidad. Es parte del regalo.
      - Lo sé, los envolví incluso.
      - Gracias hermano. Te veo esta noche

Al cortar la llamada me voltee donde se encontraba Renata con los brazos cruzados al pecho y mirándome fijamente. Le guiñe un ojo y sonreí de medio lado, ella negó con la cabeza y se encogió de hombros.
Camine a su lado y la abrace por los hombros, ella dejo recostar su cabeza en mí.
      - ¿Con quién hablabas?
      - Trabajo – fue lo primero que se me vino a la cabeza
      - ¿Un sábado? – alzo la vista hasta encontrarse con mis ojos
      - Algunas cosas pendientes, había olvidado que había dicho que iría a la oficina
      - Llamare a tu madre y le preguntare si puede quedarse un par de horas más con Adam y nos vamos a adelantar trabajo.
      - A pesar de que es una idea estupenda prefiero que tú hagas tus cosas y yo me voy a la oficina
      - Thiago – me cruzo sus brazos por la cintura – Voy contigo, sin Adam no tengo mucho que hacer
      - Eres una gran mujer, mi amor. Y si no tuviera tantas cosas pendientes te diría que fueras a disfrutar el día sin Adam, pero como soy egoísta y estoy lleno de trabajo.
      - No eres egoísta, no me importa ir contigo.
      - Gracias mi amor – me beso en el pecho – Llamare a tu mamá
      - No te preocupes, termina con esto la llamare yo.


A las seis de la tarde del día sábado siete de febrero, mientras trabajábamos no dejaba de pensar en la noche, y poco a poco me iba poniendo más nervioso. Nervios completamente injustificados ya que nada de lo que fuera a decir o hacer ella los tenía muy claros.

      - Listo – dijo sonriente cuando el escritorio quedo por fin sin papeles – Creo que merezco un premio
      - Vamos a casa y nos cambiamos para salir a cenar.
      - Era solo una idea – me abrazo – Vamos por nuestro hijo.
      - Mamá dijo que fuéramos tarde a buscarlo.
      - Entonces siendo así acepto.

Entre risas guardamos lo urgente en mi maletín y salimos rumbo a nuestra casa.


***

      - Estuvo todo muy rico mi amor –
      - Me alegra mucho saber que le acerté con el restaurante
      - Aunque utilizan mucho condimento, me parece que le da otro sabor a las carnes y comida. Gracias.
      - Deja de darme las gracias – abrí la puerta del copiloto para ella – Adelante señora.
      - ¡Señorita! – rio, cuando estuve en mi ubicación – Te ves muy guapo con ese traje
      - Usted también. – Le bese el hombro descubierto – Este vestido te queda espectacular. Pero alejare todos los pensamientos que me dicen que te lo arranque
      - ¿Crees que a tía Nata le moleste dormir una noche más con su querido nieto?
      - Ten por seguro que no. – Mordisque su piel – Pero no. Yo extraño a ese bebé que hicimos juntos.
      - Pero…
      - Pequeña viciosa. – Encendí el coche – Esta noche quiero a mi familia completa en mi cama
Renata hizo un puchero y miro por la ventanilla, aproveche su descuido para marcar el número de Marcos.

      - ¿Qué tal todo? – pregunte ganándome la atención de mi mujer
      - Todo listo y esperándolos. ¿Ya vienen?
      - Vamos de camino a buscar a Adam.
      - Bien. Conduce con cuidado.
      - Idiota

Corte la comunicación. Y encendí el radio del coche para evitar tener que dar algún tipo de información a Renata que aún no apartaba la mirada de mí.

      - ¿Todo bien? – pregunto bajando el volumen
      - Si – y volví a subirlo
      - ¿Te paso algo? – pregunto volviendo a bajarlo
      - Nada – volví a subirlo

Al abrir la verja de la casa de mis padres me estacione justo en el lugar de siempre, al lado del coche de Marcos. Si quería que no se diera cuenta de nada tenía que sacarla rápido antes que reconociera el coche de su padre al lado izquierdo o el de tía Naty al otro lado.

      - Vamos a dentro
      - Te espero aquí
      - ¿Por qué? ¿Qué pasa?
      - ¿Qué pasa? Qué te pasa a ti – gruño – Pasamos un día encantador, una cena maravillosa como hacía mucho no teníamos y cuando te propongo que dejemos a Adam una noche más con tus padres para poder alargar un poquito la diversión…
      - No, amor – respondí tratando de tocarla pero me evadió – Quiero que estemos los tres juntos, solo eso.
      - Yo también quiero eso, pero pensé que podríamos…
      - Da igual. – abrió la puerta y camino sola hacia la entrada
      - Espérame – le dije trotando para alcanzarla
      - Quiero irme a la casa luego.
      - Renata – le tome la mano y la atraje hasta mi – Amo tus cambios de humor
      - ¡Deja de pelotearme! Quiero irme a la casa y meterme en la cama.
      - Te amo – trate de besar sus labios y solo encontré sus mejillas
      - Yo también – gruño tocando la puerta.           

Esperamos cerca de cinco minutos antes de que uno de los camareros que habíamos contratado para hoy abriera la puerta

      - Bienvenidos – saludo abriendo la puerta de par en par – En la sala están los señores
      - Gracias – dijimos al unísono 

Al llegar al umbral de la sala adelante un par de pasos a Renata para poder ver su cara cuando viera la sorpresa que le tenía preparada. Un cartel sobre la chimenea ponía

¿Quieres casarte conmigo? Thiago.

Renata se llevó las manos a la cara y negó muchas veces con la cabeza antes que mi madre llegara a mi lado y me entregara a mi pequeño con su traje de gala que mi hermana había elegido para él.

      - Renata – la llame aclarándome la garganta para que nos mirara.

Volvió a negar con la cabeza mientras todos estaban expectantes por lo que tenía que decir.

      - Amor, mírame – susurre. Ella alzo la cabeza y nuestros ojos se vio como si fuera la primera vez. Luego miro a Adam y una sincera sonrisa se dibujó en su rostro – No sé cuántas veces al día te repito que te amo, que no puedo vivir sin ti.
      - Muchas – susurro sin dejar de mirarme
      - A pesar de que ya tenemos todo en marcha y que tenemos hasta la fecha de nuestra boda. No quería dejar de hacer esto. De pedirte frente a los que queremos y nos quieren… Uff – mire a Adam quien tiraba mi corbata – Con Adam queremos saber, bueno y todos los demás yo creo que también quieren. ¿Quieres casarte conmigo?

Una ola de aplausos llegó a mis oídos en el momento en que Marcos me entrego una pequeña cajita roja que contenía nuestros anillos.

      - Con este anillo sello el hecho de que te amo más que a nada en este mundo, en que definitivamente no se vivir sin ti. Somos una familia, hace un año y cinco meses nació el fruto del amor que nos tenemos. Hace mucho más que eso que me perdí en tus ojos por primera vez, sin saber que ya no podría mirar sin pensar y verte a ti. Te amo desde que tengo 18 años y creo que es nuestro momento, es ahora cuando tú me dices yo también te amo y quiero casarme contigo.

      - Desde que era niña – se aclaró la garganta -  Te amo Thiago, quiero mi familia contigo, mi hijo contigo, mi hija contigo y todo lo que la vida nos pueda dar. Simplemente gracias por ser el hombre más detallista y que más amor me ha demostrado en la vida. Claro que quiero casarme contigo las veces que hagan falta. Porque nada en este mundo me hace más feliz que eso.