viernes, 15 de noviembre de 2013

"Algo llamado amor" Cap XXVI

Era un golpe muy duro para Gabriel quedar viudo con una niña pequeña, trate de imaginar el dolor en su corazón pero aun así no comprendía mucho, Nata lloraba apoyada en mi, le pedía que se calmara un poco pero era imposible y lloraba mas.
Gabriel por otra parte estaba en un rincón sentado en el suelo con su niña en brazos, no sabía que podía hacer para consolarlo, sonó mi móvil y soltando a Nata unos momentos vi que el visor decía Mariano, no tarde en contestar.

      - Mariano vente de ya! - Sin dejarlo hablar - Carol ha fallecido y te necesito aquí, Gabriel esta muy afectado y Renata igual no puedo con los dos
      - Lo lamento. Voy para allá -

Una enfermera al preguntar que pasaba y explicarle a grandes rasgos me dijo que traería unos cafés y se llevo a Nata con ella, aproveche ese momento para irme donde mi amigo, me arrodille para estar a su altura y al tratar de sacar a la niña el me lanzo un manotazo, estaba claro que no quería separarse de ella.

      - Gabriel, anda dame a la niña - Le susurre acariciandole el cabello a la pequeña - Vamos necesita comer algo.
      - Yo... No no la necesito conmigo, me dejo, ella me dejo, nos dejo solos, Benja no podre vivir sin ella, era mi vida entera, y ahora y ahora no esta. - Dijo entre sollozos - ¿Por que? ¿Por que me la quitaron? - Lloraba desconosolado
      - Tranquilo, amigo por favor ven dame la niña. -
      - No, no la quiero conmigo, es lo único que tengo -

La pequeña se puso a llorar y en ese momento ingreso Mariano al servicio de urgencias, corrió hacia nosotros y le arrebato a la niña de los brazos, Gabriel comenzó a dar puñetazos al suelo, gritaba vuelto loco y yo solo lo trataba de controlar. Cada momento se me hacia mas difícil, mi pobre amigo estaba mal, y yo no podía hacer nada por él.


Cuando por fin logramos sacar a Gabriel del hospital y llevarlo a la casa para que se diera un baño y nos dijera que era lo que seguía, lo llevamos a casa de su madre, cuando nos bajamos la madre de este nos salío a recibir y le dio un gran abrazo que nos dejo a todos atónitos. Se mostró muy cariñosa, bueno no era un momento para ser de otra manera si su hijo estaba destrozado.
Entramos al salón y surgió la conversación acerca de que pasaría ahora.

      - Benjamín necesito que me ayudes con los tramites para llevarme a Carol a Barcelona. -
      - Si amigo, yo me encargo de eso, quieres que le avisemos a sus padres -
      - Lo había olvidado - Volvió a llorar - No se como decirles
      - Yo me encargo de todo ahora trata de descansar y retomar fuerzas. Lo necesitas -

~~~

Si esto era una broma, es de esas muy malas, todo se oscureció alrededor nuestro, la muerte de Carol era un golpe duro, no soportaba ver el dolor en mi amigo, no soportaba pensar que pasaría con esa niña tan pequeña ahora sin madre. Cuando oí decir que se la llevarían a Barcelona fue aun un golpe mas duro, esta claro que toda su familia es de allá, pero yo no puedo seguirlos, y eso me duele aun mas. Esta claro que Benja tenía que ir a acompañar a su amigo y además ya me había dicho que tenía que viajar, un golpe mas fuerte. No podía controlar mis lagrimas, me arranque a la cocina, ya no quería que me vieran mas llorar, necesitaba estar un momento a solas. Luego de servirme un vaso con agua entro Doña Ester, quien a penas me vio frunció el ceño, no necesitaba de eso ya sabía que no era para nada bienvenida en su casa.

      - Nada puedes hacer aquí, es mejor que te vallas - Me dijo cuando cerraba la nevera. - Y antes de que digas nada esta claro que mi hijo se queda conmigo, y mi nieta también. -

Antes de que fuera a decir algo mas pesado salí por la puerta de la cocina y camine por el prado hasta sentarme en una roca a pensar, a pensar en lo frágil que era la vida, en los momentos lindos que pasamos, extrañaría a Carol esta claro, pero también a mi Benja. Se me venia un duro mes por delante antes de poder verle nuevamente. 

No se cuanto rato estuve sentada en el mismo lugar, hasta que el sonido de mi móvil me volvió a la realidad, era Naty. Luego de contarle lo sucedido y volver a llorar ella me dijo que trataría de aplazar la reunión con el banco para que pudiera viajar con ellos, al ver mi negativa se resigno, no podía hacerlo y seguir poniendo en riesgo mi patrimonio. Esta vez la razón le gano al corazón y con el dolor que me daba sabía que era lo correcto. 
Unos fuertes brazos me tomaron por la espalda hundiendo su nariz en mi cabello y depositando suaves besos. ¡Benjamín!. Cerré los ojos y disfrute el momento, no me decía nada solo me apretaba con fuerza contra él, deje caer mi cabeza en su pecho, pero el olor a alcohol me hizo voltearme y ver su rostro. 

      - Me puedes soltar - Susurre.
      - Necesito sentirte cerca - Dijo acercando su boca a mi oído.
      - Por favor! Sueltame - Suplique
      - Nata, yo trato de manterme lejos de ti, pero no puedo. Te necesito cerca no como amiga, si como lo que eramos una pareja - 
      - Pensé lo que habías entendido tu y yo fuimos una pareja, de eso es tiempo pasado. Yo estoy con Benjamín. Mariano por favor sueltame - 
      - ¿Que fue lo que viste en él? -
      - No voy a hablar contigo de eso. Yo le quiero y el me quiere, con eso te debe bastar - 
      - Tú a mi me querías - 
      - Claro! Te quise y mucho, llegue a pensar que estaba enamorada de ti. Pero no fue así, ahora sueltame Mariano por favor - Comencé a llorar y el aun me sujetaba mas fuerte.
      - No puedes haberme dejado de querer, si es tu manera de vengarte por como fui contigo, lo comprendo pero ya basta, termina este juego y vuelve conmigo. Te amo Renata - Grito Mariano
      - Claro que no te he dejado de querer... -
      - Interrumpo? - La voz grabe de Benjamín probinieste desde nuestras espaldas hizo que Mariano me soltara casi como si le quemara el contacto con mi piel. 
Al mirar la cara de mi Benja, esta era triste, pero rojo de la furia de vernos tan cerca. Camine hacia el para cobijarme entre sus brazos quien feliz me los abrió para recibirme.
      - Llevaba rato buscandote - Me dijo besandome la cien
      - Necesitaba estar sola - Susurre contra su pecho. - Llévame a mi casa por favor
      - Vamos -

Ignoro por completo que Mariano quedo como una estatua en el mismo lugar. Horas mas tarde luego de darme un baño y comer algo estaba recostada con una almohada sobre la cabeza para que la poca luz que entraba por la ventana no me molestara y pudiera dormir un rato cuando la puerta se abrió, segundos mas tarde un peso hizo que la cama se hundiera un poco levante la almohada para ver a mi hermoso Benja recostado a mi lado.

      - ¿Te sientes mejor? - Arrastrandome hacia su cuerpo me acaricio el cabello.
      - Un poco, es muy duro todo esto - Le susurre para evitar llorar.
      - Preciosa, debes ser fuerte. Necesito que seas fuerte por que mañana volvemos a Santiago donde ahí que firmar unos papeles y en cosa de horas iremos viajando a Barcelona. -
No supe que decir ni que hacer, comencé a llorar nuevamente en su pecho, esto tenia que pasar justo ahora, justo ahora tenía que quedar sola con un doble dolor en el cuerpo
      - Por favor preciosa. No llores se me parte el alma verte así, me gustaría que te fueras conmigo. Se que no puedes. Pero no llores. -
      - Te quiero, te quiero. Por favor prométeme que volverás - Le rogué colocando mi cuerpo sobre él. - Júrame que volverás - Me arrastro hasta que mi boca quedo junto con la suya. Y me beso
      - Prometo. No. Juro que volveré lo antes posible. - Me beso - Extrañare tus besos - Me volvió a besar - Sus caricias y la forma en la que hacemos el amor. La forma en la que me miras y la forma en la que me dices te quiero. Yo también te quiero. Preciosa. Eres mi preciosa. Volveré lo juro, dentro de un mes estaremos así nuevamente, pero quiero verte reír. -
      - Yo quiero que me hagas gemir, necesito el contacto con tu piel. Te necesito - Le rogué.
      - Y yo a ti. Ven vamos a sacar estas ropas que molestan - Me sonrió.


Al abrir mis ojos me refregué en el pecho desnudo de Benja, sería la última mañana que despertaría a su lado por los próximos largoooooos treinta días si es que no se le presentaba ningún problema, salvo llevarse la mitad de mi corazón consigo. Era un momento difícil para todos y no pensaba hacerlo aun mas difícil.

      - ¿Como dormiste? - Pregunto con una sonrisa en su rostro.
      - Bien - Susurre - Muy bien.
      - Yo también, siempre que duermo contigo. Te echare mucho de menos. Mucho - Me beso la cabeza.
      - Y yo a ti. - Traté de sonar lo mas convincente y tranquila posible
      - Son solo un par de semanas. ¿Lo sabes verdad? -
      - Si. Lo se. Vamos a la ducha que tenemos que salir en unas horas. -

Me puse de pie y me escabullí en la ducha, esperaba que me acompañara no quería estar sola, no sabiendo que mañana lo estaría.

      - Te unes? - Le dije hacia la otra habitación.
      - Voy a preparar el desayuno mientras - Me dijo de pie en el umbral de la puerta.

Comencé a desnudarme para tentarlo pero cerro los ojos y suspiro, no sabía por que se estaba tratando de controlar pero yo lo necesitaba. Quería que deja su olor en mi piel, que durará el tiempo necesario para sentirlo cada vez que me faltara. Quería ser capaz de sentir sus caricias a pesar de la distancia.

Y volvían las dudas a cerca si funcionaria esto a distancia, habían solo dos opciones o nos queríamos mas o definitivamente esto terminaría. También volvía el miedo que sus necesidades de hombres se antepusieran con las necesidades del corazón y se acostara con cualquier mujer. Si eso fuera a pasar tenia que decírselo para que el se sintiera con la confianza de confesarselo y olvidarle de una vez.

      - Benja - Dije antes de que saliera por completo del cuarto de baño.
      - No. Preciosa si entro en esa ducha contigo no podré parar de hacerte el amor - Me dijo resignado
      - Te necesito - Le rogué - Necesito que dejes tu olor en mi, que dejes las huellas de tus caricias en mi.
      - Nata. Preciosa. Te quiero - Y camino salvaje mente hacia mi.

Antes de que me diera cuenta ya tenia sus manos sobre mi cuerpo, besaba cada centímetro de mi piel dejando su rastro tal y como se lo pedí. El chorro de agua caía por nuestras espaldas, lleve mis manos por su cuerpo para quitarle esos estúpidos pantalones de dormir que se había puesto. Esos sobraban en estos momentos lo quería desnudo y dentro de mi. ¡Lo necesitaba!

Luego de hacer el amor en la ducha, bajamos a desayunar y volvimos a la habitación para arreglar nuestras maletas y dejar todo en orden en la casa. No tenia fecha de regreso, lo mejor sería dejar todo bien cerrado.

~~~

Esto estaba siendo completamente mas difícil de lo que yo podía manejar durante todo el vuelo hacia Santiago Nata apenas cruzo palabras conmigo, venía pendiente de la niña mientras Gabriel dormía algo. Trate de llamar su atención pero fue innecesario no sabía si me ignoraba o venía muy concentrada en entretener a la niña. 
Una vez en el aeropuerto en la sala de común la esperaba Naty, Ima y Iñaki. A él no lo esperaba. Cuando mi preciosa los vio salio corriendo a su lado. Naty fue la primera en llegar y le dio un gran abrazo, ella comenzó a llorar nuevamente. Eso dolía, no quería dejarla así. Tras un corto abrazo de Ima, fue el turno de Iñaki. Ella escondió su cabeza entre el pecho de este lo que provocó que mi sangre hirviera en ese instante. 

      - Tranquilo, necesita algo de espacio - Me dijo Gabriel parado a mi lado mirando la misma escena que yo.
      - Pero tiene que abrazarlo así? - Gruñí
      - Esta triste y dolida por todo esto. Tú ahora te vas conmigo y ya se queda con todo el dolor sola -
      - Yo también estoy triste y dolido. Pero no por eso me ando consolando en otras personas -
      - Benjamín no hagas esto mas difícil para ella. Te quiere eso es lo que importa - Trato de tranquilizarme
      - Lo se. Pero estaré lejos tantos días que me da miedo perderla -
      - Ella debe sentir lo mismo, deja de mirarla y ve con ella. Aprovecha mientras este contigo - Dijo con su voz quebrada - Yo... yo que no daría por tener a mi Carol conmigo en estos momentos.
      - Amigo - Y lo abrace. No pude no sentir pena por él. Sería difícil salir adelante en estos momentos con su hija en brazos y su mujer en un cajón. Le arranque a la niña de sus brazos. - Yo iré con Renata a ver a su tía y tu debes hacer los papeles para el cambio de avión.

Asintió con la cabeza y se dirigió al mesón. Me encamine hacia donde estaba Renata quien ya no estaba en los brazos de ese idiota. Y al verme trato de sonreír forzosamente. Asentí con la cabeza y ella se acerco mas a mi. Pase mi brazo libre por su cintura y bese su cabeza. Todo era muy difícil.

      - ¿Donde esta tú papi. Preciosa? - Le dijo a Renata haciéndole cosquillas, lo que hizo que la niña se retorciera en mis brazos y riera
      - Fue a hacer los tramites de cambio de avión - Le dije.
      - Ya veo - Me respondió cortante.
      - Benja, me prestas a la niña para ir a comprarlo algo para el viaje. Así no se aburre - Dijo Naty estirándole los brazos - Quiere ir por un juguete bebé
Sus ojitos brillaron en ese momento y accedió al cambio de brazos.
      - Me acompañan chicos - Y me guiño un ojo mientras se daban la vuelta y nos dejaban solos un momento, lo necesitaba.

Cuando estuvimos solos no sabía por donde empezar, quería abrazarla, besarla y hacerle saber que la quería muchisimo. Pero ella solo me miraba. La apreté tanto contra mi como pude, no quería que necesitara otros brazos si tenia los mios, quería hacerle saber que a pesar de todo estaría junto a ella. Ahora y siempre. Busque su boca con la mia necesitaba esa conexión en este momento. Se separo un poco y me presiono sus labios contra los mios. Ella también lo necesitaba. El beso se fue profundizando a medida que nuestros cuerpos tenían la necesidad. Era magnetismo puro el que estaba experimentando ese ese momento.

      - Me llamaras verdad? - Pregunto con su labios cerca de los míos aun
      - Todos los días y muchas veces - Le afirme
      - Estaré esperandote lo sabes verdad? - Volvió a preguntar
      - Y yo estaré deseando volver a verte -
      - Quiero que esta relación a distancia resulte, te quiero y me duele perderte -
      - No vas a perderme, solo son unos cuantos kilómetros los que separaran a nuestros cuerpos, pero nuestros corazones están unidos. Y quiero que lo recuerdes ¿Vale? -
      - Tengo miedo - Susurro  
      - ¿De que? - Pregunte intrigado, si ella lo sentía por lo mismo que yo debía dejarle todo muy claro ahora.
      - De que no sea suficiente hablar por teléfono o enviarnos mail, y que las necesidades del cuerpo sean mas fuertes y busques en otra lo que yo no te puedo dar y que al cabo de un mes te des cuenta que no me querías tanto como pensabas y salga herida - Sollozo
      - Créeme que yo siento lo mismo que tu preciosa. Cuando te vi abrazada a ese idiota sentí que casi te estaba perdiendo antes de irme, soy yo él que no estará a tu lado para consolarte en los momentos que tengas pena, soy yo el que no podrá acompañarte en estos momentos duros. Soy yo el que tiene miedo de que te aburras de esperar mis llamadas y busques en cualquiera los abrazos que te voy a negar, o los besos que muero por darte, o las caricias ¡Demonios! Saber que otro te pueda tocar de la manera que yo lo hago me esta matando antes de irme. Si no fuera por que debo estar con Gabriel cree que mando a la mierda mis negocios y mi vida de España por quedarme contigo. Te quiero Nata, te quise cuando te vi por primera vez te quiero ahora y te querré aun mas dentro de un mes.

Lagrimas salían aun por montones de sus ojos se me estaba partiendo el corazón antes de subirme al avión no se cuanto tiempo podre soportar esto. La bese, la bese, no quería separarme de ella. Cerré mis ojos un momento para grabar esta imagen de ella y esta sensación. Desde el fondo se escuchaba la música proveniente de la tienda Feria mix del aeropuerto y trataba de escuchar la letra de la canción que tocaban.
La conocía claro que la conocía. Comencé a tararear un trozo

No se me hace fácil olvidar, déjame besarte una vez más. Regresar de noche convertido en sueño. No es tan fácil, desprenderme de tu corazón, no es tan simple desafiarte amor. Y tenerte atada a algún motivo ser la sombra. 
Tal vez no queras que esta melodía, te susurre el alma y te lleve al recuerdo, tal vez aun que no estemos juntos sentirás el aire. 

La música siguió sonando y Nata apoyada contra mi pecho volvió a llorar, para ese momento yo también sentía como lagrimas comenzaban a picar en mis ojos. Suspiro varias veces y cuando trato de hablar le puse un dedo en los labios para susurrarle las palabras de las siguiente canción.

No, no te vayas, aun quedan palabras, mil frases del alma y entre ellas no estaba el adiós, espera por dios.
Falta besarte más, acariciarte además hay promesas de esas que hay que cumplir. No te puedes ir.
Rompe cabezas sin piezas los planes, los sueños que apenas comienzan, esto es un error nadie mas, va poner en tu boca su amor, no como yo. 
Te amo sin miedo, te amo cobarde, te amo sin tiempo, te amo que arde lo se, te perderé.
Te amo dormida, te amo en silencio, te amo mi vida, te amo lo siento y no hay nada que yo pueda hacer. En cuanto cruces la puerta te voy a perder.
No, no te vayas aún el café no esta listo. Yo se que no has visto de mi lo mejor, espera por favor. 
Falta besarte más, acariciarte además hay mil cosas que no son hermosas sin ti, no te puedes ir. 
Rompe cabezas sin piezas los planes, los sueños que apenas comienzan, esto es un error nadie mas, va poner en tu boca su amor, no como yo. 

Los ojos de Nata se encontraron con los míos nuevamente cuando seguía repitiendole una y mil veces que la amaba de todas esas maneras posibles y muchas mas. No sabia que mas decir la canción lo decía todo por mi, la diferencia que no la estaba abandonando bueno en parte si pero no por miedo, o por no quererla era simplemente por fuerza mayor. Mayor a mi y a ella, no podía hacer nada para que se fuera conmigo, y yo no me podía quedar.

Me volvió a besar cuando las notas musicales terminaron y comenzó una nueva canción, también de Alejandro Fernández.

      - No se por que suena a despedida - Me dijo entre lagrimas.
      - Es lo que es, pero no un adiós para siempre, si no un hasta unos días. Todo lo que dice la canción es verdad, siento que te voy a perder, pero quiero luchar por ti, por lo nuestro, pero espérame ¿Vale? -
Incapaz de decir palabras, solo asintió con la cabeza.
     - Te quiero -
     - Y yo a ti. Eres mi preciosa. -
     - Amigo tenemos que irnos - Me dijo Gabriel poniendo su brazo sobre mi hombro. Asentí con la cabeza. - Iré por mi hija, las maletas ya están en la cinta del vuelo internacional, debemos pasar al salón. - Volví asentir
Gabriel se acerco a Nata dándole un enorme abrazo y besando ambas mejillas, se susurraron cosas que no fui capaz de escuchar. Ella volvió a llorar en sus brazos, él también les di un momento hasta que se separaron y ella volvió a mi pecho llorando desconsoladamente, no pude mas que abrazarla y decirle lo mucho que la quería pero parece que eso no era necesario y solo la hacia llorar aun mas.
Busque sus labios para el ultimo beso por terrible que sonara lo necesitaba.
La bese sin importarme la audiencia que tuviera en esos momentos, me abrí paso en su boca con mi lengua, sus labios estaban suaves por las lagrimas.
      - Te quiero - Le dije y la separe de mi para encaminarme antes de que esto fuera aun mas duro.