Capitulo 6
- Ian – lo llame pero me ignoro.
Salí
de la cocina con los dos platos en la mano. Claro que tenía 3 puestos en la
mesa todo muy ordenado y elegante, en la sala solo estaba él mirando fijamente
el pasillo hacia las habitaciones. ¿Qué le pasaba a este niño?
- Ian – volví a decir haciendo que me
mirara - ¿Qué rayos te pasa?
- Hermano no te enfades – pidió - ¿Lo
prometes?
- Sí, sí. Lo prometo – dije alzando la
mano derecha en señal de juramento
- Tome tu móvil – confeso y con eso
solucionaba el misterio de que hacia mi móvil en el salón
- ¿Y? – alce una ceja
- ¿Puedes ir a ponerte una polera? –
- ¿Otra vez lo mismo? – cruce los brazos
al nivel de mi pecho en modo de enfado. – Lo haré, solo porque vamos a comer y
sabes que es mala educación sentarse a la mesa de esa forma
- Gracias – dijo aliviado, mirando como
caminaba hacia la habitación
Tome
la primera sudadera que encontré y volví al salón, casi me caí de culo cuando
la vi sentada en la mesa con Ian, sonriéndole tan dulcemente
- Buenas Noches – dije fuerte y claro
para que ella se volteara a mirarme
- Hola Thiago – dijo con una enorme
sonrisa - ¿Cómo estás?
- Bien, gracias ¿Y tú? –
- Bien – sonrió – Gracias por la
invitación
- Yo te invite – gruño Ian
-
Así es, yo no tengo nada que ver en esto – confirme lo que él enano decía – Voy
a servir otro plato
Camine
hacia la cocina y mientras serbia la que sería mi comida ella entró, me sonrió
y rodeo la isla que nos separaba. Se detuvo en mi espalda y como reflejo volteé
para estar de frente.
Se
puso de puntillas y rozo sus labios, con los míos, lleve mi brazo a su cintura
y la atraje más hacia mí, nuestros cuerpos pegados y nuestros labios juntos,
daban la mejor sensación de mi vida.
- Hola – dijo separando nuestras bocas
- Hola – le sonreí en respuesta
- Te había extrañado – susurro - ¿Te
había dicho que me gusta cómo besas?
- Nunca – asegure
- Ahora lo sabes, me gustan tus labios –
me beso – Y me gustan mucho
- ¡La comida se enfría! – grito Ian
Ambos
nos reímos y salimos al comedor donde Ian con cara de mala leche nos esperaba.
Muertos
de la risa terminamos nuestra cena, luego vino el postre y así mismo la
película que el enano había seleccionado.
Las
miradas con Renata cada vez eran más intensas, los roces y las pequeñas
escapadas a la cocina, solo daban tiempo a algunos calientes besos.
Estábamos
los tres recostados en el sofá, tapados con una manta. Con Ian en medio,
nuestro contacto era mínimo, en oportunidades pasaba disimuladamente mi brazo
por detrás para acariciar su cabello. Necesitaba sentirla cerca.
- Creo que se durmió – susurro Renata
quien acariciaba los cabellos alborotados de Ian, que tenía su cabeza apoyada
en el regazo.
- Lo llevare a su cuarto – Asegure
poniéndome de pie
Cuando
lo cargue en mis brazos este fregó su carita contra mi pecho, hablando
incoherencia. Renata llevo sus manos a la boca para no soltar una carcajada.
- Es un payaso – dije cuando volví al
sofá, pero esta vez con mi cuerpo pegado al de ella.
- Es encantador – dijo ella, apoyando su
cabeza en mi hombro, donde pude oler su maravilloso cabello – Pero muero por
besarte
No
la deje hablar mucho más, antes de capturar sus labios contra los míos, suavemente
nuestras lenguas se entre lazaron en una armónica danza.
La
recosté en el sofá dejando caer mi cuerpo sobre el de ella. Acariciaba sus
curvas, devoraba su boca.
Sus
gemidos y jadeos eran cada vez más altos, y ella alzaba su pelvis para chocarla
contra la mía.
Mi
naciente erección comenzaba a tener vida propia y dolía bajo la tela del
pantalón.
Sus
hábiles dedos se introdujeron entre los bóxer, la sujeto firmemente mientras subía
y bajaba la mano para masturbarme, me hacía disfrutar de ella.
Renata
era simplemente fenomenal.
Deje
su boca un momento para irme a su cuello y comenzar a descender
- Vamos a tu habitación – pidió Renata.
Ignorando
su petición saque por el escote de su polera uno de sus pechos. Me entretuve
jugando con su pezón erecto, me deleitaba con su cara de gozo. Mientras ella
seguía con su juego en mi pene.
Decidido
a hacerla mía sobre el sofá, desabroche sus jeans y reincorporándome se los
saque junto con las bragas, si es que cabían en esa clasificación.
Ella
aprovecho ese momento para bajar mis pantalones y bóxer hasta mis rodillas.
Así
medios desnudos, medios vestidos le toque su vagina comprobando que estaba
lista para recibirme dentro.
Tome
la manta que estaba en el suelo y me cubrí al tiempo que la embestía
fuertemente haciéndola gritar de placer.
Me
quede así por un momento para luego entrar y salir mientras ella mordía mi
hombro evitando así que nos pillara el enano.
- Estoy cerca – le dije acelerando las
acometidas. Ella gimió en respuesta.
Con
una mano entre nuestros cuerpos, acaricie su clítoris. Sin apartar mis ojos de
su rostro pude sentir lo cerca que estaba también ella.
Metió
sus manos por debajo de mi camiseta acariciando suavemente mi espalda con sus
uñas.
- ¡Ahh! – grito al tiempo que un ardor, seguido
de mi explosión inundo todo el lugar.
El
sexo con Renata era magnifico verla correrse y escucharla gemir ¡Dios!
Mi
móvil interrumpió el momento donde nos seguíamos besando y acariciando.
Ignorando el sonido y concentrándome en ella, el móvil se calló, pero no por
mucho por que volvió a sonar.
- Debe ser importante –
- Puede esperar – le dije volviendo a
tomar su boca
Se
separó bruscamente y me aparto.
- ¿Qué te pasa? – pregunte extrañado por
su actitud
- Contesta – ordeno
- No –
- Sal, que me voy – gruño
- Pero… - trate de protestar
- O contestas o me voy. Simple la
ecuación –
Me
incorpore, subí mis pantalones, camine hasta la cocina y cuando vi la pantalla,
me lleve las manos al pelo de frustración
- Andrea – salude
- ¡Mi vida! ¿Por qué no me cogías las
llamadas? –
- Estaba en la ducha – mentí
- ¿A qué hora pasas por mi mañana? –
- ¿Para qué? –
- El bautizo mi amor – rio Andrea - ¿A qué
hora?
- Donde tengo la cabeza – resople – Se suspendió
cariño, la niña está enferma y bueno luego pondrán nueva fecha lo había
olvidado. –
- Pucha amor y me quede con el vestido –
- Ya buscaremos el momento que lo
estrenes –
- Entonces ¿Vamos a pasar el día juntos?
–
- No cariño. Fin de semana de chicos –
- Amor no te veo hace una semana. ¡Te
extraño! –
- Que exagerada eres. Nos vimos el martes
–
- Ni me lo recuerdes – exclamo – Que aun
vomito todo. –
- jajajajaja – reí – Yo no te mande a
beber en exceso –
- Amor me envías el número de Renata me
gustaría quedar con ella –
Unos
suaves brazos me rodearon y sus labios me besaban los hombros, y mordisqueaban
mi espalda.
- Luego. Que pases buena noche –
- Pero amoooooooor – protesto - ¿Ian
duerme?
- Si –
- ¿Qué tal si me abres la puerta y nos la
pasamos bien un momento? – Dijo seductoramente – Te tengo una sorpresa
- Fin de semanas de chi… - se me corto el
habla al sentir la mano de Renata en mi pene nuevamente
- ¿Estas bien? – pregunto
- Si, sí. Que te mejores Buenas Noches –
corte
Me
volteé en el acto y bese sus labios sin más, la tome por la cintura y ella
enrosco sus piernas en mis caderas.
El
primer rayo de luz que ingreso por mi ventana fue el que me despertó, a mi lado
entre mis brazos, desnuda. Estaba el cuerpo de Renata, bese su cabello y me
salí de la cama, había que ordenar el desastre que dejamos en la sala con
nuestra ropa, antes que Ian se levantara y por como lo conocía. Poco faltaba
para eso.
Al
entrar nuevamente al cuarto deje una playera y nos bóxer sobre la cama para que
se cubriera Renata, ojala no olvide que esta él enano.
Subí
las sabanas hasta el cuello por si Ian entraba. Ya la sorpresa de verla iba a
ser grande, encontrarla desnuda iba a ser peor. No tenía por qué ver esos
pechos que tienen loco a su hermano.
Sentado
en el salón como una taza de café en mis manos cogí el móvil dispuesto a llamar
a Nacho. Anoche en la calentura del momento le dije algo a Andrea y ahora no tenía
acompañante para el bautizo.
¡Claro
que la tenía! Me sonreí a mí mismo, por lo que estaba pensando.
- No me des malas noticias ahora – gruño
Nacho al contestar.
- ¡Hola hermano!, yo estoy perfecto ¿Y tú?
– me burle
- Si claro – río – ¿Qué te tiene tan
contento un sábado a las siete de la mañana?
- Mi ahijada –
- Ya – me corto - ¿Qué pasa?
- Mándame la dirección por un mensaje y a
las nueve estoy ahí –
- No confió en ti – gruño
- Me estas confiando a tu hija idiota –
- Verdad – río – Te la envió de inmediato
- Genial, nos vemos –
- Eso espero –
Rápidamente
me fui camino a mi habitación, pero mi intención fue frustrada por un somnoliento
Ian.
- Hola
enano – dije parándome de frente
- Me dormí – dijo con pesar y quejándose
- ¿Y? –
- Yo estaba con Renata – se quejó - ¿Cómo
se fue? ¿Me dejaste solo para llevarla?
- No – le alborote el cabello – Se quedo
- ¿Dormiste con ella? – dijo frunciendo
el ceño y cargando la voz como cuando estaba enojado
- No grites que la despertaras – dije
para calmarlo – Ella durmió en mi cama – confirme – Y yo en la sala
- Menos mal – río aliviado – Solo los
novios pueden dormir juntos y ¡Wooow!
- ¿Qué? –
- Es mi novia – dijo – Podría haber
dormido conmigo
Reí
ante su comentario, eran graciosas las cosas que decían los niños a veces.
- Ya, enano. Vete a la ducha y ponte el
traje que tenemos que ir al bautizo –
- ¿Dónde te cambiaras tú? –
- En mi cuarto –
- No puedes –
- Solo me duchare y me vestiré –
- Thiago no puedes –
- Enano – reí – La despertare para que se
arregle también
- ¿Ira con nosotros? –
-
Solo si quiere –
- Anda pregúntaselo – me empujo – Se la
podre presentar a David como mi novia
- jajajajaja – reí – David no está
recuérdalo
- Verdad – asintió – Yo también quiero
ver a mi Abu
- Hablaremos con papa para ir en tus
vacaciones -
- Pero para eso falta mucho –
- Ya – le corte – Vete a bañar
- Vooooy – río
Dando
media vuelta volvió a entrar en la habitación lo seguí y deje su ropa sobre la
cama, para que se estuviera listo en un rato.
- Vamos perezosa despierta – dije
mientras le daba besos por toda la cara a mi Ángel rubio.
Pero
era inútil, ella no despertaba, al rozar sus labios sentí como sonreía. Aun sin
abrir sus ojos, abría sus labios para darme acceso a su boca, a su lengua.
Me
deje caer sobre su cuerpo y nos comenzamos a besar cada vez más intensos, cada
vez con más pasión. Al darme cuenta para donde iba encaminado esta situación me
separe de sus labios y le dije.
- ¿Vamos a un bautizo? –
- ¿Qué? – pregunto incrédula
- Soy el flamante padrino y no tengo
pareja – hice puchero
- Tienes novia Thiago, dile a ella – me
dijo besándome en los labios nuevamente – Yo no puedo
- Vamos – afirme – Duchémonos y pasamos a
tu casa para que te pongas un lindo vestido.
- Dije que no –
- Y yo que si –
- Thiago – gruño
- A la ducha Srta. –
- Señora aun – y su expresión cambio –
Sal de encima para marcharme antes que Ian me vea aquí. No quiero responder sus
preguntas
- Ya lo sabe –
Luego
de contarle la mentira que le había echado a mi hermano, me volvió a besar y la
lleve sobre mis brazos a la ducha.
Nos
besamos por mucho rato hasta que volviendo a ser consciente de la hora nos
salimos para vestirnos.
Ya
dentro de mí traje negro con corbata agua azul que ella eligió. Ella hermosa
como siempre con sus jeans y polera con un escote hermoso. Aun que lo mejor
estaba debajo de esa ropa, mis bóxer blancos hacían que su culo se viera aún
mejor de lo que era.
Una
vez arriba del coche Ian nos preguntó que habíamos hecho luego que él se
durmió, una sonrojada Renata le dijo muy segura – Ver una película y luego irnos a dormir. – Él se creyó toda nuestra
mentira aunque de favor le pedimos que no le contara a nadie que Renata había
alojado en casa.
Él
sabía que yo tenía una novia, y cuando estuvimos solos le dije.
- Enano, sabes que si Andrea se entera,
se enojara muchísimo conmigo. Y yo no quiero que eso pase. Quiero pedirte que
no se lo comentes a nadie, será nuestro secreto ¿Vale?
-
¿Ni a nuestros padres? –
- No enano, ni a ellos. – Confirme – Se molestarían
conmigo, por llevar mujeres a casa estando tú. No te dejarían ir más
- No les diré – aseguro – Sera secreto de
los tres.
- Así es – Para sus 6 años era muy maduro
el enano.
Estuvimos
otra media hora sentados en el coche, Ian rezongaba por lo mucho que se
demoraban las chicas en ponerse un vestido y zapatos. Yo solo reía con sus
ocurrencias.
De
pronto bajo los tres escalones de la entrada con su hermoso vestido color
plata, su pelo con algunos risos y los otros en un perfecto moño.
Tuve
que acomodar mi pene que comenzaba a inflamarse dentro de la ropa. Me baje
antes que llegara al coche y le bese la mejilla al tiempo que susurraba en su
oído.
-
Estas guapísima, no sabes las ganas que tengo de irnos a otro lado y controlar
esto – señale con la mirada mi entrepierna.
- Luego mimare a mi amigo personal – río a
carcajada
- Apresúrense
que llegaremos tarde – grito el gruñón desde el coche.
Sonreímos
y como todo un caballero abrí la puerta para ella, con los puestos en Ian. Moría
de ganas de besarla.
- Ian, quédate con Renata un momento. –
- Si –
- ya vengo voy a hablar con el sacerdote –
le indique a Renata guiñándole un ojo
Cuando
Nacho e Ingrid me vieron entrar en la oficina, respiraron por fin con
tranquilidad. Le explique el motivo de mi ausencia a la última charla y luego
de confirmar que estaba dispuesto a cuidar y velar por Trinidad estando y no
estando sus padres pudimos volver a salir a la entrada principal donde ya
comenzaban agruparse algunos de los invitados.
- Nacho te presento a Renata – dije orgulloso
de la bella mujer – Renata, Nacho uno de mis mejores amigos
- Mucho gusto – contesto ella sonriente
- Para mí igual- dijo Nacho – Ella es
Ingrid mi mujer, y mi pequeña Trinidad
-
Un placer – le dijo besando la mejilla de Ingrid y luego Triny
- Para mí igual – le contesto sonriente
mi futura comadre – Te felicito por Renata es muy guapa
- Es mi novia – intervino Ian
- ¿Así? – le dijo Nacho
- Sí. ¿Cierta Renata? – pregunto angustiado
- Sí. Somos novios con este guapito –
sonrieron todos
- Entonces te felicito a ti cariño. –
Acoto Ingrid – Esta hermosa tu novia
- Gracias – le dijeron ambos
- Te la quito el enano – me susurro Nacho
– Ya me contaras todo ¿Dónde está Andrea?
- Luego, luego. – Le corte - ¿Tenemos que
entrar?
- Si, por favor – dijo Ingrid – Renata, tú
e Ian síganme
- Nos vemos luego – le guiñe un ojo –
Enano pórtate a la altura
- Si, yo la cuidare – dijo seguro y le
tendió la mano. Y siguieron a Ingrid
Con
Nacho los observamos en completo silencio, como movía ese culo al caminar, como
se contorneaba.
Antes
de entrar a la iglesia se puso de frente a Ian y el niño asintió con la cabeza,
le tendió la mano a Ingrid quien le indico una dirección a Renata. Esta asintió
y camino de vuelta donde yo estaba aún mirando como idiota. Se apresuró en
llegar a mi lado y sin decir nada me beso.
Fue
un beso distinto tierno y ubicado por el lugar de donde nos encontrábamos.
- Estas guapo – me dijo dando otro beso y
marchándose por donde vino.
- ¿Qué fue eso? – Pregunto Nacho - ¿Están
saliendo?
- Algo así – confirme – No. Es solo sexo –
rectifique
- ¿Solo sexo? – Alzo una ceja – ¿De dónde
os conocéis?
- De niños – conteste – Hija de un amigo
de la familia
-
Guapa la condenada -
- ¿Quién? – la inconfundible voz de mi
padre a mi espalda. ¡Mierda!
- La amiga de Thiago – mi padre alzo una
ceja y mi madre me beso la mejilla
- Dani te manda sus disculpas – dijo dulce
como siempre - ¿Dónde está mi bebé?
- Acaba de entrar con Ingrid venga la
acompaño –
Debía
decirle que estaba con Renata, pero no sabía cómo abordar el tema. La que se me
iba armar con papá.
- ¿Andrea esta con él? – pregunto papá
- No – dije – Andrea está enferma y no
pudo venir
- Ya veo – dijo muy serio
- ¿Y con quien está tu hermano? –
pregunto mamá frenando antes de entrar
- Tranquila, esta con su novia Renata –
dijo Nacho echando por tierra mi plan para decirlo.
- ¿Qué hace Renata aquí? – gruño mi padre
- Benja, cariño. – trato de calmar mamá.
- Ahora no cielo. – Le corto - ¿Thiago?
- Ian quiso invitarla – justifique – Y debido
a que Andrea no venía, no vi el problema. A demás sabía que ustedes vendrían y
se la pasaría bien. Necesita distraerse y aquí no conoce a nadie.
- Tú hijo tiene razón – ayudo mamá.
- ¿Algún problema? – pregunto Nacho
- Nada – dijo mamá – Solo, que no sabíamos
que vendría Nata. Pero vamos a hacerle compañía.
- Vamos –
Confirmo
mi padre tomando su brazo, cuando los vi desaparecer de mi visual tome el móvil
para ponerla sobre aviso.
“Van mis padres.
Todo fue idea de Ian. Quiero desnudarte”
“¿Qué fue idea
de Ian? Yo de besarte”
“Que vinieras
hoy, luego te explico.
Cuando esto
termine haremos eso y mucho más”
“Espero mi explicación.
Hoy tengo que dormir en casa
O sospecharan”
“Rayos. En un
momento de la fiesta nos escapamos
Y te hare
gritar.”
Ingresamos
a la iglesia y comenzó la ceremonia, luego de lecturas, promesas y compromisos
fue bautizada.
Trinidad Paz González
Escobar
Mi
pequeña ahijada. Una vez finalizada la ceremonia aun con la niña en mis brazos,
camine donde estaba mi familia para indicarles que debían ir al lugar de la recepción.
- Ian te vienes con nosotros – dijo mamá.
- Pero mamá – reclamo – Fin de semana de
chicos
- Ya. Pero tengo que cambiarte, no creo
que Thiago haya pensado en eso. Y si no te cambias no podrás jugar. –
- Tengo una novia – gruño – No juego
- Si claro. – Le dije – Te vienes con
nosotros y se acabó. O esta noche duermes en tu cama.
-
Si mamá. –
Las
terribles miradas que me enviaba mi padre me decían mucho. Realmente estaba
furioso y lo estaría más si supiera que ya la he tenido en mi cama.
- Nos encontramos allá – dijo mamá
tomando a Ian en contra de su voluntad
- Si – confirme – Yo y los padres somos
los últimos en salir
- De acuerdo – y cuando se iba, volteo y
me miro – Por cierto, esta guapa la madrina. ¿Cómo se llama?
- Giselle Godoy –
- Lindo nombre y además muy guapa – rio -
¿Viene Andrea?
- No mamá – gruñí – Está enferma por eso
no vino
- Da igual – rio – Nadie la extraño.
Chicos nos vemos en un rato
Teníamos
una ventana de tiempo, que no pensaba desaprovechar. Yo a esa comida llegaba
satisfecho de Renata, sonreí al imaginar lo que le haría.
- Renata ve con tu tía – dijo mi padre
furioso, ella solo asintió y camino tras de mi madre. Al ver a los ojos sabía
que teníamos mucho que decirnos. – Thiago ¿Qué mierda pretendes? Tenemos que
aclarar unos puntos.