Mariano no podía creer lo que estábamos a punto de hacer y no por que el no quisiera, mas bien por que tenia miedo de que lo volviera a dejar con las ganas.
- ¿Estas segura? - me pregunto entre besos a medida que le terminaba de pasar la polera por sobre la cabeza y arrojarla en medio de la habitación.
No supe que contestar y solo lo volví a besar. Sus manos comenzaron a jugar por sobre mi camiseta para dormir. Subían desde mi estomago hasta abajo de mis pechos una y otra vez.
Clave mis uñas en su espalda y las baje lentamente, cuando se encontraron con el borde de sus pantalones solo lo contraje mas hacia mi. Sentí lo que crecía entre sus pantalones.
- Si no te detienes ahora luego yo no podre - Dijo a medida que su boca dejaba suaves besos desde mi cuello hasta mis hombros bajando la tirita de la polera.
Jadee, Gemí. Estaba demasiado excitada en ese momento. Y quería sacar todo lo que estaba a punto de explotar dentro de mi.
Mi polera termino al lado de la suya. Cuando mis pechos desnudos tocaron su pecho fue como si estuviéramos en llamas, era como si nos hubieran prendido fuego en ese mismo momento. Nuestras bocas no se separaban ni un solo momento. Nos necesitabamos y lo estabamos muy bien en ese momento. Cuando mis manos buscaban el boton de su pantalon el detuvo mis manos y se salio de encima mio.
En ese momento quede en estado de shock estaba a punto de entregarle mi virgindad de demostrarle con mi cuerpo que de verdad lo queria y el solo me habia dejado asi.
- ¿Que pasa? - le pregunte un tanto confundida por lo que estaba pasando. Se puso de pie y tomo mi polera.
- Nata, anda pon-tela y vayámonos de acá - Lanzándome mi polera quede aun mas paralizada. ¿Que había echo mal?
- Nano, ¿Que pasa? ¿Por que me dejas así? - Se arrodillo a mi lado y tomo mis manos entre las suyas.
- No mi amor, no pasa nada. Solo quiero que nos vamos a casa y terminar con esto. No te quiero en un cuarto de Hotel. Te quiero en mi cama. Anda arreglate para que nos vamos - Ayudándome a ponerme de pie me arrastro hasta la habitación para que me cambiara y nos fuéramos. Pero antes de que saliera de la habitación le tome la mano mas fuerte y me la lleve hacia mi pecho, sobre mi corazón.
- Estare en tu cama, para siempre si así lo quieres, pero no me vuelvas a dejar así. Pensé... - y puso su dedo sobre mis labios. Me beso suavemente y salio cerrando la puerta tras el.
Al cabo de media hora íbamos saliendo del Hotel. Llevaba mi maleta y mi mano bien sujeta junto a el. Caminamos a las afueras donde estaba su carro y nos montamos.
~
Cuando volvimos del Hotel no dijo nada, nos basamos en conversaciones sin sentido, sin volver a mencionar nada lo que había pasado y lo que estuvo a punto de pasar. Cuando llegamos a su apartamento dejo la maleta sobre la cama y me indico que iría a ver unos papeles que no podían esperar y que mientras dejara mis cosas en los espacios que me había desocupado de la cómoda.
Sin mas demora comencé a desempacar las cosas que traía. Me demore mas de lo que había pensado, mi estomago ya comenzaba a reclamar por la falta de comida. Dejando todo listo, salí de la habitación y me fui al estudio donde estaba Nano al teléfono me hizo una seña de que lo esperara pero me di la vuelta en los talones para no importunar y camine hacia la cocina.
Revise todos para familiarizarme con el lugar y pensar que podría preparar para comer, me decidí por una ensalada cesar, así que saque lo necesario y comencé.
Me encontraba cortando las verduras cuando unos brazos me tomaron por la cintura atrayéndome hacia el.
- Podría fácilmente acostumbrarme a tenerte por siempre aquí - Y me deposito un beso en el hombro.
- Hmmm - Fue lo único que fui capaz de decir. Con solo eso ya me había puesto como una moto y quería acabar lo que habíamos dejado pendiente en el Hotel.
- Vamos puedes hacerlo mejor que eso - Sentí tres besos en el cuello.
- Uno mas y no podre terminar la comida - Sus besos seguían desde el cuello hasta el hombro sin detenerse.
- Comemos después, ven conmigo - Y con sus manos comenzó a buscar las mías para sacarme de la cocina lo mas rápido posible.
- Te acompañaría hacia el fin del mundo, pero ahora... - me volteé para quedar frente a su cara. Por unos segundos nos quedamos mirando directamente a los ojos, nuestras pupilas estaban dilatadas. Nos deseábamos en ese momento. Le rocé los labios. Lo provocaba tanto como él a mi. - Muero de hambre, amor.
Dio un paso atrás y levanto los brazos en señal de rendición tomo otro de los ingredientes y comenzamos a terminar la ensalada juntos. Provocando nos golpeándonos con nuestras caderas cuando estábamos cerca. Respirando cada mas agitados y acelerados. Ya sabíamos cual seria el postre. la pregunta era si alcanzaríamos a llegar a la habitación.
Una vez que finalizamos de comer, le tome la mano y lo lleve hasta la sala, nos sentamos frente al televisor. Me acomode lo mas cerca posible de él. Posando mi cabeza sobre su regazo. Con una mano el me acariciaba el estomago y con la otra el pelo. Me caía de sueño. Era la mejor terapia de mi vida.
- Vamos recostémonos en la recamara mejor, descansas un momento para que luego salgamos a dar un paseo comemos fuera y podemos ir a algún sitio para que te entretengas ¿Te parece? - Abriendo un ojo, se me ocurrió una mejor idea.
- Hmmm... cama tú y yo. - Alce mi mano para tomar su mejilla. - Tengo una idea mejor.
- Anda vamos antes que te tome por primera vez aquí en el sofá -
Esas palabras activaron todas las hormonas, todos esos pensamientos que tenia escondidos en mi.
- Te mentiría si te dijera que me importaría. Pero vamos al cuarto.
De un brinco nos pusimos de pie. Con desesperacion tome sus labios entre mis dientes, lo necesitaba. Estaba deseando sentirlo dentro de mi. Era lo unico que podia llegar a pensar en ese momento. Si es que estaba pensando algo. Antes de entrar en la habitacion lo empuje contra la muralla con mis manos con una agilidad que no sabia que tenia paseaba con toda confianza por su cuerpo. El no se quedaba atras antes de sacar mi blusa, ya me habia desabrochado el sostén. Jugueteaba con mis pezones y ellos respondia colocandose cada vez mas duros.
Una vez dentro de la habitación no tardamos en quedar sin ropa y abrazarnos con nuestros cuerpos, sientiendo cada espacio de nosotros en ese momento No se si para un hombre es lo mismo que para una mujer, pero sentia que este era un momento complentamente magico, por el que habia esperado años, y hasta el momento la espera estaba valiendo.
Entre los preeliminares y el acto mismo alcance por lo menos 3 orgasmos. Mariano sabia lo que hacia con mi cuerpo, me hizo disfrutar y sentir el menos dolor posible. Su asombro fue cuando nos salimos de la cama para ir a darnos una ducha y vio las manchas de sangre. En ese momento cai en lo que habia echo.
5 años despues de nuestro primer beso, le habia entregado mi virginidad.
- Nano, ve a bañarte mientras cambio las sabanas de la cama.- le dije lo mas avergonzada del mundo.
- Amor lo hacemos entre los dos. Anda ponte una de mis camisas y yo traere unas sabanas limpias. -
- ¿Una de tus camisas? -
- Si te sigo viendo desnuda por mas tiempo te juro que seguiremos manchando las sabanas - Una gran carcajada salio de mi sin que yo supiera como explicarla.
- Tenemos toda la noche y 11 dias mas - le sonrie pero el solo frunceo el ceño.
Alzo la mano y salio de la habitacion colocandose sus boxer en ese momento. Al cabo de un par de segundos volvio y yo ya estaba con camisa puesta y las sabanas enrrolladas en el suelo de la habitacion.
- ¿Dije o hice algo para que te molestaras? - Pregunte al ver como su cara no habia vuelto a cambiar. No me miro y se limito a seguir ayudandome a terminar de armar la cama. - Nano, no me hagas esto.
Deje caer el edredon y sin mas camine hacia el baño cerrando la puerta tras de mi.
Me mire en el espejo y mis cabellos estaban desordenados debido al sexo que habiamos tenido. Recuerdos de lo que habiamos echo durante la tarde se vinieron a mi mente, podia sentir sus manos aun en mi cuerpo. Mis ojos se cristalizaron y lagrimas querian salir. Antes de que eso sucediera abri el grifo del agua y ajuste la ducha a mi altura y me escondi bajo el chorro de agua tibia.
- Nata - llamaba Mariano al otro lado de la puerta del baño. - Nata ¿Puedo pasar? -
Me limite a seguir con mi ducha, no sabia que habia sido lo que habia echo para que cambiara tan rapido de genio. No era lo que esperaba que pasara despues de nuestra primera vez.
- Nata por favor ¿Puedo pasar? - dando pequeños golpes en la puerta, preferia hacer que no la escuchaba. - Por favor, he sido un idiota, un invesil. ¿Puedo pasar? -
En mi mente volaban pajaritos, no sabia que decirle o que hacer. Me habia echo sentir mal. Me habia echo llorar en menos de 24 horas juntos. Su cambio de actitud. En estos momentos no lo queria ver, no tenia donde ir y a quien recurrir. Saliendo del baño en vuelta en una toalla lo vi sentado en un costado de la cama. aun vestido solo con los boxer, mirando hacia el suelo de la habitacion. En cuando sintio la puerta del baño. Alzo la cabeza y me quedo mirando perdido en mi cuerpo lo ignore y me dirigi hacia la comoda donde habia dejado mis cosas. Tome un sosten limpio y un par de bragas limpias. A su vez saque unos vaqueros y una polera tipo top color blanco con una chaqueta de color verde. Era formal y sobrio a la vez. Pero me ayudaria a tener el frio lejos. Mire de re ojo el reloj sobre la mesita de noche de Mariano y eran las 7:20 de la tarde. Mientras me terminaba de vestir Mariano solo me miraba, no decia nada y no esperaba que lo hisiera en ese momento estaba un poco cabreada. Y si le decia algo yo. Terminariamos peleando sin necesidad de que ese fuera el fin. Aun me quedaban dias en Barcelona y no queria estropearlos del todo.
Salí de la habitación y me fui hacia la sala, estaba mi bolsa sobre el sofá y sin pensarlo dos veces sali del apartamento. Sentia a Nano llamarme a lo lejos por que decidí que el necesitaba saber hacia donde iba o que era lo que pensaba hacer en ese momento. Golpeé la puerta y no tardo nada en abrir era como si estuviese parado al lado.
- Mira Mariano, no quiero discutir contigo, ni echar a perder nada mas por hoy. Iré a tomar un poco de aire y vuelvo. No me pasara nada. - Cuando me di la vuelta para salir. Me tomo del brazo.
- Dame 2 minutos y te acompaño a tomar aire. -
- No. Iré sola - Le saque la mano de mi brazo y le di un beso en la mejilla. - volveré te lo prometo.
Dicho eso salí del edificio y camine calle abajo sin saber a donde iba estaba de sobra que no conocia la ciudad. No sabia de calles ni direcciones asi que me acerque a una señora y le pregunte el nombre de la calle y mire el numero del edificio. Si me alejaba mucho y no sabia como volver tenia la dirección para pedir un taxi. Y asunto arreglado.
Comencé a caminar calle abajo por las calles de Barcelona llenas de nieve. El frio se sentia a través del abrigo que llevaba. Saque mi móvil para tomar algunas fotografias de unos edificios y personas que me llamaban a atención cuando me percate de la hora. Casi las 8:30 de la noche. Ya llevaba rato caminado sin dirección alguna. Cuando alzo la vista en frente tenia el Hotel
Revise todos para familiarizarme con el lugar y pensar que podría preparar para comer, me decidí por una ensalada cesar, así que saque lo necesario y comencé.
Me encontraba cortando las verduras cuando unos brazos me tomaron por la cintura atrayéndome hacia el.
- Podría fácilmente acostumbrarme a tenerte por siempre aquí - Y me deposito un beso en el hombro.
- Hmmm - Fue lo único que fui capaz de decir. Con solo eso ya me había puesto como una moto y quería acabar lo que habíamos dejado pendiente en el Hotel.
- Vamos puedes hacerlo mejor que eso - Sentí tres besos en el cuello.
- Uno mas y no podre terminar la comida - Sus besos seguían desde el cuello hasta el hombro sin detenerse.
- Comemos después, ven conmigo - Y con sus manos comenzó a buscar las mías para sacarme de la cocina lo mas rápido posible.
- Te acompañaría hacia el fin del mundo, pero ahora... - me volteé para quedar frente a su cara. Por unos segundos nos quedamos mirando directamente a los ojos, nuestras pupilas estaban dilatadas. Nos deseábamos en ese momento. Le rocé los labios. Lo provocaba tanto como él a mi. - Muero de hambre, amor.
Dio un paso atrás y levanto los brazos en señal de rendición tomo otro de los ingredientes y comenzamos a terminar la ensalada juntos. Provocando nos golpeándonos con nuestras caderas cuando estábamos cerca. Respirando cada mas agitados y acelerados. Ya sabíamos cual seria el postre. la pregunta era si alcanzaríamos a llegar a la habitación.
Una vez que finalizamos de comer, le tome la mano y lo lleve hasta la sala, nos sentamos frente al televisor. Me acomode lo mas cerca posible de él. Posando mi cabeza sobre su regazo. Con una mano el me acariciaba el estomago y con la otra el pelo. Me caía de sueño. Era la mejor terapia de mi vida.
- Vamos recostémonos en la recamara mejor, descansas un momento para que luego salgamos a dar un paseo comemos fuera y podemos ir a algún sitio para que te entretengas ¿Te parece? - Abriendo un ojo, se me ocurrió una mejor idea.
- Hmmm... cama tú y yo. - Alce mi mano para tomar su mejilla. - Tengo una idea mejor.
- Anda vamos antes que te tome por primera vez aquí en el sofá -
Esas palabras activaron todas las hormonas, todos esos pensamientos que tenia escondidos en mi.
- Te mentiría si te dijera que me importaría. Pero vamos al cuarto.
De un brinco nos pusimos de pie. Con desesperacion tome sus labios entre mis dientes, lo necesitaba. Estaba deseando sentirlo dentro de mi. Era lo unico que podia llegar a pensar en ese momento. Si es que estaba pensando algo. Antes de entrar en la habitacion lo empuje contra la muralla con mis manos con una agilidad que no sabia que tenia paseaba con toda confianza por su cuerpo. El no se quedaba atras antes de sacar mi blusa, ya me habia desabrochado el sostén. Jugueteaba con mis pezones y ellos respondia colocandose cada vez mas duros.
Una vez dentro de la habitación no tardamos en quedar sin ropa y abrazarnos con nuestros cuerpos, sientiendo cada espacio de nosotros en ese momento No se si para un hombre es lo mismo que para una mujer, pero sentia que este era un momento complentamente magico, por el que habia esperado años, y hasta el momento la espera estaba valiendo.
Entre los preeliminares y el acto mismo alcance por lo menos 3 orgasmos. Mariano sabia lo que hacia con mi cuerpo, me hizo disfrutar y sentir el menos dolor posible. Su asombro fue cuando nos salimos de la cama para ir a darnos una ducha y vio las manchas de sangre. En ese momento cai en lo que habia echo.
5 años despues de nuestro primer beso, le habia entregado mi virginidad.
- Nano, ve a bañarte mientras cambio las sabanas de la cama.- le dije lo mas avergonzada del mundo.
- Amor lo hacemos entre los dos. Anda ponte una de mis camisas y yo traere unas sabanas limpias. -
- ¿Una de tus camisas? -
- Si te sigo viendo desnuda por mas tiempo te juro que seguiremos manchando las sabanas - Una gran carcajada salio de mi sin que yo supiera como explicarla.
- Tenemos toda la noche y 11 dias mas - le sonrie pero el solo frunceo el ceño.
Alzo la mano y salio de la habitacion colocandose sus boxer en ese momento. Al cabo de un par de segundos volvio y yo ya estaba con camisa puesta y las sabanas enrrolladas en el suelo de la habitacion.
- ¿Dije o hice algo para que te molestaras? - Pregunte al ver como su cara no habia vuelto a cambiar. No me miro y se limito a seguir ayudandome a terminar de armar la cama. - Nano, no me hagas esto.
Deje caer el edredon y sin mas camine hacia el baño cerrando la puerta tras de mi.
Me mire en el espejo y mis cabellos estaban desordenados debido al sexo que habiamos tenido. Recuerdos de lo que habiamos echo durante la tarde se vinieron a mi mente, podia sentir sus manos aun en mi cuerpo. Mis ojos se cristalizaron y lagrimas querian salir. Antes de que eso sucediera abri el grifo del agua y ajuste la ducha a mi altura y me escondi bajo el chorro de agua tibia.
- Nata - llamaba Mariano al otro lado de la puerta del baño. - Nata ¿Puedo pasar? -
Me limite a seguir con mi ducha, no sabia que habia sido lo que habia echo para que cambiara tan rapido de genio. No era lo que esperaba que pasara despues de nuestra primera vez.
- Nata por favor ¿Puedo pasar? - dando pequeños golpes en la puerta, preferia hacer que no la escuchaba. - Por favor, he sido un idiota, un invesil. ¿Puedo pasar? -
En mi mente volaban pajaritos, no sabia que decirle o que hacer. Me habia echo sentir mal. Me habia echo llorar en menos de 24 horas juntos. Su cambio de actitud. En estos momentos no lo queria ver, no tenia donde ir y a quien recurrir. Saliendo del baño en vuelta en una toalla lo vi sentado en un costado de la cama. aun vestido solo con los boxer, mirando hacia el suelo de la habitacion. En cuando sintio la puerta del baño. Alzo la cabeza y me quedo mirando perdido en mi cuerpo lo ignore y me dirigi hacia la comoda donde habia dejado mis cosas. Tome un sosten limpio y un par de bragas limpias. A su vez saque unos vaqueros y una polera tipo top color blanco con una chaqueta de color verde. Era formal y sobrio a la vez. Pero me ayudaria a tener el frio lejos. Mire de re ojo el reloj sobre la mesita de noche de Mariano y eran las 7:20 de la tarde. Mientras me terminaba de vestir Mariano solo me miraba, no decia nada y no esperaba que lo hisiera en ese momento estaba un poco cabreada. Y si le decia algo yo. Terminariamos peleando sin necesidad de que ese fuera el fin. Aun me quedaban dias en Barcelona y no queria estropearlos del todo.
Salí de la habitación y me fui hacia la sala, estaba mi bolsa sobre el sofá y sin pensarlo dos veces sali del apartamento. Sentia a Nano llamarme a lo lejos por que decidí que el necesitaba saber hacia donde iba o que era lo que pensaba hacer en ese momento. Golpeé la puerta y no tardo nada en abrir era como si estuviese parado al lado.
- Mira Mariano, no quiero discutir contigo, ni echar a perder nada mas por hoy. Iré a tomar un poco de aire y vuelvo. No me pasara nada. - Cuando me di la vuelta para salir. Me tomo del brazo.
- Dame 2 minutos y te acompaño a tomar aire. -
- No. Iré sola - Le saque la mano de mi brazo y le di un beso en la mejilla. - volveré te lo prometo.
Dicho eso salí del edificio y camine calle abajo sin saber a donde iba estaba de sobra que no conocia la ciudad. No sabia de calles ni direcciones asi que me acerque a una señora y le pregunte el nombre de la calle y mire el numero del edificio. Si me alejaba mucho y no sabia como volver tenia la dirección para pedir un taxi. Y asunto arreglado.
Comencé a caminar calle abajo por las calles de Barcelona llenas de nieve. El frio se sentia a través del abrigo que llevaba. Saque mi móvil para tomar algunas fotografias de unos edificios y personas que me llamaban a atención cuando me percate de la hora. Casi las 8:30 de la noche. Ya llevaba rato caminado sin dirección alguna. Cuando alzo la vista en frente tenia el Hotel
Tuve un impulso de entrar en ese mismo momento y comencé a caminar hacia el bar del Hotel. En ese momento me di cuenta de lo que hacia. Cuando me diriji a la salida para no toparme con Benjamín, caminando hacia la salida a paso agigantados.
Por que si sabia que Benjamín me estaría esperando en este lugar y a esta hora camine en esta dirección. No me puedo culpar no conozco la ciudad. He caminado mas de 1 hora y tenia que venir a parar acá. Es casi como estar en una calle sin salida.
No tengo donde ocultarme vuelvo a mirar la hora esta vez un poco nerviosa 8:45 en menos de quince minutos estará entrando por la recepción ese hombre. Debo salir de aquí ¡Ahora!