viernes, 8 de noviembre de 2013

"Algo llamado amor" Cap XXIV

Para cuando me di cuenta la hora que era, ya estaba muy cansada. Le mandaría un mensaje a Benjamín llegando al apartamento para decirle que hoy dormiría en mi casa.

Naty me espero para irnos juntas y tomamos su coche, me fue preguntando todo el camino de como se había tomado Benja la situación de estar conmigo mientras estaba en Chile, le conté tal y como pasaron las cosas evitando los detalles calientes. Esos eran parte de la intimidad. Le dije también y le mostré el mensaje que me había mandado donde decía que era mi novio. Se le ilumino la cara con una sonrisa, se que estaba feliz por mi. Yo lo estaba.

      - Sube mientras yo llamo a Ima para decirle que me quedo contigo - Me dijo apenas aparco el coche en el subterráneo del edificio.

Una vez ya dentro del ascensor revise mi móvil, nada de Benja. Quizás, solo quizás las cosas que dijo Mariano eran verdad y ya tenía a otra mujer en su cama. Sacudí mi cabeza muchas veces para dejarme de pensar idioteces cuando las puertas del ascensor se abrieron busque las llaves en mi cartera pero la puerta estaba entre abierta. La termine de abrir, ingrese y ala cerré tras de mi.
Deje suavemente las llaves sobre la mesita y mi bolso lo afirme aun mas en mi mano. Dos pasos mas adelante mire hacia el suelo donde habían unas pequeñas marcas de pies pero pequeñitos.




Las pequeñas marcas iban en dirección a la terraza, deje mi bolso sobre el sillón y me saque la chaqueta, nada peligroso podía dejar esas marcas.
Al llegar al ventanal corrí lentamente la cortina. Y me encuentro a Benjamín con una hermosa sonrisa, un precioso ramo de flores en su mano derecha y una botella de algo en su mano izquierda. A penas de la impresión soy capaz de sonreír, Benja alza una ceja y camino hacia él.
Cuando estaba a medio paso le guiñe un ojo y me acerque a su boca. Le bese lentamente sin tocar nada mas que no fueran sus labios, el respondio abriendo su boca y se dejo llevar. Cuando sentí que dejo la botella sobre la mesa que tenia preparada me separe.

      - Hola - Dije casi sin aliento.
      - ¿Te gusta? - Hace una seña con sus manos para poder dejarme ver.
      - Esta todo muy precioso. ¿Naty te ayudo verdad? -
      - No solo me dio las llaves, todo lo he hecho solito. - Me guiño un ojo.

Me entrego las flores y bebimos vino blanco, antes de que se pusiera de pie y sirviera la comida, nos dedicamos a guiñarnos los ojos, esbozar sonrisas coquetas y a penas acariciar nuestras manos. Me hacia reír con sus ocurrencias, me contó sobre su mamá y su enfermedad a los huesos. Que debido a eso pasaba varios meses en distintos países evitando el frío, que le he extrañaba pero cuando estaba con ella quería salir corriendo. Me contó la obsesión que tiene por tener un nieto. Aun que luego de eso Benjamín cambio bruscamente en el tema, cuando le pregunte que cuantos hijos quería tener. Su cara casi se desfiguro cuando le dije que yo mientras mas mejor, que como yo había sido hija única ahora como mínimo quería un equipo de fútbol.
Lo pasamos muy bien juntos le conté lo que había pasado en la mañana en la oficina y el me contó también que había tenido que decirle eso a Roxi, para evitar que me fuera a juzgar de alguna manera. Cuando me pregunto que si acaso me molestaba eso, negué con la cabeza, si le decía algo me pondría a gritarle que estaba feliz con saber que ya eramos novios.

Luego de la cena y de hacer el amor hasta quedarnos sin aliento, estaba recostada con mi cabeza en su pecho, el me acariciaba el pelo decidí que era buen momento de preguntarle si me quería acompañar a ver como iban las cosas en Valdivia.

      - Benja -
      - Hmm -
      - ¿Quieres venir conmigo a Valdivia este fin de semana? - Le dije besando su pecho.
      - ¿Y eso? -
      - Carol no la esta teniendo fácil con la mamá de Gabriel y seria de utilizad ir a ayudarla un poco. -
      - Solo si me prometes que me enseñaras la ciudad y que me darás muchos, muchos besos -
      - Eso ni se diga. - Lo volví a besar.


A las siete de la tardes del día viernes ya estábamos tomando la Ruta 5 sur, rumbo a Valdivia, con el coche cargado de distintas cosas, como hacían años que iba a mi casa no sabía las cosas que podrían hacer falta. Naty por otra parte llevaba tanta ropa como para vestir a un regimiento. Imanuel solo se reía de las ocurrencias de mi amiga. Por otra parte Ima casi no cruzaba palabras con Benja eso me hacia sentir un poco incomoda, pero yo tampoco lo conocía mucho a él. Estábamos en igualdad de condición. El primer tramo que constó de cinco horas conduciendo las hizo Benja, paramos Curico para abastecernos de liquidos y comer algo liviano. Aprovechamos unos minutos para estirar las piernas y recorrer el centro de la ciudad. Aun que la parte mas hermosa de esta, es para la costa, quedamos de hacerlo en un próximo viaje.
El segundo tramo lo condujo Ima, así que aprovechamos ese momento con Benja para darnos algo de cariño en el asiento trasero del auto. Nos besábamos y me susurraba palabras en el oído "tengo ganas de arrancarte la ropa y hacerte el amor en la parte trasera del auto" me hacia sonrojar y reír como una quinceañera loca, a todo le respondía con mas sonrisas y besos, hasta que me quede dormida en sus brazos acurrucada en su pecho.

A las 05:30 de la madrugada estábamos abriendo la puerta de la casa, esta todo tal cual lo recordaba, lo primero que hicimos fue dejar las maletas en la entrada y casi correr a la cocina, había una nota de la señora Clara donde decía que en el refrigerador había dejado comida para calentarla y que en la mañana estaría acá para atendernos.

      - Ya que hemos comido, ahora con Ima nos iremos a descansar. Nata que habitación utilizamos?. -
      - No lo se, ve tú la que mas les acomode. -
      - Bien nos quedamos con la principal. - Me dijo sonriendo y saliendo de la cocina con Ima de la mano.
      - Peque, esa ya tiene dueños. Con una cama me conformo. - Le dijo Ima dandole una nalgada.
      - Nosotros también deberiamos irnos a descansar - Me dijo Benja abrazandome por la espalda, apoye mi cabeza en su pecho y levante la cabeza para besarlo.
      - Si, estoy muerta. - Le dije guiñandole un ojo.

Dos horas mas tarde nos dabamos los buenos días con un casto beso en los labios, apoyo su cabeza en mis pechos desnudos y sudados luego de hacer el amor y se quedo profundamente dormido. No tarde mucho en hacer lo mismo.

~~~

El viaje me había dejado agotado, pero nunca tanto como para no hacerle el amor a mi chica. Estabamos próximos a cumplir dos semanas juntos y pensaba alguna hermosa manera de hacerle saber que verdaderamente me importaba, aun que también sabia que cada vez estaba mas cerca mi partida nuevamente. 
      
      - Hola, Naty que gusto verte acá. - Desperté de sobre salto escuchando cada vez mas cerca la voz de Mariano. - Solo quiero llevarle el desayuno - Me desenrede del cuerpo de Renata para cubrirla con la sábana. Ella casi no se dio cuenta. Me puse de pie y busque mis pantalones. No me hacia ninguna gracia que fuese a entrar y verla desnuda en la cama. El pensamiento de saber que el también tuvo su cuerpo me hizo hervir la sangre. Escuche como Naty le decía que la dejara durmiendo que el viaje había sido muy largo pero a toda costa quería entrar. 
Estaba entre abrir y no abrir la puerta. Cuando el se me adelanto.
Me quedo mirando un par minutos sin decir nada mientras yo me ponía los zapatos.

      - Acaso no sabes tocar - Le susurre al ver que no reaccionaba. - Sal Mariano
      - ¿Que demonios haces tu aquí? - Me grito dejando caer la bandeja. 

Por el ruido Nata se movió bruscamente de la cama y al sentarse quedaron descubiertos sus pechos. Los ojos de ella se fueron directo a la imagen de Mariano de pie en la entrada con sus ojos pegados en sus pechos. Como acto reflejo me lance en la cama a cubrirla.

      - Buenas Tardes - Le susurre cerca de su boca y le guiñe un ojo. Quedo en estado de shock al igual que el idiota aquel que no sacaba sus ojos de ella. 
      - Mariano yo te puedo explicar esto - Dijo con la voz entre cortada.
      - ¿Explicar? Te metiste en la cama de este pedazo de mierda tan pronto como ¡Mierda! Renata te lo advertí, te dije que este era un maldito mujeriego. -
      - No le grites idiota, sal de aquí - Me acerque a la puerta le di un empujo y la cerré con seguro. Camine a la cama donde Nata se aguantaba las lagrimas y la abracé - Cariño, tranquila se tenia que enterar en algún momento, no era esta la mejor manera.
      - Me va a odiar. - Dijo entre sollozos
      - Anda vístete y lo resolvemos. Saldré a hablar con él. Le diré que somos novios hace dos semanas. Tranquila, tú ya no estabas con él cuando me besaste la primera vez. -
      - ¿Dos semanas?  - Me pregunto levantando la ceja.
      - Se supone que son las mujeres las que se acuerdan de las fechas. Pero si llevamos dos semanas -

Me dio una sonrisa, la bese y salí a buscar a Mariano quien estaba en la cocina conversando con Imanuel.

      - Imanuel me dejas hablar con él -
      - Claro, estaré con Naty -

Salio de la cocina. Me senté en el taburete de la cocina, respire profundamente

      - Mariano - levanto la mirada hacia mi - Llevamos dos semanas saliendo con Renata.
      - ¿Dos semanas? -
      - Si, no quiero que le digas estupideces, ella sufrió bastante con la mierda que tu le hiciste no necesita mas -
      - Y tu la harás feliz? Por favor! Ambos sabemos que no duras mas de un par de semanas con las mujeres, sabe que te tienes que ir? -
      - Claro que lo sabe, y ella lo acepto así -
      - Hace cuanto me estaban viendo la cara? -
      - Llevamos dos semanas, no te hemos visto la cara. Esto empezó después que estuvo contigo -
      - Si claro, Se conocieron esa noche que me cagaste la vida, y ahora resulta que estas con ella. Me crees idiota -
      - La conocí en el aeropuerto, fue casualidad. Me gusto, no te lo voy a negar. Después la vi una vez en el hotel. Ese día me dijo que tenia novio. Luego fue la nota que te mando y yo mismo la deje sobre tu escritorio. Hay supe que era la misma mujer. -
     - Entonces pensaste en como cagarme y que ella me dejara. -
     - En parte si, no podía dejar que le vieras la cara -
     - ¿Te quiere? -
     - No lo se. -
     - Y tú la quieres? -
     - Yo -
     - La quieres si o no? -
     - Creo que si. -
     - Creo que si? Me vale esa respuesta. Benjamín eras mi amigo. Te involucraste en una relación con mi ex. Pero si me dices que la quieres, y ella a ti entonces daré mi paso al costado. Pero si es otra de tus aventuras luchare por volver a estar con ella sin importarme lo que tu pienses. -
      - La quiero! Se que no puedo quererla pero lo hago. - Dije eso pegando con mis puños en la mesa de la cocina.

En ese momento la puerta de la cocina se abrió y me voltee a ver y vi a mi hermosa Renata con los ojos llenos de lagrimas. No me quitaba los ojos de encima esperaba que no hubiera escuchado nada de nuestra conversación, pero parece que ya lo había echo.

      - ¿Me quieres? - susurro
      - Renata yo -
      - Benjamín déjame hablar a mi - Me corto Mariano - Este idiota me esta quitando a la mujer que mas quiero en un momento difícil de mi vida, pero como te conozco Renata y aun que me duela se que no eres una mujer de las que se acuesta con los hombres por que si. ¡Uff! esto... esto si que es difícil me arrepentiré el resto de mi vida. Pero si el me ha dicho que te quiere. Yo quiero saber si tu le quieres? -
      - Mariano yo, no se como decirte esto de verdad. Pensé mucho en si bajar o no, es una situación bochornosa pero si, si le quiero. -

Agache la cabeza no quería escucharla decir que me quería a pesar que yo también lo hacia no estaba bien, me pare y salí de la cocina en dirección a los campos.
Camine por entre la hierva, esto no estaba pasando ella no me podía querer, que le diría cuando me dijera que quería tener hijos, solo destruiría su vida. No estaba bien era egoista de mi parte pensar en quedarme para siempre cuando su sueño eran tener muchos hijos, de los cuales yo no le podré dar.
Una vez ya en la casa mas tranquilo, no había nadie. Me cambie de ropa y tome mi móvil para saber donde se encontraba la mujer que ocupaba todos mis pensamientos.

      - ¿Dónde estas? - Me pregunto apenas contesto
      - En casa. ¿Y tú? - le susurre
      - Con Carol. Vamos a ir a dar un paseo. Te apetece unirte nos? -
      - Claro. Preciosa. -
      - Bien iré a buscarte en un momento. ¿Vale? -
      - Te espero. -

Una hora después estacionaba el coche en casa de la madre de Gabriel, la casa estaba en medio de un gran terreno, lleno de pasto, y arboles mucho verde era muy linda.




      - La mayor parte de mis recuerdos son aquí. No todos son bonitos, pero esperaba las vacaciones con ansias para poder pasear por los campos montando a caballo. -
      - Sabes montar? -
      - Pero claroooooooooo! Y tú? -
      - No. Pero no dudo que tú me puedas enseñar -
      - Me encantaría poder hacerlo, le preguntare a Gabriel si nos presta unos caballos -

Me tomo de la mano y me guió hacia el interior de la casa, por dentro todo era muy campestre nunca había estado en un lugar así y me parecía interesante.
La madre de Gabriel me saludo muy cordial no esperaba menos cuando vio a Renata su gesto cambio se notaba que no le gustaba su presencia. Pero tampoco le gustaba la presencia de Carol, ella y la niña siempre evitaban estar en la misma habitación que ella.

      - Renata Blavi's tantos años sin verte - Le dijo tendiéndole la mano.
      - Doña Ester. - Asintió con la cabeza. - Le presento a Benjamín Lackington mi novio - Le tendí la mano.
      - Un gusto Benjamín. Ya veo que no has perdido el tiempo desde que termino tu relación con Mariano, que para tu suerte esta en los establos.
      - Me sera un placer saludarlo. Le corte.
      - Mamá - Dijo Gabriel - Mariano sabe y esta de acuerdo con la relación de ellos. Es mas Benja es amigo de nosotros de Barcelona -
      - Ya veo. De tal palo tal astilla - Dijo sacasticamente y se retiro
      - Tú madre no cambia - Le dijo Renata besando una de las mejillas de Gabriel.
      - Ya la conoces cariño. Por favor necesito que me ayudes un poco, esta insoportable con Carol. -
      - Algo me comento por teléfono -
      - Esta en la piscina, pasa a verla. -
      - Claro! la niña esta con ella? - Dijo que si con la cabeza - Gabriel, podemos ir a montar? -
      - Me parece perfecto. Lo hacemos después de la comida. -
      - Genial, me voy a ver a Carol -

Cuando Renata salió del salón rápidamente Gabriel me pregunto que que es lo que había pasado esta mañana le conté como nos encontró en la cama y lo que dijo y lo que pensó al final. Que nos habíamos confesado que nos queríamos y que ha eso no teníamos nada que hacer. Se alegro por nosotros. No esperaba menos de mi amigo siempre me había apoyado en todo.

La comida fue completamente tensa las miradas que le daba Mariano a Renata me tenían completamente celoso, había dicho que nos dejaría ser felices si ambos nos queríamos pero no me fiaba de su palabra. Por otra parte los comentarios de Doña Ester, eran mal intencionados tanto como para Renata como para Carol estaba claro que no las quería nada, de nada a ninguna de las dos. Renata parecían no importarles pero Carol. Pobre de mi amigo, estaba molesto por todo lo que le decía, ni siquiera tomaba en cuanta las gracias que hacia la pequeña.

      - Mamá nos iremos a montar y nos llevaremos el jeap para poder llevar a la niña. -
      - Voy a ir a decirle a Fausto que prepare los caballos. - Dijo muy amable.
      - Gracias. Si quieres puedes venir con nosotros -
      - No gracias Hijo, me quedo con la comadre, seguro estaré mas cómoda con ella -
      - Muchas Gracias Doña Ester por no querer dejar a mi madre sola. - Acotó Mariano
      - A sido mi única compañía en muchos años hijo, y lo sabes desde que este ingrato me dejo por su mujer, no creo que tenga que volver a repetirlo si todos saben esa historia -

Sin decir nada mas se levanto y salió del comedor. Renata cogió a la niña en sus brazos y camino hacia donde estaba yo. Diciéndole a Carol que se fuera a cambiar por algo mas cómodo. Y ella así lo hizo, Mariano salio rápidamente del comedor. Entonces nos quedamos solos.

      - ¿A que no es una niña muy linda? - Me pregunto Nata desordenandole el pelo a la niña
      - Sip, es muy hermosa. -
      - Me encanta esta pequeña. -
      - Venga vamos a fuera para enseñarle los cabellos - Me cogió de la mano y nos fuimos fuera.

En los establos estaba Mariano ensillando el ultimo de los caballos, era un impresionante caballo de color café claro, pocas veces había estado cerca de este tipo de animales, lo mio no era para nada estas actividades al aire libre.

      - Nata, te prepare a Sacha es mas mas tranquila y podrás cabalgar perfectamente en ella. - Dijo Mariano
      - Gracias, pero me gusta mas esa blanca - Dijo apuntando a otro caballo.
      - Esa la deje para Carol, ella no sabe mucho de esto y le vendrá perfecta...
Estaba por decir algo mas cuando volvió la madre de Gabriel y dijo.
      - Mariano por dios, deja que Renata use la que quiera, es mas, le diré a fausto que prepare mi yegua para Carol.
      - Gracias, pero no. Yo voy en el jeap con la niña. - Le aclaro Carol que venia atrás con Gabriel.
      - Vamos amor, anda en la que dice mi madre y a la niña la llevo yo en mi caballo, que fausto nos siga en el auto. - Aclaro Gabriel - Dame gusto por favor - Besando sus labios la mujer termino por aceptar.

Comenzamos a subirnos a los caballos y con una agilidad que me asombro Nata monto sin ayuda de nadie, eso me hizo sonreír y cuando yo estuve arriba de mi caballo ella se acerco con su animal al mio. Me guiño un ojo y se adelanto en un suave galope. La seguí por atrás, mientras esperabamos que los demás nos siguieran.
veinte minutos después paseabamos por los campos llenos de verdes, a ratos Renata se acercaba a mi y me lanzaba besos, pero siempre seguidos por la incomoda mirada de Mariano. Gabriel se veía muy contento montando con la pequeña Renata por delante, Carol los seguía por atrás en su caballo, todos reíamos y disfrutabamos.

      - Para ser tu primera vez vas muy bien - Me dijo Nata.
      - Se me saldrán las bolas por la boca, me duelen mucho con los saltitos del caballo - Le susurre para que solo ella me pudiera escuchar. Lo que dije le provoco risa y acercando mas su caballo me dijo muy cerca del oído
      - Ya me ocupare de tu dolor, y con mucho gusto - Una risita nerviosa se le salió y me guiño un ojo, estaba claro lo que quería decir. Alzando la voz dijo para que todos la escucharan - Mariano puedes llevar un momento a la pequeña para que Gabriel y yo hagamos correr a estas bestias - acariciandole la cabeza al animal
      - Claro! - dijo Mariano muy animado. Cuando el cambio se produjo Gabriel y Nata hicieron un par de sonidos con la boca y sus caballos aumentaron el ritmo de su trote. Carol al ver que su marido se alejaba trato de seguirlo dándole un golpe al animal con la fusta que llevaba en las manos. El caballo comenzó a apurar el galope. Mariano al ver lo que pasaba me pidió que tomara a la niña por que Carol no podía manejar al animal rápidamente baje de este y tome a la niña, afirmando a mi animal por las riendas.

      - Carol - Grito Mariano apurando a su animal para alcanzarla, esta volteo y su cara de miedo en ese momento hizo que se me congelara la sangre - Tira las riendas con fuerza hacia atrás - Ella hizo lo que este le pidió pero el animal al tiempo que se paraba alzo sus patas delanteras he hizo que Carol callera, pero no del todo por que una de sus piernas quedo enrrerada en la cuerda. Abracé contra mi pecho a la niña para que no viera lo que hay sucedía, un grito de terror salio de su boca e hizo que el animal volviera emprender rumbo asustado. Mariano apuro aun mas a su cabello.
Gabriel y Nata ajenos a lo que sucedía atrás por el grito voltearon al ver a Carol colgando del caballo Nata se paralizo y apuro a su animal para volver. Gabriel hizo lo mismo. El caballo de Carol al ver que se le venían encima otros dos muy rápidos se volvió a asustar y cambio de rumbo, acercándose mas por donde iba Mariano.
 Era todo muy surrealista lo que estaba pasando ninguno de los tres alcanzaba a Carol y esta parecia una muñeca de trapo golpeando sus brazos contra el suelo y tratando de levantar la cabeza para no golpearla. Gabriel llego a su lado y reacciono a tomar las cuerdas y hacer para al animal quien volvió a levantar sus patas delanteras.
Con la niña en brazos comencé a correr hacia ellos, una vez que estuve a su lado vi como salia sangre de los brazos de Carol y esta no se movía la pequeña comenzó a llorar y a llamar a su madre. Gabriel le pedía que reaccionara que por favor mantuviera los ojos abiertos pero esta no hacia nada. Su respiración era débil.